jueves, 19 de mayo de 2011

LIBRETA DE APUNTES, glosa sobre El Hombre que está Solo y Espera de Raúl Scalabrini Ortiz

Este artículo fue publicado en el períodico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el sábado 21 de mayo de 2011

Libreta de Apuntes
-¿Cómo le va don Singulario? Hoy se vino con la libreta del almacenero, me parece…
-La semana pasada estuvimos comentando a don Raúl Scalabrini Ortiz con aquella genialidad del hombre esperanzado. Al releer su libro encontré un capítulo dedicado a sus apuntes, donde acota que «esto es más vida, porque es menos sistemático». Había volcado pensamientos y vivencias que probablemente anotara durante esos cortos treinta y tres años que llevaba al momento.
-¿Sabe que siempre me intrigaron esas libretitas que llevan ciert@s ñat@s y en cualquier momento anotan algo? Me preguntaba cuán interesante serían…
-Es, probablemente, la filmadora interior hecha papel. Descubren una maravilla cualquiera y no la quieren perder, la describen y la guardan. Con el tiempo desempolvan esa imagen y se dan cuenta que ya forma parte de sus rutinas. Si es escritor la vuelca en un texto, si músico, escultor o pintor en su obra, reformulada y ciertamente que fiel en el fondo.
-No se ponga a filosofar y vaya al grano ¿qué encontró en aquella libreta?
- Definiciones y enunciados de los más variados: sobre personas, situaciones, objetos, pensamientos, etc., en las cuales tomando como referencia una palabra o nombre, desarrolló sus opiniones. Comienza definiendo a Macedonio, como el primer metafísico de Buenos Aires y el único filósofo auténtico…
-Me imagino que se refiere a don Macedonio Fernández, que tanto nombra el gran Jorge Luis Borges…
-Esa calificación es suya. Borges y don Raúl fueron contemporáneos y admiradores del metafísico, sin embargo siguieron caminos muy diferentes y yo evoco al que me emociona. Aparece en su libreta el título “Amigos del arte” y dice «Son amigos del arte extranjero, por lo visto. Sus entradas y subvenciones las dispensan en onerosas conferencias de literatos extranjeros. Diez mil, veinte mil pesos a cada uno. Mientras tanto los escritores argentinos se mueren de hambre. ¿Cómo somos de rumbosos, no?»
-Don, Ud. nos contó que fue escrito hace ochenta años, sin embargo parece una crónica de la última Feria del Libro…
-Sigue escribiendo en su libreta “Sentido agropecuario”: «El dinero es respetable en sí mismo, pero no sus tenedores. “Hijo de bolichero”, “Hijo de ferretero”. A nadie se le ocurre menoscabar a un tipo diciéndole: “Hijo de chacarero” o “Hijo de ganadero”. El único dinero aristocrático es el agropecuario»
-A mi vieja le decían “la hija del aceitero” porque mi abuelo cortaba mezclas de aceite comestible…
-El escritor reflexiona «En los días de pesadumbre, esos días en que uno se derrite en una tristeza de rumiante, me gusta zambullirme, anegarme, en esa corriente humana que ambula por las calles, abandonarme a sus flujos y reflujos, a sus vaivenes: disolverme en ella» rotulándola “Me dijo el hombre”
-Eso sería en aquella época, ahora hay que andar con cuidado, es muy peligroso andar por la calle…
-Supongo que escucha radio diez o mira TN, piense en el bicentenario o la muerte del Flaco, millones caminando –alegres o tristes– por todo el país, ¿recuerda algún incidente?
Continúa cavilando con títulos como “Timberos”, “Estado de ánimo”, “Abstención”, “Arbitraje”. En “Simplicidad” opina: «Es difícil ser simple. El campesino enriquecido es el individuo más tontamente fastuoso. Su fasto es el afán de restregar su dinero en las narices de todo el mundo. [...] Reencontrar la simplicidad es la tarea a que se aboca el que ya encontró la opulencia. Simplicidad no es anemia, es una sinceridad que tiene los medios de expresarse. Todos los pobres son simples hasta que se enriquecen. Entonces se complican. Lo denotador de una grandeza es la simpleza en el poderío»
-¡Qué profunda reflexión don Singu! Muchas veces lo he pensado al encontrarme con esos pelagatos venidos a más en la época del “déme dos”. Carlitos –el bueno– cantaba “Farabute ilusionado por la mersa de magnates / que enfarolan su presencia con suntuosa posición”
 -Mientras leía aquellas meditaciones, como usted, paseaba por mil distintas evocaciones… Déjeme que le lea esta otra sentencia «Es curioso. El cristianismo que fue religión de pobres y de sencillez ha terminado en religión de ricos, suntuosa y ornamental»
-Sin palabras, don, ¿qué título le puso?
- “Evolución”; justamente él, cuya prosapia viene de la alcurnia colonial por parte de su madre Ortiz, apellido que evoca conquistadores y fundadores de ciudades y de un padre de rancia aristocracia vaticana con un tío cardenal. Pero no se la creía. Sigamos con la libreta, en “Ataque” define: «El arquetipo norteamericano es un ser rudimentario y despreciable. Es un troglodita que anda en aeroplano». Y siguen “Trasnochada”, Creencia”, “Principios”, “Revisión”. Cuando aparece “Pasión” precisa: «Hay una pasión que nos ennoblece y agranda. No importa el objeto de esa pasión. Lo demás…lo demás es duro de calificar»
-¡Desde esa época ya se metían con los norteamericanos! Yo creo es por envidia, su tecnología sirve para cuidar al mundo de fanáticos como Osama. Y en cuanto a eso de pasión, pa’ mi rima con crispación…
-Ud. como muchos está entre los incalificables. Como se nos acaba el espacio enumeramos unas poquitas más: “Éxito”, “Soledad”, “Aviso”, “Desilusión”, “Inmigrantes”, “Delito” y nos detenemos en  “Dogmas”: «No señores, nada de dogmas ni de teorías importadas. ¿Qué es eso de librecambio o proteccionismo? ¿Se piensa sacrificar la posible solución de un problema a una palabra?»
-Otro aserto que me lastima don, esas palabras que embadurnan y califican, pertenecientes a teorías y escuelas foráneas que repiten quienes las  aprendieron en Londres, Moscú, París, Chicago o Harvard…  Nadie recuerda ni estudia al Belgrano economista.
-El prócer me da pie para cerrar la nota con el final en mayúsculas de aquel capítulo del libro que nos ocupa, “El Hombre que está solo y espera”
«La historia argentina está llena de arquetipos maravillosos, en que el espíritu de la tierra se encarna sucesivamente. Hay uno, el más grande, en que la índole argentina es más neta. Fue débil para consigo mismo –era opiómano– pero en la tutela del espíritu de su tierra hizo proezas casi sin parangón en la historia universal. Era humano para juzgar y benigno con los demás hombres. Nunca tuvo ambición personal. Era sencillo y casi humilde. Renunció a la gloria en plena gloria. Fue glorioso sin proponérselo, resignadamente: porque el espíritu de la tierra se lo exigía. Se llamaba Don José de San Martín. De una vez por todas dio una orden que debemos acatar por siempre:
SERÁS LO QUE DEBAS SER
Y SI NO, NO SERÁS NADA »
La imagen de la tapa del libro corresponde a una impresión en tricomía, especialmente diseñada por José Sebastián Tallón, y es una magistral interpretación plástica del Hombre de Corrientes y Esmeralda

