jueves, 31 de enero de 2013

A. A. XIII NORBERTO GALASSO TIEMPO ARGENTINO





A 200 años de la Asamblea del Año XIII

Sus resoluciones –mediatizadas, a veces– significan lisa y llanamente el conjunto de medidas que conforman los aspectos centrales del programa de la Revolución de Mayo.

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Las transformaciones producidas en los últimos años, recuperando valores democráticos y en especial de Derechos Humanos, nos lleva naturalmente a reivindicar la importancia de  la Asamblea del Año XIII, cuya inauguración se produjo el 31 de enero de ese año. En la vieja leyenda escolar se la mencionó como un hecho más, al pasar, y aún hoy, muchos historiadores no la articulan a los acontecimientos anteriores que la hicieron posible. Sin embargo, sus resoluciones –mediatizadas, a veces– significan lisa y llanamente el conjunto de medidas que conforman los aspectos centrales del programa de la Revolución de Mayo. Más aun, implican la concreción de las banderas del morenismo, enarboladas en ese momento por quienes habían sido los compañeros del secretario de la Junta muerto –envenenado, más bien– el 4 de marzo de 1811, en alta mar.
El mitrismo, en su afán de legitimar nuestra dependencia respecto a Gran Bretaña, pretendió que el programa de los hombres de Mayo era el comercio libre –o como diría mucho después el "Innombrable"– "la apertura al mundo". El revisionismo rosista, por su parte –en general– intentó depurar a la revolución de todo contenido revolucionario exaltando a Saavedra y hasta hubo quienes añoraron la colonia y la tradición, siguiendo las añoranzas de Anchorena, así como quienes prefirieron no profundizar el tema pues la Asamblea expresaba el regreso de los agitadores de la plaza de aquel glorioso 25 de mayo. Hoy es posible acercarse a este acontecimiento de una manera más fundamentada y ello exige un breve recorrido por los antecedentes.
Triunfante la Revolución en Mayo de 1810, a consecuencia del protagonismo popular y el fervor democrático del Moreno del Plan de Operaciones, secundado por Belgrano y Castelli, así como por French, Donado, Larrea, López y Planes, Vieytes, Argerich y otros, vinieron luego, el 5 y 6 de abril de 1811, los hombres "de peso y de pesos" –según los califica Vicente Fidel López– eliminando del poder a los morenistas y desterrándolos. Más tarde, en septiembre de 1811, la aparición de Rivadavia y García como mentores del Primer Triunvirato completó el golpe contrarrevolucionario. Monteagudo se lamentaba, entonces, en su periódico que la gran revolución había sido derrotada.
Pero el 8 de octubre de 1812 regresó el morenismo. San Martín y Alvear (hombres de la Logia) al mando de tropa y las manifestaciones populares de los morenistas que regresaban ahora bajo el nombre de Sociedad Patriótica derrocó al Primer Triunvirato. Con el Segundo Triunvirato ( Nicolás Rodríguez Peña, Antonio Álvarez Jonte y Juan José Paso), reaparecieron los hombres de la revolución democrática del 25 (pero ya muertos Moreno y el cura Alberti, agonizando Castelli y Belgrano muy lejos en el norte) intentando retomar las banderas de Mayo. Por eso, convocan a la Asamblea XIII y por eso, ella sanciona varios de aquellos objetivos del año X.
Los hombres que la integran provienen, en su casi totalidad del morenismo y se expresan en dos columnas: la Sociedad Patriótica, dirigida por Monteagudo, como organización de superficie y la Logia, donde predominan San Martín y Alvear, como organismo clandestino (es decir, los restos del morenismo de Buenos Aires y los logistas de los Caballeros Racionales de Cádiz que han arribado en 1811).
El 31 de enero de 1813 comienza a sesionar la Asamblea y las medidas adoptadas responden a la naturaleza democrática de la revolución de 1810. Entre ellas, cabe destacar: a) "La libertad de vientres" que declara libres a los hijos de esclavos nacidos a partir de ese momento, porque "la naturaleza no ha formado esclavos sino hombres"  que se "han dividido en opresores y oprimidos", situación que debe ser corregida; b) "La extinción de todo tributo" sobre las comunidades originarias, teniéndolos "por perfectamente libres" y "en igualdad de derechos", concluyendo así con la vieja explotación; c) "La anulación de los emblemas nobiliarios en las fachadas de las casas" y "la extinción de todos los títulos de condes, marqueses y barones" porque, como diría Artigas, "hay que terminar con esos privilegios que nacen de la cuna", d) "La abolición de la Inquisición y la prohibición del detestable uso de los tormentos", decidiéndose la destrucción de todos los instrumentos de tortura en la plaza pública; e) La sanción de "obligaciones fiscales establecidas de modo progresivo en función de los ingresos percibidos", así como "la aplicación de empréstitos forzosos a los capitalistas para cubrir las necesidades del Estado" retomando parcialmente el Plan de Operaciones ; f) "Asegurar la más amplia libertad de pensamiento en materia civil y religiosa", así como de libertad de prensa; g) "Cumplimiento de las obligaciones fiscales por parte de los prelados que adeudan crecidas sumas" poniendo fin a uno de los privilegios de la jerarquía eclesiástica; h) "Obligación de bautizar a los niños con agua templada para evitar los espasmos que producen los bautismos lo cual se vienen realizando con agua fría" y traspaso de "las casas hospitalarias, en poder de la Iglesia, a manos seculares"; i) Reconocimiento a todos los americanos españoles, mestizos, cholos, indios y demás hombres libres para elegir representantes de las provincias libres de Charcas, Potosí, Cochabamba y La Paz, evidenciando el interés por incorporar a los pueblos originarios del norte.
En relación a la declaración de la independencia, en cambio, prepondera en la Asamblea el criterio de no declararla (obsérvese que en 1812, España ha dictado la constitución de las Cortes de Cádiz, en la cual no se reconocen colonias y más aun, intervienen diputados americanos). Sólo se decide que los funcionarios no juren por Fernando VII, como hasta ahora, se ordena preparar una marcha patriótica y que en el sello de la Asamblea aparezca un escudo. Ni independencia ni bandera, que nacerán en 1816 después que la contrarrevolución triunfe en España y se reinstaure la monarquía, con fuerte represión hacia los sectores democráticos, momento en el cual se hace necesaria la separación para no caer de nuevo en la sumisión colonial al absolutismo.
La Asamblea es, pues, un mojón importante en nuestra marcha hacia la libertad, pero no puede ignorarse que estos hombres del XIII eran "morenistas sin Moreno" y también sin Castelli ni Belgrano y ello explica dos puntos negros en su historia: 1) el rechazo a la incorporación de los diputados artiguistas, entre cuyas instrucciones figuraba que Buenos Aires no fuese capital ni puerto único y se declarase la independencia, diputados que habrían estado en connivencia con San Martín dejando en minoría a los alvearistas y 2) la interferencia de un hombre estrechamente ligado a los intereses ingleses, Manuel José García, quien propone que "los inmensos depósitos de plata u oro que contienen estas cordilleras deben quedar abiertos para cuantos hombres quieran venir a extraerlas desde todos los puntos del globo y sin ninguna clase de restricciones". Allí mismo, en el seno de la revolución, cuando recuperaba el rumbo perdido, aparecían ya los que bien podríamos denominar "fondos buitre" de la época, pues este mismo García sería, años después, junto con Rivadavia, el artífice del empréstito Baring Brothers que dio origen a nuestra deuda externa.
La historia parece complacerse siempre en estas contradicciones –quizás para acostumbrarnos a analizar la política dialécticamente, con espíritu crítico–, que permite corregir errores y reforzar nuestras fuerzas ante la contrarrevolución siempre acechante. Enseña también que esa infiltración imperial no le quita a la Asamblea del año XIII su importancia. Las contradicciones explican, eso sí, que este morenismo se halla en declinación y por eso carecerá de fuerzas para oponerse a la política del director supremo, en 1817 cuando favorece el ingreso de los portugueses a la Banda Oriental para acabar con Artigas: allí, French, Pancho Planes, Manuel Moreno y Dorrego serán el último resplandor del Mayo revolucionario y por eso irán camino al destierro, mientras la burguesía anglocriolla se apodera del poder en 1821 para concretar lo que los mitristas llaman "la feliz experiencia rivadaviana", es decir, "la feliz experiencia británica" de la libre importación, los bancos privados, los consorcios con el capital extranjero y el endeudamiento externo.
Pero la revolución continúa entonces en manos de San Martín construyendo el ejército latinoamericano que cruzará los andes con bandera de la Patria Grande, detrás del proyecto de la América Latina libre y unida por el cual luchamos en estos días.

