domingo, 8 de julio de 2012

FELIPE VARELA




Con este título se publicaron una serie de notas en el periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) en homenaje a uno de los más preclaros líderes de la Patria Grande





Felipe Varela viene / por los Cerros del Tacuil…
-¡Hola don Singulario! Se vino zambero hoy, me parece escuchar a los Fronterizos con Gerardo López y se me pone la piel de gallina, guitarreábamos hasta el amanecer con vino de damajuana y empanadas salteñas, al final terminábamos con la Luna Tucumana y un dope bárbaro…
- Y el Sapo Guitarrero con el Jangadero, ¡Qué linda época! Todos rasgaban la viola y los más duros el bombo… yo ni eso, apenas las palmas y siempre a destiempo.
-La voz de López era muy norteña…
-Puro grupo, era un entrerriano que los imitaba. Casi todos cuando cantábamos también copiábamos: se pronunciába con eye, acentúabamos esdrújulo cantando la chaia yiójana. Me parece que por los ’60 que nos sentíamos más argentinos…
-¡Aquíii Cosquín!
-¡Pare amigo! Recordando esos lindos momentos me está sacando de la nota …
-Fue Ud. el que lo trajo con el título
-Tiene razón, pero utilicé el comienzo de aquella zamba para recordar a uno de los caudillos más controvertidos de nuestra historia…
-Más que caudillo, era un fascineroso que asolaba los pueblos que pisaba, recuerde que: matando llega y se va…
-¡Ya empezamos con la historia falsificada…!
-Don, ¿me va a decir que es mentira?...
La Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner
y la Gobernadora de Catamarca Lucía Corpacci
-Si lo digo yo no me va a creer, prefiero traer algunos ejemplos para recapacitar, pero antes le recuerdo que hace muy poquito su memoria fue rehabilitada oficialmente por un decreto nacional promoviendo al grado de General del Ejercito post mortem al Coronel Felipe Varela.
Hemos hablado mucho sobre las diferentes historias que recorren nuestra Historia, valga la redundancia. Tenemos una historia liberal que arranca con la de Mitre y sus adláteres, fogoneada por la Academia Oficial y el diario prócer que le cuida las espaldas. Tenemos las historias revisionistas que se oponen, pero que, provenientes de diferentes líneas han teñido sus conclusiones con parcialidades manifiestas.
-Claro don, siempre que los hombres opinan, le agregan su carga emotiva…
-Muchos “académicos” pretenden ser independientes y nos engrupen sobre su “cientifismo impoluto”. En esta columna no nos la creemos y nos rebelamos contra toda receta intocable, venga de donde venga, aunque respetamos a aquellos que opinando nos abren puertas para ampliar los puntos de observación y sacar nuestras propias conclusiones…
-¡Pare la mano don! Se me hace que está abriendo el paraguas para tirarse contra algunos historiadores de nuestro lado (por su culpa, hoy me siento revisionista)…
- Ud. recuerda que en mi viejo boliche había pocos íconos, un Sábat para un Carlitos alado y una foto de Jauretche, dos posters con las imágenes de Scalabrini Ortiz y de don Juan Manuel. De alguna manera significan mi admiración. Me chimentaron que el capo de la histórica casa de la calle La Crujía, que memora al Restaurador descree de mi “rosismo”. Escaso valor como anécdota, pero me recuerda la cantidad de “viudas” que se sienten dueñas de la herencia del finado cornamentado.
-Ya me imaginaba que por ahí andaba el asunto
-Con respecto a Felipe Varela queremos recordarlo como un federal enemigo de la prepotencia porteña y las oligarquías lugareñas, que luchó y perdió en las terribles guerras intestinas que asolaron nuestro país desde el inicio de la Patria, que murió pobre y olvidado, destino al que manda la historiografía oficial a quienes la desafían. No fue bandido sino líder de sus iguales, tuvo una inteligencia superior que le permitió comprender los conflictos en su concepción profunda. 
Al decir de José Pablo Feinmann (Envido Nº 2, 1970): «[...] lo que quizá distinga a Varela  de otros montoneros (Peñaloza especialmente) sea su penetrante lucidez política con que interpretaba los alcances de su propio movimiento. La Proclama del 66 y el Manifiesto del 68 constituyen uno de los más altos momentos del pensamiento nacional argentino [...]»
Sobre él se ha escrito obras de indudable valor por historiadores de la talla de José M. Rosa, el duo Duahalde - Ortega Peña, Norberto Galasso, Hugo Chumbita, Félix Luna y muchos otros, De este último quiero rescatar una semblanza del pueblo que defendía Varela y su decidida oposición a la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay (Los Caudillos, Peña Lillo 1987, p 250)
[...] A boleadora limpia y engrillados: de tal suerte iban al Paraguay los pobres voluntarios del interior, Nadie quería servir en esa guerra, como si una oscura intuición les apuntara que a las guerras injustas no hay obligación de concurrir [...]                                                       
En esas condiciones que se encontraba todo el interior del país frente a lo que consideraban algo ajeno a su historia: una lucha de las oligarquías porteñas aliadas a sus enemigos tradicionales como la potencia escalvista brasileña y el imperio británico se alzó este caudillo.
Lanzó la Proclama, que aún hoy está en la polémica revisionista. En ella cuestiona la guerra, ataca a Mitre y el centralismo porteño y fundamentalmente considera a Urquiza como el “magnánimo” jefe vencedor en Caseros promovedor de “la más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal”. Estos últimos aspectos, naturalmente, incomodan, al decir de Norberto Galasso “no se puede combatir las falsedades de la Historia Oficial y de la Historia Social ‘halperindonguista’, incurriendo en omisiones que restan valor y seriedad”
-Me parece don que anda medio calentito y se metió en la polémica…
-Sólo me gustan los documentos completos y pensar con mi cabecita. Cuando los mutilan, me dá mala espina porque –como me enseñó Jauretche– algo me están ocultando. Y fíjese como será la cosa que tanto esa Proclama como el Manifiesto que emitió nuestro Quijote de los Andes, poco o nada conocidos,  deberían ser dignos de enmarcarse como recordatorio de nuestra vigencia de ciudadanos latinoamericanos al estilo de San Martín y Bolívar. Le transcribo el primer párrafo de la proclama fechada el 6 de diciembre de 1866, que se encuentra mochado en muchos libros revisionistas. La próxima semana Ud. y yo nos haremos a un costado para que nuestro director publique íntegramente esta obra de Felipe Varela.
«¡ARJENTINOS!: El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el jeneral Mitre, gobernador de Buenos Aires [...]»