EL HOMBRE QUE ESTÁ SOLO Y ESPERA - SCALABRINI ORTIZ -

La imagen inferior corresponde a la tapa del libro, edición de 1941, de la editorial Reconquista

donsingulario@hotmail.com             http://donsingulario.blogspot.com/  

EL HOMBRE QUE ESTÁ SOLO Y ESPERA, glosa sobre Raúl Sacalabrini Ortiz

Este artículo fue publicado en el períodico Infarmaciones Semanales de San Martín (PBA) el sábado 14 de mayo de 2011

EL HOMBRE QUE ESTÁ SOLO Y ESPERA

- Don Singulario, que digamos no anda muy original con el título de la nota…
-Así bautizó el insigne Raúl Scalabrini Ortiz, al hombre de Buenos Aires. En sus dichos lo “ubicó en esa encrucijada” de Corrientes y Esmeralda, “polo magnético de la sexualidad porteña”. Es un libro que escribió de un tirón –en setiembre festejará la friolera de ochenta años, más de 20 ediciones y siempre actual– cuando sólo tenía treinta y tres pirulos.
-No sabía que se trataba de un libro, siempre lo tomé como la expresión de un lugar común…
-Rutinariamente en las conversaciones parloteamos con lugares comunes que transformamos en objetos útiles...
-Estoy pensando en “civilizados y bárbaros”, “alpargatas sí, libros no”, “extranjeros y  cabecitas negra que se vuelvan a sus pagos”…
-Su observación me obliga a rectificar lo de útiles, a veces se transforman en zonceras que repetimos como loros, después las creemos. Pienso en don Arturo Jauretche y su Manual de Zonceras Argentinas, hoy de moda.
-¿Y cuál fue el motivo que lo llevó a ese libro?
-Le cuento que, junto a Hernández Arregui, el gordo Cooke, el colorado Ramos y “Pepe” Rosa, fueron los que más influyeron en mis años juveniles. Eduardo Galeano con un relato, que tiene mucho de actualidad me transportó nuevamente a releerlos:
«El general mexicano Francisco Serrano fumaba y leía, hundido en un sillón del casino militar de Sonora. El general leía el diario. El diario estaba cabeza abajo. El presidente, Álvaro Obregón, quiso saber: -¿Usted siempre lee el diario al revés? El general asintió. ¿Y se puede saber por qué? -Por experiencia, presidente, por experiencia»
-¿Sabe don Singu que esa anécdota pinta algo cada vez más evidente? Las noticias son nebulosas: presenciamos un hecho casual y luego leemos o vemos cualquier cosa diferente sobre el mismo. Usando lugares comunes se lo recorta de tal forma, cuando no se lo inventa, que termina desnaturalizándose. Quizá dándolas vuelta…
-De eso estamos hablando. Dos noticias en estos últimos días podrían ser ejemplarizadoras. La llegada de un premio Nobel de literatura –apostilla, ¡qué desvalorizados están!– levantó una polvareda mediática que nada tiene sobre su excelente novelística. La otra es la presencia de agentes de una entidad (SIP) preocupada por la libertad de prensa en este país donde cualquiera dice y escribe lo que se le ocurre, desde la crónica mentirosa hasta el más desfachatado insulto, sin temor alguno. 
-Súmelo al casamiento real gringo. Entre los tres –que ocuparon más espacio televisivo que el mismísimo campeonato de fútbol con Maradona– tuvieron opinadores de toda laya.
-Don Raúl, luchador empedernido por la argentinidad en contra del cipayaje nos ofrece dos bellos ejemplos de su prosa:
«Las emisoras de radio que pertenecían al gobierno serán repartidas al voleo. Suponemos que muchas irán a caer a manos de consorcios extranjeros. Pero ese destino no desvela al ministro de Comunicaciones. A él no le interesa más que destruir un “concepto retrógrado y totalitario”. El concepto retrógrado y totalitario, según el ministro es el monopolio, o aun el predominio del gobierno en el campo de la radiotelefonía. ¿El ministro ignora que en Gran Bretaña la radiotelefonía es un monopolio del Estado? ¿Ha querido insinuar con esa definición que el de Gran Bretaña es gobierno totalitario? [...] Afirma Herodoto que los antiguos gobernantes persas resolvían los asuntos públicos en dos períodos sucesivos. Los abordaban primero mientras bebían, por lo general de noche. Con la euforia del alcohol los detalles se esfuman, las dificultades se salvan. Al día siguiente volvían a reconsiderar los mismos asuntos para moderar, corregir, atenuar o anular las decisiones adoptadas bajo la influencia del vino. Estos funcionarios que nos ha impuesto la revolución liberticida parecen estar en la primera etapa de los persas [...]»
-Hay quienes siguen igual… ¿Cuándo escribió eso, don?
-Lo tomé de una carta – atesoro el recorte– que publicó la revista “Qué” el 12 de marzo de 1958, durante el gobierno fusilador, haciendo mención a las entregas que estaban haciendo a “tambor batiente que es el compás que corresponde a un gobierno militar” de bienes nacionales (especialmente los medios, como radios y periódicos).
Y viene al caso toda vez que el último casamiento real británico –esponsoreado y filmado por la BBC– fue trasmitido casi en “cadena oficial” por aquellos medios privados de comunicación a toda hora durante varios días, adquiriendo a su Graciosa Majestad los derechos reservados y pagado en divisas.
-¿Qué importancia tiene eso, don Singu? ¡Ud. ve cada cosa!
-Muy poca en cuanto a que cada canal elige su programación “a piacere”. Excepto que eso ocurrió exactamente cuando aquí se conmemoraba el aniversario del infame hundimiento del “Belgrano”, careciendo de total repercusión periodística. En tanto la TV inglesa le recordó al mundo que el príncipe se trasladaría –luego de su luna de miel–  a las “Falklands” para operar con la RAF (Real Fuerza Aérea) reforzando su dominio pirata y comunicacional.
-No me había percibido. ¿Don Singu, quiere decir que nos desinforman a propósito por razones geopolíticas?
-¿Lo cree? Sigamos por otro lado. Entre las expresiones comunes usted mencionó un destino viable para paisanos y vecinos. Fíjese cómo el vate pintó al personaje que esperaba en soledad.
«El Hombre de Corrientes y Esmeralda es el vértice en que el torbellino de la argentinidad se precipita en su más sojuzgador frenesí espiritual. [...] Por todos los ámbitos, la república se difumina, va desvaneciéndose paulatinamente. Tiene sabor peruano y boliviano en el norte pétreo de Salta y Jujuy; chileno, en la demarcación andina; cierta montuosidad de alma y de paisaje en el litoral que colinda con el Paraguay y Brasil y un polimorfismo sin catequizar en las desolaciones de la Patagonia. [...] está en el centro de la cuenca hidrográfica, comercial, sentimental y espiritual que se llama República Argentina. Todo afluye a él, y todo emana de él. Un escupitajo o un suspiro que se arroja en Salta o en Corrientes o en San Juan, rodando en los cauces algún día llega a Buenos Aires. [...] está en el centro mismo, es el pivote en que Buenos Aires gira. [...] Se le desconocía, porque el conocimiento es casi una verbalidad, y los hombres que podían metrificar su voz se irritaban la garganta amaestrando oraciones extranjeras o evaporaban sus propósitos en un silencio lleno de mañanas que perezosamente se trocaban en ayeres.»
-Era un lírico evocando a ese arquetipo con el cual me identifico, don Singulario. ¡Qué difícil es para nuestro hombre, subsistir a la ofensiva permanente de los medios desinformantes, cuyos mentores intelectuales residen a miles de kilómetros!
-No crea, hay imitadores y lacayos morando cerquita de aquella mítica esquina…