A. A. XIII LA TORTURA CINEMATOGRÁFICA

Hola Amigos, hace muy poquito los convoqué con la nota ...comerse a los hijos... sobre el recuerdo de la abolición de la tortura por la magna Asamblea del Año XIII. 
El suplemento Radar del diario Página 12 de hoy (27/1/13) trae una nota de José Pablo Feinmann titulado La Doncella y La Muerte que me complazco en enviárselos.
Feinmann es un escritor y cinéfilo exquisito que ha podido desentrañar profundamente el sentido actual de la tortura como medio de dominación global a través del análisis de la película Zero Dark Thirty aquí llamada La Noche Más Oscura.
Probablemente muchos de ustedes, especialmente nuestros lectores del exterior no tengan acceso a la misma por lo que la trascribo más abajo. 
En EE.UU. no pueden comprender tras el horror verdadero del ataque a las torres gemelas, que muchos de nosotros en otros países, sigamos creyendo lo del autoatentado, (Nunca aceptaron que el ataque japonés a Pearl Harbor fue inducido pese a la profusa documentación al respecto)
Sólo pensar que nuestros patriotas mayores aboliendo la tortura estaban dando un paso adelante gigante sobre la humanidad (de los humanos, valga la paradoja). 
Y que aquellos que la defienden pretenden aún hoy ...comerse a los hijos...
Cordialmente
Don Singulario