 (Publicado en Informaciones Semanales de San Martín el sábado 7 de julio de 2012)

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 Proclama de Felipe Varela

-¡Hola don Singulario! ¿Viene a cumplir la promesa?
-Tal como propusimos la semana pasada presentamos la Proclama (*) emitida por el hoy General del Ejército Argentino D. Felipe Varela en diciembre de 1866 con motivo de la guerra de agresión de la Triple Alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay contra el Paraguay. Nos hemos propuesto no hacer comentarios para cederle todo el espacio y que nuestros lectores saquen sus propias conclusiones:
«¡ARJENTINOS!: El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el jeneral Mitre, gobernador de Buenos Aires. La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal, que los valientes Entrerianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espúreos hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoi, por Mitre y su círculo de esbirros.
El Pabellón de Mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Anades hasta Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las febrinas manos del caudillo Mitre -orgullosa autonomía política del partido rebelde- ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero-bellaco, Tuyutí, Curuzú y Curupaití.
Nuestra Nación, tan feliz en antecedentes, tan grande en poder, tan rica en porvenir, tan engalanada en glorías, ha sido humillada como una esclava, quedando empeñada en mas de cien millones de fuertes, y comprometido su alto nombre a la vez que sus grandes destinos por el bárbaro capricho de aquél mismo porteño que, después de la derrota de Cepeda, lacrimando juró respetarla.
COMPATRIOTAS, desde que AQUEL usurpó el Gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las rentas provinciales vinieron a ser el patrimonio de los porteños, condenando al provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser porteño, es ser ciudadano esclusivista; y ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del Gobierno de Mitre.
Tal es el odio que aquellos fraticidas tienen a los provincianos, que muchos de nuestros pueblos han sido desolados, saqueados y guillotinados por los aleves puñales de los degolladores de oficio, Sarmiento, Sandez, Paunero, Campos, Irrazábal y otros varios oficiales dignos de Mitre.
Empero, basta de víctimas inmoladas al capricho de mandones sin lei, sin corazón y sin conciencia. Cincuenta mil víctimas hermanas, sacrificadas sin causa justificable, dan testimonio flagrante de la triste e insoportable situación que atrevesamos y que es tiempo ya de contener.
¡VALIENTES ENTRERIANOS! Vuestros hermanos de causa en las demás provincias, os saludan en marcha al campo de la gloria, donde os esperan. Vuestro ilustre jefe y compañero de armas el magnánimo Capitán Jeneral Urquiza, os acompañará y bajo sus órdenes venceremos todos una vez más a los enemigos de la causa nacional.
A ÉL, y a vosotros obliga concluir la grande obra que principaistes en Caseros. de cuya memorable jornada surjió nuestra redención política, consignada en las pájinas de nuestra hermosa Constitución que en aquel campo de honor escribisteis con vuestra sangre.
¡ARJENTINOS TODOS! ¡Llegó el día de mejor porvenir para la Patria! a vosotros cumple ahora el noble esfuerzo de levantar del suelo ensangrentado el Pabellón de Belgrano, para enerbolarlo gloriosamente sobre las cabezas de nuestros liberticidas enemigos.
COMPATRIOTAS: ¡A LAS ARMAS!... ¡es el grito que se arranca del corazón de todos los buenos arjentinos!
¡ABAJO los infractores de la lei! ¡Abajo los traidores a la Patria! ¡Abajo los mercaderes de cruces en la Uruguayana, a precio de oro, de lágrimas y de sangre Arjentina y Oriental!
¡ATRAS los usurpadores de las rentas y derechos de las provincias en beneficio de un pueblo vano, déspota e indolente!
¡SOLDADOS FEDERALES! nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución Jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguai, y la Unión con las demás Repúblicas Americanas ¡¡Ay de aquel que infrinja este Programa!!
¡COMPATRIOTAS NACIONALISTAS! el campo de la lid nos mostrará al enemigo, allá os invita a recojer los laureles del triunfo o la muerte, vuestro coronel y amigo.
Campamento en marcha, Diciembre 6 de 1866. »

-Lo siento don Singulario pero me voy a meter, es fantástica su construcción y aunque podemos no compartir algunos de sus tramos, es muy injusto que se nos hayan escamoteado sus conceptos.
-Tal como lo venimos haciendo desde el inicio de nuestras columnas, siempre que podamos vamos a reproducir íntegros los documentos liminares de nuestra historia. Tenemos un alto grado de respeto a nuestros lectores como para darlos masticados a nuestro gusto. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
La próxima semana haremos lo mismo con el Manifiesto que al decir de José Pablo Feinmann, junto al hoy publicado constituyen de los más altos momentos del pensamiento nacional argentino


  (Se publicará en Informaciones Semanales de San Martín el sábado 14 de julio de 2012)