La imagen inferior corresponde a la tapa del suplemento especial dedicado a Raúl Scalabrini Ortíz, diario Democracia del 30 de mayo de 1962 y corresponde al óleo por el pintor Bourse Herrera, realizado especialmente para la ocasión. Por ser una joya de incalculable valor personal, el suplemento se guardó doblado y por eso sobre los ojos se observa una gruesa línea que no es otra cosa que las sombras del plegado


lunes, 9 de mayo de 2011

Un Flaco como cualquier otro, por José Pablo Feimann

Un Flaco como cualquier otro
Por José Pablo Feinmann
 
El Flaco se llama Néstor, como el Presidente. También podría decirse –sin faltar a la verdad– que el Flaco es el Presidente, porque el Flaco, desde el domingo 25 de mayo de 2003, es el Presidente de este país en que todos estamos y también él; nosotros como ciudadanos, él como Presidente. Pero cuando amaneció el 25 el Flaco todavía no era el Presidente. Le tenían que poner la banda, tenía que jurar, saludar a los granaderos, advertirles a los ministros que Dios y la Patria les iban a demandar algo que jamás le demandaron a nadie, así estamos. Entonces, volvemos: empieza el 25 y el Flaco todavía no es Presidente. Para colmo, le hicieron una trampa muy fea, tan fea como podía hacerla el Gran Tramposo, que se bajó del ballottage y lo bajó al Flaco del 70 por ciento al que, cómodo, llegaba. Porque el Flaco, además de Flaco, es alto, de modo que puede llegar al 70 por ciento y hubiera llegado si no fuera porque el Gran Tramposo, que, entre otras calamidades, es muy petiso, no se hubiera bajado, pero se bajó y no hay quién no sepa por qué, el Gran Tramposo se bajó porque cuando sus Amos le dicen “Suba”, él sube, y cuando le dicen “Baje”, él baja, y esta vez le tocó bajar. Tanto, que ya ni petiso es. Tanto, que lo enterraron. Porque de un petiso podrá decirse cualquier maldad menos una: que no ocupa algún espacio en la realidad, que un cacho del ser no le pertenece, por menguado que sea. Al Gran Tramposo, en cambio, nada, tanto lo bajaron que ya no se lo ve. Y creo que somos muchos los que queremos que siga así: ausente de la realidad durante algún tiempo. De aquí a la eternidad, digamos.
Volvemos al Flaco. Que, la sinceridad ante todo, no se había lucido durante la campaña electoral. Le decían mucho lo de Chirolita. Que Duhalde lo chiroleaba. Que era el Chirolita de Duhalde. Cosas así. Y el Flaco hablaba aquí, hablaba allá, hablaba donde podía, pero no lo escuchaban mucho. Para qué lo voy a escuchar al Flaco –pensaban todos–, si abre la boca y habla Duhalde, para eso lo escucho a Duhalde, que, por suerte, habla poco, ya que la juega de Prócer Prescindente o de Presidente en Tránsito. Y uno no escuchaba a nadie, ni a Duhalde ni al Flaco. Sin embargo, el Flaco lo necesitaba a Duhalde (y seguramente lo sigue necesitando, pero ésta es otra cuestión) porque el Gran Jefe Bonaerense tenía lo único que restaba de un país que se llamaba Argentina, tan hecho polvo, tan amainado que sólo le restaba un aparato, el duhaldista. Y ahí se montó el Flaco, ahí puso el pie, encontró un pedazo de la realidad. Lo menos que se le puede pedir a la realidad –se dijo– es que exista, y aquí ya no existe nada. Están los piqueteros y los asambleístas, de acuerdo. Pero los asambleístas existen porque les dejaron de existir los ahorros, no bien vuelvan los ahorros se van los asambleístas. Y los piqueteros existen pero como pura negación, existen como expulsión, marginación, desechos de un podrido sistema que no puede integrarlos. Hacen lo que pueden y lo hacen bien, pero yo, piensa el Flaco, quiero ser Presidente y ver si desde ahí puedo hacer algo por traerlos de nuevo a ese viejo y venerable circuito que ya no existe, el de la producción. De modo que el Flaco se pregunta qué tiene y tiene dos cosas: el frío patagónico y el aparato de Duhalde. Llega con esas dos cosas. Se banca lo de Chirolita y empuja. Por fin, gana. Pero por descarte. Gana porque el Otro, el Gran Embaucador, se va. O sea, el Flaco, que llegó como Chirolita, que llegó por medio de Otro, del Gran Caudillo Bonaerense, gana por defección de Otro, del Gran Embaucador. No soy yo, se dice. Soy un resultado. Llegué por Otro y gané por Otro. Llegué porque Otro me hizo llegar y gané porque Otro decidió huir. Entonces, en esta feroz encrucijada, el Flaco toma la decisión de su vida. Decide inventarse. Sabe, como el hombre sartreano, que es nada. Pero sabe que esa nada le abre el infinito, la tarea vertiginosa de ser