radar    
DOMINGO, 27 DE ENERO DE 2013

LA DONCELLA Y LA MUERTE

Por José Pablo Feinmann
Cuando los militares bolivianos cometieron la –para ellos– hazaña de matar a Ernesto Che Guevara, se sintieron orgullosos. Tanto, que lo mostraron al entero mundo en el piletón de Vallegrande. Ahí estaba el invencible Che, muerto. Ahí estaban ellos, vivos y vencedores. Que el Che, con su milagrosa sonrisa, con sus ojos, aun muerto, abiertos, les arruinara la fiesta, al punto de que el mundo vio al más bello muerto de la historia rodeado de sus asesinos y burlándose de ellos con su sonrisa, con sus ojos pícaros, tal como los tenía cuando andaba de un lado a otro por el planeta, es otra cuestión. Los militares reprodujeron el famoso cuadro de Rembrandt sobre la lección de anatomía: señalaban que los balazos habían entrado por aquí y por ahí y por allá. Ahora viene la pregunta que todos (menos los norteamericanos) se han hecho: ¿alguien vio muerto a Osama bin Laden? Nadie. Y si esperan verlo en la película de Bigelow, olvídense. Van a ver un poco de cierta barba blanca y los orificios de una nariz con algún toque de sangre. ¿Alguien vio cuando lo tiraron al mar? ¿Tomaron fotos de algo sus sacrificadores? Nada. Y cuando llegó la noticia del eterno ocultamiento en el mar todos –en la Argentina y en muchos países del mundo– dijeron: mentira, nos toman por idiotas. O no lo mataron o lo mataron hace tres o cinco años y recién ahora (vaya uno a saber por qué) la CIA nos lo hace saber.
Tomarnos por idiotas es lo que se proponen, pero en concepciones conspirativas de la historia los argentinos somos maestros. ¿Por qué nos escamotearon a Osama? ¿Por qué lo tiraron al mar? ¿A quién tiraron al mar? ¿No tienen una foto para mostrarnos? ¿En la palabra de quién tenemos que creer que semejante archivillano ha sido abatido y el vencedor es parco en exhibir y probar exhaustivamente su triunfo y hasta su gloria? Además, ¿alguien cree todavía que el acontecimiento histórico universal de las Torres Gemelas no tuvo aliados internos? 1) Legitimó el triunfo electoral de Bush, que había sido todo menos transparente. A partir de ahí se transforma en el líder de la nueva cruzada: The President takes charge, dicen entusiastas varios magazines; 2) Se legaliza la guerra contra Saddam Hussein y la invasión a Irak. Guerra que todavía continúa y que ya ha tenido un costo de vidas altísimo. Y que ha recurrido a la tortura (tarea de inteligencia) y ha instalado innúmeros campos de concentración, no detectables por los satélites pues sólo los tienen EE.UU. o sus buenos aliados del Occidente capitalista y cristiano. La guerra de Irak está sostenida por el ataque a las Torres. Y la tortura sigue siendo (y seguirá siendo) la más efectiva de las tareas de inteligencia. Por si hiciera falta: la película de Bigelow lo demuestra. Ya lo había demostrado la casi intolerable Unthinkhable y el fanático agente Jack Bauer en 24 de la cadena Fox, propiedad del derechista Rupert Murdoch, zar de los medios. Ahí se entroncan los medios con los guerreros de la democracia, tortura mediante.
LAS LAGRIMAS DE LA COMANDANTE
Los norteamericanos no inventaron esto. Fue obra de los franceses. En Indochina y en Argelia impusieron la teoría de la Defensa Nacional. Su herramienta principal de inteligencia: la tortura. “La legalidad es incómoda, coronel”, heroicamente le dice un periodista francés (que, sin duda, había leído a Sartre) al coronel Mathieu. Su respuesta (notable) ya es bastante conocida: “La cuestión no es la tortura. La cuestión es si Francia se queda o no en Argelia. Si se queda, no me pregunten por los métodos que utilizo para lograrlo”. La valiente, obstinada agente de la CIA Maya (la actriz Jessica Chastain, que ganará su Oscar pese a su voz poco atrayente, aguda hasta un poco más allá del registro de una gran actriz) podría decir a quienes la denuesten: “La cuestión no es la tortura. Es si ustedes quieren o no que atrapemos a Osama. Si lo quieren, no me pregunten por los medios que utilizo para conseguirlo”. Porque en el film de Bigelow los medios por los que se atrapa de Osama son: 1) La terquedad de la agente Maya. Su