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La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner comunicando el ascenso de Felipe Varela a General de la Nación
MANIFIESTO DEL CORONEL FELIPE VARELA EMITIDO DESDE POTOSÍ
EN ENERO DE 1968 (primera parte)
-Hola don Singulario, como quedamos el otro día espero que nos traiga aquel Manifiesto de don Felipe Varela. Le prometo no interrumpirlo
 -Se lo agradezco. Lamentablemente he perdido (en alguno de aquellos desbandes de bibliotecas por las dudas, durante el proceso genocida) el libro “Felipe Varela Contra el Imperio Británico” editado por Shapire en 1975 del eminente historiador asesinado en 1974 por la Triple A, diputado Rodolfo Ortega Peña que lo escribió conjuntamente con el recientemente fallecido Eduardo Luis Duhalde.  En ese libro es el único que lo encontré casi completo.
Para poder chequear el Manifiesto que conocí por aquellos años y que siempre tuve como una de las más bellas explicaciones sobre la Guerra de la Triple Alianza, solo me queda una fotocopia poco legible y es la que vamos a transcribir (todo sic), que contrasté por Internet con las pocas versiones existentes, que contienen tremendas quitas y tergiversaciones.
«¡VIVA LA UNION AMERICANA! Manifiesto a los pueblos Americanos,  sobre  los acontecimientos políticos de la República Argentina, en los años 1866 y 1867
I
El desarrollo de los sucesos  políticos  de  la  República Arjentina en  los años 1866 y 67, han sido  objeto de la atención de los demás pueblos americanos, como que ellos envolvían una alta significación para los grandes destinos de la América Unida.
Cuando el actual Presidente de la República Boliviana indicó al Continente, el medio de ser fuerte, invencible, grande, glorioso,  es decir:  la  Alianza de las Repúblicas para  repeler las ambiciones monárquicas de Europa, los ojos americanos se fijaron allá en la marjen del Atlántico, en las costas Uruguayas  y Arjentinas, como la llave principal de todos los pueblos que se estienden desde esas costas hasta las del Pacífico
Aquel  pensamiento fue acojido con todo el entuciasmo y acatamiento de su magna importancia, por todos los hombres patriotas del Sud del Nuevo Mundo, no habiendo uno solo de ellos que dudase de la sola aquiescencia del Gobierno Arjentino a estos grandes principios, renuevo de los que llegaron a todas las Repúblicas, cuando se trató de su libertad contra el Poder de la España que las subyugaba.  [...] 
Los pueblos jenerosos de la América, como se ha dicho, acojieron llenos de entuciasmo la iniciación de esta grande idea, por que ella es el escudo de la garantía de su órden social, de sus derechos  adquiridos con su sangre
Hai un gran  principio social que dice: LA UNION ES LA FUERZA; pero no es la verdad lójica desprendida de él, lo que movió a los pueblos a formar la liga, sino la evidencia práctica desprendida de los hechos mismos que han tenido lugar en nuestro jóven Continente, en los primeros años de este siglo, cuando las ideas de democracia y de República, comenzaban a jerminar en nuestro corazón, oprimido por un yugo monárquico.
El Gobierno de Buenos-Aires, sin embargo, por miras que se pondrán luego de relieve, negó solapadamente la justicia de esta grande idea, negándose también a tomar parte en la Unión que se consolidaba por medio de un Congreso Americano en Lima, so pretesto de ser inconveniente a los intereses arjentinos, comprometidos en una alianza con la corona Brasilera [...]