sus posibilidades, de elegirse, de darse el ser. El Flaco, entonces, inventa al Flaco. (Que nadie crea, en este punto, que lareferencia a la ontología de Sartre es casual, que surgió porque sí. No, el Flaco es sartreano. Lo es, ante todo, porque tiene que inventarse, elegir, y, eligiéndose, darse el ser. Y también es, el Flaco, sartreano, porque como el Gran Virola francés, el Flaco es el Gran Virola argentino. Se le pianta un ojo. El mismo que al autor de la Crítica de la razón dialéctica, el derecho. Suele creerse que esto es un defecto, una carencia. Pero no, el Virola ve más que el pobre tipo que tiene los dos ojos para el mismo lado. El Virola, con un ojo, ve el Todo. Y con el Otro ve lo que el Todo tiene al Costado. O sea, ve el Todo y su Costado. Que alguien diga si puede ver tanto. Privilegio de pocos ver todo eso, ver el Todo y el Costado. Privilegio de grandes. Como Sartre. Como el Flaco.)
¿En qué momento empieza a inventarse, a crearse, a darse el ser el Flaco? Cuando el Gran Embaucador renuncia. Ahí se pone frente a un micrófono y dice: “Sólo este rostro nos faltaba conocerle: el de la cobardía”. Caramba, qué frase. Algo así no sale del aparato duhaldista. Los aparatos dan muchas cosas. Poder, por ejemplo. Pero no inteligencia, que es, siempre, más que el poder, ya que es su creación y no su mera acumulación burocrática. Después el Flaco va al programa de la Señora que Almuerza. Y la Señora que Almuerza le dice eso tan feo, lo del zurdaje que se viene. Y el Flaco le dice Señora, por esa frase, Señora, murieron treinta mil personas en este país. Y todos empiezan a decir El Flaco es Zurdo, qué Zurdo es el Flaco, qué Zurdaje se viene, cuánta razón tiene la Señora. Pero el Flaco sigue. Es posible conjeturar, aquí, que el Flaco está acostumbrado a que le digan zurdo.
Ahora es el 25. Y el Flaco hizo venir a cada gente, vea. Gente que, pongamos por caso, si ganaba López Murphy, no venía. Pero ganó el Flaco y vinieron. Fidel, Chávez, Lula, un horror. Una verdadera acumulación de zurdaje. Pero el Flaco los quería tener porque es afecto a los buenos recuerdos y dijo, después, en el discurso, que tenía algunos, algunos buenos recuerdos, el de la plaza del 25 de mayo de 1973, por ejemplo, la de Cámpora, Allende y Dorticós. Y dijo pertenezco a una generación diezmada. Y ahí –los que todavía no se habían dado cuenta, se dieron cuenta para siempre– ¡el Flaco es un Flaco de la Jotapé! El Flaco es un Flaco del setenta. Un Flaco de la izquierda peronista. Y si no, vean esa foto que aparece en los diarios: el Flaco, más flaco que ahora, como declinando en una silla, los brazos cruzados, escucha a dos o tres barbudos, circa 1972, en Río Gallegos, y los dos o tres barbudos son la imagen de la subversión, son perucas de izquierda de los más bravos, y por ahí el único que queda de esa foto es el Flaco, que los mira y aprende, y cree que del peronismo puede salir algo así como el socialismo, mirá vos las cosas en que creía el Flaco, si habrá sido joven, si habrá sido gil, creer eso, creer eso en lo que creyó la generación más revolucionaria de la historia de este país, la más castigada, la diezmada, como dijo el Flaco. Creer eso, creer que de un movimiento político con un general nazi a su frente podía salir la lucha de clases y la liberación nacional. Pero hay que comprender: el Flaco, en esos años, no leía a Uki Goñi sino a Fanon, a Cooke, a Jauretche, a Hernández Arregui. Y hasta, me juego, el Flaco leía la revista Envido, la única revista teórica que hizo la izquierda peronista, escrita, desde adentro, por flacos de la misma edad que el flaco, que eran, en ese entonces, tan flacos como él, y tan jóvenes y tan apasionados. Que eran, sin más, la izquierda peronista. Reducida después –por el canallismo ideológico de tantos canallas– a la mera historia de los Montoneros, y luego a la mera historia de Firmenich y Galimberti. Y luego al desprestigio y a la despolitización. Porque todos lloran por los desaparecidos pero olvidan en qué creyeron y por qué.
Y por fin, el domingo, el Flaco gana por goleada. Se come la cancha. Se mete a la gente en el bolsillo. Se hace querer. Se crea a sí mismo. Es un flaco como cualquier otro. Cruza hacia el Congreso. Jura. Juega con el bastón. Tiene el saco desabrochado. Y ahí está Lula. Y Castro. Y Chávez. Y el Flaco está feliz. Y con un ojo los mira a todos. Y con el otro, con el sartreano, de costadito la mira a Cristina.
Página 12, Sábado, 31 de mayo de 2003