obstinación casi enfermiza. “Los de Washington dicen que es una asesina”, le comenta un hombre del Departamento de Estado a otro. Así nomás, al pasar. Maya, la heroica y terca protagonista, es una asesina según las altas fuentes de Washington. Luego Maya presencia las torturas y aunque algún mohín de disgusto expresa su linda cara, de ningún modo intenta impedir ninguna atrocidad. Las atrocidades de las torturas mienten. La principal y casi única es la que aquí conocemos como “el submarino”. ¡Qué piadosos los de la CIA! ¿No averiguaron los métodos de inteligencia de los militares argentinos? El empalamiento, la picana, la tortura delante de los hijos, la violación de las mujeres, el robo de los bebés, el asado de los prisioneros, vivos o muertos, los vuelos de la muerte, etc. O sea, Bigelow muestra una tortura light.
Sin embargo, su fiel torturador dice una frase decisiva ante el capo de la CIA (James Gandolfini): “Todo esto se basa en informes de los presos. Hay un 60 por ciento de posibilidades de encontrar a Osama”. Maya (que comparte la idea de que todo se basa en el testimonio de los presos) dice, contundente, “Hay un ciento por ciento. O, para no asustar sus cojones, caballeros, digamos un 95 por ciento. ¡Pero es un ciento por ciento!”. ¿Quién es Maya, personaje que se devora el film con su omnipresencia, de la que podría afirmarse sin dudar que atrapa a Bin Laden por su perseverancia casi inverosímil? Maya (y aquí va la bomba) es el alter ego de Bigelow. “Si yo hago la película, yo lo atrapo.” ¿Quién es Kathryn Bigelow? Filmó siempre películas de hombres. Estuvo casada con James Cameron, detalle que algo tendrá que ver en la totalidad de nuestro análisis. Su film anterior fue una glorificación de los desactivadores de bombas, todos héroes, todos sacrificados, todos tipos que arriesgan sus vidas por salvar las de los otros. Bigelow es uno de los grandes personajes de Hollywood, es (según creo) bellísima, y ya pasó los sesenta. Tiene cara de inteligente, de mujer brillante, corajuda. Es patriota. Y atención: uno de sus próximos proyectos es hacer un film sobre la Triple Frontera a la que llenará de narcotraficantes, fundamentalistas islámicos y drogones miserables, despojos de la vida que nada valen.
Volvamos a Maya. Todos están en contra de su obstinación por ir tras Bin Laden. Un personaje comenta: “Es ella contra el mundo”. Sin embargo, aparte de su patriotismo agobiante, nada parece justificar (internamente) esa perseverancia. Maya es sensible. Maya es dura. Se enfrenta al mundo masculino y hasta llega a reventar a gritos a un tipo que se le opone (gran escena de Jessica Chastain que proyectarán si le dan el Oscar, recuérdenlo). La película se centra más en ella que en el misterio Osama, en el despliegue de inteligencia, o en la acción impresionante de las fuerzas de ataque. ¿Por qué llora Maya al final del film? ¿Por qué el film cierra con un plano medio de Maya derramando breves, pero dolorosas lágrimas? Tal vez, conjeturo, porque comprende que el sentido de su vida ha muerto con Osama. Tal vez porque sabe que mintió. ¿Alguien puede imaginar qué habría sucedido si Maya destapa la bolsa mortuoria de Osama, lo mira, mira a sus compañeros y niega con su cabeza en lugar de afirmar? ¿Era posible una actitud así en una mujer que había arrastrado al poder más grande de la Tierra hacia una zona inhallable donde no estaba lo que debía estar, lo que ella había dicho (con el ciento por ciento de su obstinación) que estaba? Llora por eso. Porque mintió. Porque será imposible exhibir algo de Osama al mundo y probar la hazaña. Porque habrá que sepultarlo en el mar, escamotearlo, esconderlo para la eternidad. Y si no que alguien diga por qué llora esa mujer tan dura, una “asesina”, una comandante de hombres, una convencida de los beneficios de la tortura.
UNA BANDERA PARA LA GUERRA