Decía que, según la política de Mitre, el compromiso con la corona del Brasil en que su Gobierno se hallaba, hacía inconveniente a los intereses arjentinos la Alianza con las Repúblicas Americanas. [...]
Ese primer paso de la política de Mitre, dio su fruto deseado: la anecsión, que no tardará mucho, del Uruguai al Imperio, pues desde entonces le pertenece, y la guerra con el Paraguai, que envuelve por parte de Mitre aspiraciones más crecidas pero aún criminales
II
En efecto, la guerra con el Paraguai era un acontecimiento ya calculado, premeditado por el Jeneral Mitre.
Cuando los ejércitos imperiales atraídos por él, sin causa alguna justificable, sin pretesto alguno razonable, fueron a dominar la débil República del Uruguai, aliándose con el poder rebelde de Flores en guerra civil abierta con el poder de aquella República, comprendió el Gobierno del Paraguai que la independencia Uruguaya peligraba de un modo serio, que el derecho del más fuerte era la causa de su muerte, y que por consiguiente las garantías de su propia libertad quedaban a merced del capricho de una potencia más poderosa.
Pesaron estas razones en la conciencia del Jeneral Presidente López de la República Paraguaya, y buscando una garantía sólida á la conservación de sus propias instituciones, desenvainó su espada para defender al Uruguay de la dominación brasilera á que Mitre lo había entregado.
Fue entonces que aquel Gobierno se dirijió al Arjentino solicitando el paso inocente de sus ejércitos por Misiones, para llevar la guerra que formalmente había declarado el Brasil
Fustas en mano dialogan el General Bartolomé Mitre
y el Brigadier General Francisco Solano López
Este paso del Presidente López, era una gota de rocío derramada sobre el corazón ambicioso de Mitre, por que le enseñaba en perspectiva el camino más corto para hallar una máscara de legalidad con que disfrazarse, y poder llevar pomposamente una guerra Nacional al Paraguai: guerra premeditada, guerra estudiada, guerra ambiciosa de dominio, contraria á los santos principios de la Unión Americana, cuya base fundamental es la conservación incólumne de la soberanía de cada República.
El Jeneral Mitre, invocando los principios de la más estricta neutralidad, negaba de todo punto al Presidente del Paraguai su solicitud mientras con la otra mano firmaba el permiso para que el Brasil hiciera su cuartel jeneral en la Provincia Arjentina de Corrientes, para llevar el ataque desde allí a las huestes paraguayas.
Esa política injustificable fue conocida ante el parlamento de Londres por una correspondencia leída en él del Ministro Inglés en Buenos-Aires, a quien Mitre había confiado los secretos, de sus grandes crímenes políticos.
Testualmente dice el Ministro inglés citado: «Tanto el Presidente Mitre como el Ministro Elizalde, me han declarado varias veces, que aun que por ahora no pensaban en anexar el Paraguai a la República Argentina, no querían contraer sobre esto compromiso alguno con el Brasil, pues cualesquiera que sean al presente sus vistas, las circunstancias podría cambiarlas en otro sentido» (Nota al pié en el libro: Correpondence of April 24 of 1865, respecting Hostiliities in de River Plate,  del Ministro Inglés en Buenos Aires á Lord Russell, miembro del Parlamento de Londres ).
Los destinos de esa desgraciada República están amenazados de ser juguete de las cavilosidades de Mitre [...] »