Mirá y recordá la asunción del flaco, si no lagrimeás es porque como dice el tango: "no tenés sangre en las venas" (fdo don Singulario) http://www.youtube.com/watch?v=a1lmbP0ODOg

viernes, 6 de mayo de 2011

Solicitada a la SIP, publicada el 5 de Mayo de 2011 en el diario Tiempo Argentino




Nosotros, los abajo firmantes, periodistas profesionales y trabajadores de medios escritos, radiales y televisivos, representantes de la cultura y docentes e investigadores en comunicación social de universidades de la Argentina, ante la próxima visita de una delegación de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), queremos manifestar:
1) Que la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es un avance extraordinario para nuestra democracia.
2) Que la derogación en 2009 de los delitos de calumnias e injurias fue otro paso trascendente para el desempeño sin ataduras de nuestra tarea.
3) Que el desconocimiento a la ley de los grupos monopólicos de la comunicación constituye una amenaza cotidiana a la libertad de prensa, como se advierte en el Punto 12 de la Declaración de Principios de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos.
4) Que son estos grupos los que vulneran el derecho de las audiencias a ejercer sus plenos derechos cuando incumplen la resolución legal 296/2010, de la AFSCA, que incluye en la grilla a canales alternativos a la oferta de un cableoperador dominante como Paka-Paka, Telesur, Incaa TV y CN23.
5) Que el manejo oligopólico arbitrario de la producción y reparto del papel para diarios, principal insumo de la prensa gráfica, hoy en manos de una mayoría privada constituida tras un traspaso accionario protagonizado por sujetos físicos investigados en la justicia por la presunta comisión de delitos de lesa humanidad, viola el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica, de jerarquía constitucional en nuestro país, que señala: “No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”.
6) Que hay plena libertad de opinión, pero la difusión de ideas se encuentra amenazada por los monopolios informativos.
7) Que condenamos la censura previa ejercida por Cablevisión, empresa del Grupo Clarín, sobre el periodista Marcelo Almada.
8) Que condenamos la persecución sindical en empresas periodísticas que vulneran la libertad de expresión y la de conciencia.