Decir que el film está bien hecho es un pleonasmo. Bigelow dirige bien y tiene –aquí– a toda la CIA y a todo el gobierno de los EE.UU. de su parte. Aunque se inicia con un contraste burdo, indigno de cualquier artista, pero perfecto para justificar la tortura. Pantalla en negro y de a poco empezamos a escuchar los gritos de los que habitan las Torres cuando se produce el atentado. Es el horror, por supuesto. Pero ese horror está puesto exactamente ahí para que la película pueda abrir con una escena brutal de tortura. ¿Ven? Aquí está la consecuencia inevitable del atentado. Fue porque nos agredieron que hacemos algo que no haríamos. Nos forzaron. Nos obligaron a hacer cosas que John Wayne jamás habría hecho, aunque las haría de estar en nuestro puesto, como vengadores de la injuria más grande que América ha recibido.
Confieso –casi dando un salto en el desarrollo del film– que el ataque final a la morada del Villano no me impresionó como lo esperaba. Ocurre de noche. Las luces salen de los súper cascos de los súper soldados. Hay tiros a destajo, muertos, idas y venidas, hasta que parece que matan a alguien (al que casi no se ve) que es Osama. A partir de aquí, lo ponen en una bolsa, lo llevan a un helicóptero y luego a un avión en que aguarda Maya, quien dice –con apenas un leve movimiento de cabeza– que sí, que es él.
La película ha generado furias de todo tipo. El progresismo norteamericano (que existe, y ya lo creo que existe; sobre todo, claro, en Nueva York) no le ha perdonado nada a Bigelow. Naomi Wolf le ha enviado una carta personal. La carta es dura y no se ahorra nada. Ni siquiera el símil Bigelow-Riefensthal que resulta evidente para muchos de los que ven la película. ¿Quién es Naomi Wolf? Tiene un peso, un, por decirlo así, predicamento entre los sectores progresistas norteamericanos que la autoriza a decirle a Bigelow lo que abundantemente le dice. Anda por los cincuenta años, nació en San Francisco y su último libro es un éxito de ventas. Se llama The End of America. Postula que su país está muriendo por incurrir en la negación de sus valores tradicionales, los de la democracia. Que se está deslizando hacia el fascismo utilizando como pretexto el acontecimiento del nine eleven que ha llevado a primer plano a todas las fuerzas conservadoras y les ha dado una bandera de lucha, una bandera para la guerra con el argumento falaz e infundado de defenderse de un segundo ataque. (Ver: Antes de que nos ataquen de nuevo, de Bruce Ackerman, y Terrorismo y Contraterrorismo, un libro apoyado por la marina argentina. También The Real America, ese horrible manifiesto de Glenn Beck. Y para vacunarse contra esta catarata autoritaria siempre está el notable La otra historia de los Estados Unidos de Howard Zinn.) Pero The End of America es un libro apocalíptico. Al menos para eso que los norteamericanos piensan de sí mismos y de aquello que quieren seguir siendo. Ya no seguirán siendo eso, dice Wolf. Si presenciamos el fin de “America” es porque su corrimiento hacia las leyes del fascismo parecen ser inexorables, ya que Obama, en el aspecto de la guerra contra el terror, no se ha diferenciado esencialmente de los republicanos. Le exige a Bigelow que presente las pruebas que la llevaron a filmar su apodíctico film. “Querida amiga –le dice–, presenta tus fuentes. Muestra tus pruebas de que la tortura produjo información que salvó vidas o de cualquier otro tipo. Pero no puedes presentar pruebas de esta información. Porque no existen. Cinco décadas de investigación, citada en el documental de 2008 The End of America, confirma que la tortura no funciona. Robert Fisk suministra otro resumen de esa categórica conclusión. Y este informe de 2011 de Human Rights First refuta la principal premisa de Zero Dark Thirty.” Y éste es el punto axial de la discusión. Aun cuando se acepte dejar de lado el aspecto moral, ¿sirve la tortura para obtener información, como tarea de inteligencia? Recordemos: uno de los personajes más cercanos a Maya, el que hemos visto torturar con mayor convicción a los sospechosos, dice en la reunión con el jefe de la CIA: “Todo esto se basa en informes de los presos”. Y sin embargo, afirma que sólo hay un 60 por ciento de posibilidades de atrapar a Osama en base a esos datos, en tanto que Maya, terminante, vocifera: “¡Un ciento por ciento!”. Los halcones no quieren abandonar la tortura porque, a través de ella, dan cauce a su sadismo, a su odio racial. Y algo –aunque puedan conseguirlo por otros medios más civilizados, aunque ¿hasta qué punto la tortura no le es hoy inescindible a la civilización como antes lo fueron las grandes masacres de los pueblos colonizados?– conseguirán. Las palomas seguirán insistiendo en que la tortura no es eficaz, que quiebra no sólo al enemigo sino al torturador, que, además, hunde en la infamia al país, que acostumbra a su pueblo a la brutalidad, al fin de la democracia y a la entronización de la violencia como regla para sobrevivir en la sociedad del dolor.