-Don Singulario, nunca había comprendido aquella guerra y este fulano la explica con lujo de detalles…
-Este fulano como usted lo llama es una gloria de la Patria Grande silenciada por la Historia Oficial. Si tiene paciencia, la semana que viene traemos el  resto.


(Se publicará en Informaciones Semanales de San Martín el sábado 21 de julio de 2012)

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Felipe Varela en Catamarca en 1870, rodeado de sus lugartenientes
MANIFIESTO DEL CORONEL FELIPE VARELA EMITIDO DESDE POTOSÍ
EN ENERO DE 1968 (segunda parte)
-¡Hola don Singulario! Aquel Manifiesto de don Felipe Varela (me estoy corrigiendo del exabrupto de la semana pasada porque realmente me emocionó su valentía) lo estuvimos leyendo con mi nieto y comenzamos a comprender el terrible e infame poder del puerto de Buenos Aires. ¿Sabe una cosa? Me parece que tiene mucha actualidad para comprender tantas zancadillas que tiene el gobierno cuando privilegia la unidad nacional
-No le quepa la menor duda que los poderosos terratenientes y los comerciantes de la metrópoli, junto con las oligarquías encaramadas en las ciudades, siempre están al acecho para no perder sus prebendas, así sea con la sangre de los pueblos, Por eso es necesario estar atentos.
Pero no venimos a analizar nuestra actualidad, continuamos con aquel Manifiesto redactado por Felipe Varela justamente hace 144 años y reiteramos el último párrafo cuando había denunciando una clara traición a la Patria de los gobernantes, confidenciándose con el embajador de una potencia extranjera
-Y encima de los piratas invasores tantas veces de nuestra soberanía. Siga don, porque la bronca me va a desubicar…