FIRMAS
Seguimos recibiendo adhesiones en:  periodistas@tiempoargentino.com.ar


 Correo electrónico enviado el 6 de mayo de 2011

Estimados compañeros
Adhiero de todo corazón a la solicitada ante la SIP
Aprovecho a recordar que ya el magnífico don Arturo Jauretche nos contó en La Yapa –ampliación de Los Profetas del Odio–, en el capítulo I de la 3ª parte titulado Prensa Libre y Prensa Oficializada, cómo descubrió que el “periodista” del Chicago Tribune, señor Jules Dubois que fungía de presidente de la SIP, era en realidad coronel del ejército norteamericano. 
  
Atentamente
Don Singulario
Colaborador independiente (de verdad) ad-honorem del periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA)
 

CARTA A LA SIP del secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina mayo 2011

Abal Medina pidió “ecuanimidad” a la SIP para examinar la situación de la libertad de expresión en nuestro país

El secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, mantuvo hoy una reunión en la Casa Rosada con los integrantes de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la que se analizaron temas referidos a la situación actual del sistema de medios y libertad de expresión. Al respecto, el funcionario entregó a los representantes de la organización de prensa una carta en la que pondera el informe realizado por la propia SIP en la visita histórica del año 1978, año en el que denunció la censura impuesta por la dictadura militar en la Argentina.

Carta - Texto completo
Buenos Aires, 4 de mayo de 2011

A los Sres. Miembros de la Delegación De la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)

De mi consideración:

Entre el 18 y el 25 de agosto de 1978, en plena dictadura militar, la Argentina recibió una misión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) encabezada por Edward Seaton, propietario del diario “Mercury” de Kansas e Ignacio Lozano, de “La Opinión” de Los Angeles. Durante su visita, los representantes de la SIP entrevistaron a más de cinco docenas de personas y elaboraron un documento notable, que no fue divulgado entonces por la prensa de nuestro país. Entre las principales conclusiones de ese informe se destacan las siguientes: para los editores argentinos la seguridad nacional tenía prioridad sobre la libertad de expresión, justificaban la censura por manifestarse de acuerdo con la dictadura militar, se negaban a informar sobre la desaparición de personas y se beneficiaban de ese comportamiento al asociarse con el Estado para la producción de papel mediante la empresa Papel Prensa.

No hace falta explicar demasiado el contexto en que fue realizada esa visita. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el asesinato, el secuestro y la desaparición de miles de personas -entre ellos más de un centenar de periodistas-, la existencia de campos de concentración donde reinaba la tortura y la muerte, y la difusión del terror sobre el conjunto de la sociedad definieron aquella época que recordamos como la más trágica de nuestra historia.

La Argentina recuperó en 1983 la institucionalidad democrática y desde entonces sostiene la plena vigencia del Estado de derecho. Los ciudadanos de nuestro país, entre ellos los periodistas, los trabajadores de prensa y los dueños de medios de comunicación, gozan de completa libertad para investigar, recabar información, opinar y expresar sus ideas.

Nuestra gestión está comprometida con la defensa más irrestricta de la libertad de expresión, como puede comprobar cualquier ciudadano, e inclusive cualquier observador externo, hojeando un periódico local o viendo la televisión apenas unos minutos. Las críticas al gobierno nacional, en muchas ocasiones con tono despiadado y repetitivo, son moneda corriente en la mayoría de los medios que informan a los argentinos. Por otro lado, es notable la omisión de información relevante acerca de medidas del gobierno nacional, así como la desinformación a través de falsedades y mentiras exhibidas con muy poco pudor. Estos hechos contribuyen a la construcción imperturbable de realidades virtuales que obligan a los ciudadanos a verificar a diario en qué mundo viven. Aunque resulta asombroso que suceda de continuo sin que se tema poner en juego el prestigio y la confiabilidad que son valores indispensables para la labor periodística; esta administración no ha osado ni osará silenciar a nadie. Entiende que es preferible soportar la difamación constante antes que cometer el más insignificante acto de censura.

Pero no basta con la garantía de no censurar. Además de respetar el derecho de opinión de los propietarios de medios -a quienes ustedes representan- y la potestad que tienen para ejercerlo por intermedio de sus empresas periodísticas; queremos defender la libertad de expresión como garantía de participación en el debate público de las mayorías –a quienes representamos como autoridad democráticamente elegida-.