UNA SERVIDORA
En cuanto al paralelo con Leni Riefensthal, es complejo. Pero me atrevería a decir que perjudica a Bigelow. Leni filma en los albores del nazismo. Filma a comienzos de la década del ’30. Heidegger, en la célebre correspondencia que sostuvo con Marcuse, le dice, justificándose: “Auschwitz no era visible desde 1933”, fecha en que asume el rectorado de la Universidad de Friburgo. Marcuse, desde luego, le dice que sí, que era visible. Leni podría haber dicho lo mismo. Y el tema es materia de discusión. Pero nadie puede discutir que Bigelow filma cuando la Guerra contra el Terror lleva diez años de vejaciones y horrores varios. Sabe bien la causa a cuyo servicio se pone. La carta de Wolf finaliza condenando sin retorno a Bigelow: “El desagradable trabajo que realizó Riefensthal, con el paso del tiempo, no se ha podido ocultar. Los estadounidenses también despertarán y verán a través de la apología de La noche más oscura las mentiras estandarizadas de un régimen que pretende que esta brutalidad es necesaria de alguna manera. Cuando eso suceda, la misma comunidad que hoy te aplaude dará un salto atrás. Como Riefensthal, eres una gran artista. Pero ahora te recordarán eternamente como una servidora de la tortura”.
Como no podía ser de otro modo, el limitado y pretendido politólogo Vargas Llosa se ha metido en esta cuestión. Dice que vio el film de Bigelow en Nueva York y que, al terminar, el público se puso de pie y aplaudió a rabiar. Algunos, se conmueven, lloraban. Viene, en su texto, de comentar un libro de Niall Ferguson que atesora una visión ásperamente pesimista sobre la cultura occidental. Escribe: “Al terminar este film genial y atrozmente autocrítico, los centenares de neoyorquinos que repletaban la sala se pusieron de pie y aplaudieron a rabiar; a mi lado, había algunos espectadores que lloraban. Allí mismo pensé que Niall Ferguson se equivocaba, que la cultura occidental tiene todavía fuelle para mucho rato”. ¿Por qué no? ¿Cómo no habría de compartir Vargas Llosa el alivio de esos neoyorquinos paranoicos que aceptan cualquier cosa con tal de ser protegidos del feroz terrorismo, del fundamentalismo asesino que les derrumbó esas torres en el mismísimo corazón financiero de Manhattan? ¿Cómo no habría de creer que Occidente tiene larga vida en tanto “servidoras de la tortura” (Naomi Wolf dixit) como Bigelow hagan films financiados por la CIA y el Pentágono? Sólo un hombre con una visión tan limitada de Occidente y del humanismo no advierte que la tortura no salvará esta contradictoria civilización que, entre atrocidades, ha dado también maravillas al mundo. Si se salva será por entender de una vez por todas algunos de los principios centrales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos declarada el 10 de diciembre de 1948. Que son: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Y también: Prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes. Sin embargo, la esperanza se nos vela ante los acontecimientos. Desde 1948 hasta aquí se han acumulado incontables horrores. Cualquier guerrero del Pentágono o de la CIA o de muchos otros países se reiría de esos principios, dictados ante el cercano horror de la Segunda Guerra, con sus cincuenta millones de muertos. Walter Benjamin ya se horrorizaba al ver en la historia una cadena de ruinas. Proponía la concepción de la historia como catástrofe. Aunque, también él, dijo la más hermosa frase que aún puede dar vida a cierta forma de empecinada ilusión: Es por nuestro amor a los desesperados que aún conservamos la esperanza.