« [...] Los destinos de esa desgraciada República están amenazados de ser juguete de las cavilosidades de Mitre
Esta verdad se confirma con estas otras palabras del mismo Ministro Inglés citado:  «El Ministro Elizalde, que cuenta como cuarenta años de edad,  me ha dicho que espera vivir lo bastante para ver a Bolivia, el Paraguai y la República Argentina, unidos formando una poderosa República en el Continente»
Estas han sido las aspiraciones del Jeneral Mitre y los propósitos de su política, desde que entregó criminalmente á la dominación de la corona, la vecina é inofensiva República del Uruguay.
Estas también han sido las razones que han pesado en su conciencia para rehusar la Unión que le pedían las Repúblicas Aliadas, invocando toda la comunidad de antecedentes que desde la guerra de su emancipación las liga
Aquellos también han sido los motivos que pesaron en la conciencia de los gobiernos Americanos, en la protesta que hicieron contra la alianza tripartita del Plata y sus miras respecto de la hermana República del Paraguay.
No he hecho esta lijera reseña con el ánimo de hacer cargo de ninguna naturaleza al emperador de Brasil, pues  en mi conciencia, él no ha hecho más que aprovechar la circunstancia que le  ha presentado el poder de Mitre, para engrandecer su imperio, y dar riquezas a su Gobierno  [...]
Las provincias arjentinas, empero, no han participado jamás de estos sentimientos, por el contrario, esos pueblos han contemplado jimiendo la deserción de su Presidente, impuesto por las bayonetas, sobre la sangre arjentina, de los grandes principios de la Unión Americana , en los que han mirado siempre la salvaguardia de sus derechos y de su libertad, arrebatada en nombre de la justicia y la lei. [...]
Se llevó la guerra al Paraguai: miles de ciudadanos fueron llevados atados de cada provincia, el teatro de aquella escena de sangre: ese desde la epoca en que el Gobierno libre se organizó en el país. Buenos Aires, á título de Capital es la provincia única que ha gozado del enorme producto del país entero, mientras en los demás pueblos, pobres y arruinados, se hacía imposible el buen quicio de las administraciones provinciales, por falta de recursos y por la pequeñez de sus entradas municipales para subvenir los gastos indispensables de su gobierno local.
A la vez, que los pueblos jemían en esta miseria sin poder dar un paso por la via del progreso, á causa de su propia escasez la orgullosa Buenos-Aires botaba injentes sumas en embellecer sus paseos públicos, en construir teatros, en erijir estatuas y en elementos de puro lujo.
De modo que las provincias eran desgraciados países sirvientes, pueblos tributarios de Buenos-Aires, que perdían la nacionalidad de sus derechos, cuando se trataba del tesoro Nacional.
En esta verdad está el orijen de la guerra de cincuenta años en que las provincias han estado en lucha abierta con Buenos-Aires, dando por resultado esta contienda, la preponderancia despótica del porteño sobre el provinciano, hasta el punto de tratarlo como á un ser de escala inferior y de más limitados derechos.
Buenos-Aires es la metrópoli de la República Arjentina, como España lo fue de la América. Ser partidario de Buenos-Aires, es ser ciudadano amante a su patria, pero ser amigo de la libertad, de las provincias y de que entren en el goce de sus derechos ¡oh! eso es ser traidor a la patria, y es por consiguiente un delito que pone a los ciudadanos fuera de la lei!
He ahí, pues, los tiempos del coloniaje existentes en miniatura, en la República, y la guerra de 1810 reproducida en 1866 y 67, entre el pueblo de Buenos-Aires (España) y las provincias del Plata (colonias americanas).