En esta línea, hemos impulsado con mucha decisión un proceso de profunda transformación bajo el marco de una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual que se ha convertido en una referencia a nivel regional e internacional. Sus objetivos son claros: promover la desconcentración, fomentar la competencia y garantizar la participación del sector privado no comercial en el mercado de la comunicación para abaratar y universalizar el acceso a las nuevas tecnologías de la información y democratizar los contenidos que por su intermedio se difunden. Al mismo tiempo, hemos desarrollado otro conjunto de políticas (relatadas en el Apartado I del Informe adjunto) que suscriben la misma orientación general y responden al propósito complementario de garantizar un servicio público de comunicación de calidad, de carácter federal y popular, inclusivo de las producciones y el pensamiento nacional, y dirigido a todos los habitantes de nuestra patria sin exclusión alguna. Consideramos que es la mejor forma en que el Estado puede ejercer de modo efectivo la defensa de la libertad de expresión, entendida como derecho de todos.

El gobierno es consciente de que estas políticas deben implementarse en un contexto adverso, justamente aquél que apuntan a revertir: el de la acentuada concentración del mercado de las comunicaciones. Sabemos que se trata del principal problema en la agenda de la libertad de expresión a nivel global, regional y nacional y entendemos que no alcanza con denunciar la concentración como amenaza estructural, si no podemos avanzar un paso más y hablar de sus actores concretos, los grupos concentrados.

En ese sentido, la visita de la SIP no puede ser más oportuna, ya que el grupo empresarial Clarín, formado por capitales argentinos y extranjeros y socio de vuestra organización, se ha constituido en el mayor obstáculo para lograr una vigencia plena de la libertad de expresión en nuestro país. El grupo Clarín, tal como la SIP constató en 1978, usufructuó su negativa a informar sobre la desaparición de personas para asociarse con el Estado en la explotación de Papel Prensa. Esto le permitió adquirir una posición privilegiada en el mercado, que consolidó más tarde con generosas regulaciones ofrecidas por distintos gobiernos democráticos, las que sin embargo incumplía. Hoy, haciendo abuso de su posición dominante, discrimina a sus competidores, censura periodistas, inhabilita la actividad gremial de sus empleados, despide delegados o los espía para luego denunciarlos en sus propios medios, impugna judicialmente las decisiones asumidas por amplia mayoría en el Parlamento e incluso se resiste permanentemente a respetar los decretos y resoluciones del Poder Ejecutivo.

Nos preguntamos si estas acciones que preocupan seriamente al gobierno y a muchos ciudadanos en nuestro país son vistas también con preocupación por las organizaciones internacionales que nuclean a las entidades periodísticas. ¿No es acaso para ustedes objeto de alarma el que un miembro de vuestra sociedad fundada en 1926 con el objetivo de “alentar normas elevadas de profesionalismo y conducta empresarial” viole los derechos y principios que procuran defender?

No existe de parte del Grupo Clarín y sus aliados reconocimiento de estos problemas. Por el contrario, los escuchamos a diario realizar acusaciones infundadas que intentan reducir nuestra convicción democratizadora a una cruzada autoritaria contra la sociedad y contra ellos. Como respuesta, podemos decir que nuestra política pública ha sido abierta y transparente. Toda la sociedad la conoce y la mayor parte de ella venía reclamándola hace muchos años con su movilización y compromiso. El debate y sanción de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue una prueba cabal de ello. Nada más alejado de la oscura persecución de una administración contra víctimas indefensas que esa ley, fruto del trabajo colectivo, alumbrada a plena luz del día, en el recinto que representa la voluntad de las mayorías populares.

Es legítimo que quienes han crecido bajo otro orden, que posibilitó y sostuvo las prácticas monopólicas en el mercado de las comunicaciones, no se sientan representados por estas políticas. Lo que no es legítimo es que sostengan una campaña de difamación pública, haciendo abuso de su posición dominante para falsear la realidad y que se escuden para proteger sus intereses empresariales en una supuesta defensa de derechos que incumplen de modo sistemático.

No existe hoy ninguna limitación estatal a la libertad de expresión en Argentina. Lo que existe es una ley, aprobada en el Parlamento, que promueve la limitación de los monopolios en el campo de la comunicación para proteger la defensa del pluralismo y la diversidad de voces. Del mismo modo como lo estableció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en sus principios, al sostener que “los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes anti-monopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos”1 y la Unesco, cuando en un documento de 2008 señala que las autoridades deben “exigir la desinversión en las operaciones mediáticas actuales cuando la pluralidad esté comprometida se alcancen niveles inaceptables en la concentración de la propiedad”2, el gobierno nacional entiende que la desconcentración constituye un requisito para el ejercicio de la libertad de expresión.

Existe un amplio debate hoy acerca de estas cuestiones en los ámbitos académicos, sociales y políticos, tanto a nivel internacional, como regional y nacional. La cuestión planteada se refiere a si es posible garantizar el pluralismo informativo en un contexto de concentración tan acentuado, y qué papel debe asumir el Estado para asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la libertad de expresión.

Es importante resaltar que, en América latina, el debate no pone solamente en juego el ejercicio de derechos individuales ni involucra al Estado únicamente como garante de éstos, sino que el poder económico de los grupos concentrados de medios y su capacidad de intervención en el debate público como un actor central, limita o en muchos casos disciplina a gobiernos, legisladores y funcionarios judiciales.