A. A.XIII COMERSE AL HIJO

Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el 2 de febrero de 2013 
…comerse al hijo…

-¡Hola don Singulario! Con ese título me parece que vamos mal, aunque sea una metáfora, es de mal gusto. Además no creo que tenga mucho que ver con el Bicentenario que festejaremos la semana próxima, y  que prometió seguir…

-Como siempre conversamos del sentido de las palabras, esa alusión suya del mal sabor que podría tener un hijo, por ejemplo, seguro que nos lleva por caminos muy desagradables.

-Déjeme que le cuente un poco la génesis de esta nota y probablemente comprenda, aunque no me justifique.
Vamos a comenzar aclarando que la magna Asamblea del XIII, pese a los muchísimos inconvenientes propiciados por los factores de poder porteño, en su cometido fue colosalmente progresista si consideramos por ejemplo, la cantidad de sanciones en defensa de los derechos humanos que aún hoy nos rigen, aunque lamentablemente en muchos casos persisten como rémoras: la tortura, la esclavitud, etc.
En ese orden de cosas me puse a buscar antecedentes sobre los instrumentos de tortura que fueron “abolidos” entonces. Por tener a mano el libro pensé que sería un buen lugar comenzar por Las Siete Partidas (El Libro del Fuero de las Leyes) de Alfonso X El Sabio, que legisló para la España Medieval y cuyos mandatos fueron muy tenidos en cuenta por los conquistadores que trajeron a América sus lindezas y fealdades. Entre paréntesis ¿se habría enterado de aquella Asamblea el Polo Lugones, hijo del poeta, jefe policía de Uriburu, cuando se le dio por inventar la picana eléctrica en los años ’30?