Sin embargo, esa guerra eterna dio á fines de 1859 por resultado la victoria de los pueblos arjentinos sobre el poder dominante de la Capital. Sus diez millones de renta estaban, por consiguiente recobrados, pero como no era posible despojar a Buenos Aires de un solo golpe de tan injente cantidad, arreglada á la cual había creado sus necesidades, pues eso hubiera sido sepultarla en una ruina completa, tuvieron todavía la jenerosidad los provincianos, de celebrar un pacto, por el cual concedían á Buenos-Aires el goce por cinco años más de las entradas locales para llenar su pomposo presupuesto.
Fue entonces que los Porteños invocaron la hidalguía del que hoi llaman bárbaro, del presidente actual del Paraguai Mariscal Don Francisco Solano López, para que con su respetabilidad y talento interviniese en el pacto que celebraban las provincias arjentinas con Buenos-Aires vencida.
El Mariscal López accedió jeneroso, garantiendo el cumplimiento del tratado por ámbas partes con su propio poder.
En Noviembre de 1865 debían espirar estos tratados, y entrar las provincias en el goce de lo que verdaderamente les pertenece, las entradas nacionales de diez millones que ellas producen.
Cuando el sesenta y cuatro aun no llegaba, cuando Mitre aun no asaltaba la Presidencia de la Nación, por un órgano público de Buenos-Aires decía el futuro caudillo, sobre el pacto con el Paraguai: «Esos tratados serán despedazados y sus fragmentos arrojados al viento.»
Por fin el Jeneral Mitre revolucionó a la Provincia de Buenos Aires contra las demás provincias Arjentinas, cuyos dos poderes se batieron en Pavon.
La suerte estuvo del lado de aquel Porteño malvado que se sentó Presidente sobre un trono de sangre, de cadáveres y de lágrimas arjentinas.
Entre tanto los tratados por el Paraguay vivían, y llegado el término podía esta nación exigir su cumplimiento.
He aquí otra de las causas fundamentales de la guerra llevada por Mitre a la República Paraguaya, desarmando así á las provincias del poder aliado que garantía su felicidad, contra la infamia de un usurpador.
Después de este golpe maestro, el Jeneral Mitre desfiguró la carta democrática dada por las provincias vencedoras en Caceros, y la desfiguró á su antojo, después de haber jurado con lágrimas en los ojos respetarla, explotando así la jenerosidad de los pueblos, que entonces pudieron plantar la bandera de la humillación y del dominio en la misma plaza de Buenos-Aires.
Esa reforma dio por fruto el regalo eterno de las rentas nacionales a la ciudad bonaerense, el despojo para siempre de la propiedad de los pobres provincianos, y aun algo más, el empeño de las desgraciadas provincias en más de cien millones, para sostener una guerra contra sus intereses, contra su aliado, contra el poder combatido por tener el crimen de haber garantido la paz arjentina y la felicidad de todos los pueblos, en Noviembre de 1859.
Es por estas incontestables razones que los arjentinos de corazón, y sobre todo los que no somos hijos de la Capital, hemos estado siempre del lado del Paraguai en la guerra que, por debilitarnos, por desarmarnos, por arruinarnos, le ha llevado Mitre á fuerza de intrigas y de infamias contra la voluntad de toda la Nación entera, á escepción de la egoista Buenos-Aires.
Es por esto mismo que es uno de nuestros propósitos manifestado en la invitación citada, la paz y la amistad con el Paraguai .
-Bárbaro don Singulario, esta joyita la estoy recortando para que mi nieto la lleve al colegio y se la muestre al gorilita del profe de historia que siempre menta a Mitre como el creador de la Historia Argentina, que lo desmienta si puede...
-Misión cumplida si logramos que se conozca la verdad de nuestra gesta,

(Se publicará en Informaciones Semanales de San Martín el sábado 28 de julio de 2012)

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