Se trata de una cuestión fundamental entonces que pone en juego también la calidad de nuestras democracias. En este sentido, la existencia de un mercado de la comunicación dominado por pocos grupos empresariales tiende a promover la formación de una opinión pública uniformada y un 2 Indicadores de Desarrollo Mediático. Aprobado por el Consejo Intergubernamental del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la UNESCO en 2008.

Llamemos a las cosas por su nombre. Si existen limitaciones a la vigencia plena de la libertad de expresión hoy en Argentina, no se debe a la acción de este gobierno, que ha sido nítida y democrática; sino a la posición dominante de un conglomerado de medios -que funciona en los hechos como un actor político- y que ha decidido sostener su poder en el mercado de la comunicación colocando sus intereses corporativos por encima de las leyes de la República y de los derechos de las mayorías.

Por todo lo expuesto, solicitamos a los miembros de la delegación de la SIP que se encuentra visitando nuestro país que: Examinen con atención las políticas públicas que hemos resumido en el Apartado I para sumarlas a una evaluación equilibrada y de conjunto sobre la situación de la libertad de expresión en nuestro país. No se trata sólo de limitar sino fundamentalmente de propiciar y promover nuevos actores en el ámbito de la comunicación y de garantizar la libertad de expresión para las mayorías3.

El imprescindible pluralismo de las comunicaciones demanda avanzar sobre la desconcentración del sistema mediático, impedir la consolidación de nuevas posiciones dominantes y, al mismo tiempo, fortalecer el surgimiento de nuevos actores en las comunicaciones masivas. Sobre el fin de 2010, más de 15 000 nuevos medios de todo el país habían presentado solicitudes para los procesos de entrega de licencias que comenzarán en 2011. Sin duda, este universo que ahora sale a la luz representa una amenaza para quienes se han repartido durante años los mercados de anunciantes, lectores, oyentes y televidentes. Capítulo VIII, “Libertad de expresión y derecho a la información. Tensiones y desafíos en torno a la democratización de la palabra”, Luis Lozano, Derechos Humanos en Argentina, Informe Anual 2011, CELS, Siglo XXI Editores.

Escuchen con respeto la opinión de los numerosos sectores de la sociedad civil que han tenido participación en el proceso de debate público de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: organizaciones sindicales de los trabajadores, sus centrales obreras, movimientos sociales, de derechos humanos, partidos y organizaciones políticas, las universidades nacionales, el movimiento cooperativista, radios y canales comunitarios y pymes, los pueblos originarios, y numerosas expresiones de la cultura, junto a ciudadanas y ciudadanos interesados en esta problemática.

Ponderen las declaraciones y manifestaciones de los numerosos organismos internacionales que trabajan por la defensa de la libertad de expresión y los de aquellos que integran el Sistema Interamericano y el Sistema Universal de Derechos Humanos, quienes han elogiado reiteradamente las políticas del actual gobierno argentino, fundamentalmente en lo que respecta a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y a la ley de despenalización de calumnias e injurias para asuntos de interés público.

Analicen las denuncias actuales de los actores privados del mercado de la comunicación en Argentina a la luz de las políticas públicas –legítimas y transparentes- que afectan sus intereses concretos y los convierten en juez y parte de su propaganda alarmista.

Evalúen las irregularidades resumidas en el Apartado II del presente documento, que constituyen una conducta sistemática de violación a la libertad de expresión por parte del grupo empresarial Clarín. Finalmente, esperamos que puedan ser razonablemente ecuánimes, en honor a aquella visita memorable de 1978 y en atención al abismo que la separa de la realidad que estamos viviendo, no exenta de conflictos y disputas, pero en la que rige la más plena garantía estatal para el ejercicio de las libertades y derechos del conjunto de los ciudadanos.

Quienes entonces callaban el horror, hoy vociferan por una posible pérdida de sus privilegios. Eso no nos asusta. Sí que intenten convertir al gobierno democrático que legítimamente propone limitar sus pretensiones monopólicas en el monstruo autoritario que entonces apañaron en silencio para obtener estos negocios que consiguieron y defienden a cualquier precio.

Dr. Juan Manuel Abal Medina Secretario de Comunicación Pública


1 Para más información, véase: http://www.cidh.oas.org/basicos/basicos13.htm
2 Indicadores de Desarrollo Mediático. Aprobado por el Consejo Intergubernamental del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la UNESCO en 2008. Para más información, véase: http://unesdoc.unesco.org/images/0016/001631/163102s.pdf
3 El imprescindible pluralismo de las comunicaciones demanda avanzar sobre la desconcentración del sistema mediático, impedir la consolidación de nuevas posiciones dominantes y, al mismo tiempo, fortalecer el surgimiento de nuevos actores en las comunicaciones masivas. Sobre el fin de 2010, más de 15 000 nuevos medios de todo el país habían presentado solicitudes para los procesos de entrega de licencias que comenzarán en 2011. Sin duda, este universo que ahora sale a la luz representa una amenaza para quienes se han repartido durante años los mercados de anunciantes, lectores, oyentes y televidentes. Capítulo VIII, “Libertad de expresión y derecho a la información. Tensiones y desafíos en torno a la democratización de la palabra”, Luis Lozano, Derechos Humanos en Argentina, Informe Anual 2011, CELS, Siglo XXI Editores.