-No le encuentro gollete don que, para hablar de torturas abolidas, vaya a buscarla con un gaita sabio del tiempo de maricastaña, en vez de buscarla en escritos de la época, sabiendo que cuenta con material muy interesante…

-Tiene un poco de razón, pero usted sabe cuán disperso es mi marote. Permítame continuar ya que empecé. En la búsqueda de las leyes que admitían los instrumentos de tortura, –donde se justificó la temible Inquisición para su uso y perfección– me topé con algo que me estremeció. Por no sufrirlo solo, quiero compartirlo en esta nota, alejándome un poco de lo pactado..
Está en la Ley XI de la Partida 4ª: Por qué razones puede el padre vender o empeñar su hijo.

-¡Pare la mano don! ¿Había una ley que permitía eso con los hijos?

-Era por el 1200. Vea su texto:
«Quejado siendo el padre de gran hambre e habiendo tan gran pobreza que no se pudiese socorrer de otra cosa, entonces puede vender o empeñar sus hijos, porque haya de que comprar que coma. [...] E aún hay otra razón porque el padre podría esto hacer, pues según el Fuero Real de España, siendo el padre cercado en algún castillo que tuviese de señor, si fuese tan cuitado de hambre que no hubiese el qué comer puede comer al hijo, sin malaestanza, antes que diese e castillo sin mandato de su señor. De donde si esto puede hacer por señor, guisada cosa es que lo pueda hacer por sí mismo. [...]»

-¿Sabe don que me puso la piel de gallina como en las pelis de terror? ¡Encima que especifique hasta la forma de guisarlo…!

-¡No hombre! La expresión “guisada cosa”  es del español antiguo y sería algo así como “de igual forma”.
Tome lo anterior sólo como una anécdota macabra fuera de contexto. En cuanto a don Alfonso X, en su obra magna “Las Partidas” señalaba que el «tormento es una manera de prueba que hallaron los que fueron amadores de la justicia» «Cometen los hombres a hacer grandes yerros e males, encubiertamente, de manera que no pueden ser sabidos, ni probados. E por esto tuvieron por bien los sabios antiguos que hiciesen tormentar a los hombres para que pudiesen saber la verdad por tanto de ellos [...]»

-De  cualquier forma,  sean prehistóricas, mediavales o modernas no dejan de impresionar leyes tan aberrantes…

-Lo que queda en claro que aquellos instrumentos, como tantas otras cosas que nos legaron los conquistadores hizo carne en la cultura de nuestra América mestiza. Los distintos gritos de libertad que sonaron en distintas épocas, fundamentalmente luego de la revolución francesa promoviendo los derechos del hombre por sus pensadores más preclaros fueron escuchados en este continente, desde los Estados Unidos hasta el Plata. En ese sentido un viernes 21 de mayo de 1813 como homenaje a la Revolución de Mayo se dictó la ley que abolía y destruía en la emblemática Plaza de Mayo los instrumentos de tortura. Vea su texto:
«La Asamblea general ordena la prohibición del detestable uso de los tormentos, adoptados por una tirana legislación para el esclarecimiento de la verdad é investigación de los criménes; en cuya virtud serán inutilizados en la plaza mayor por mano del verdugo, antes del feliz día 25 de mayo, los instrumentos destinados á este efecto.- Firmado Juan Larrea presidente.- Hipólito Vieytes Secretario»

- ¿Sabe don? Todo lo que usted  comenta como cosa del pasado, no me parece tal. En nuestro país nunca se destruyeron realmente los instrumentos de tortura, aún hoy se reciben denuncias de tales hechos aberrantes. Y si nos vamos al plano internacional da un miedito bárbaro ver las fotos de los presos de Guantánamo.  

-Lo interesante de rebuscar historias viejas tiene que ver cuán parecidas son a las actuales…

-Otra cosa son, según me cuenta mi nieto, los escritores “iluministas” franceses como Voltaire, Rousseau, Montesquiu y otros pregonando la libertad e independencia, los que de alguna manera inflamaron el alma patriótica de Belgrano, Moreno, Castelli, Monteagudo y otros para que se concretara esta Magna Asamblea  

-Mi amigo, me reconforta escuchar como dialoga con su nieto, un joven que piensa en cosas que hacen a la militancia patriótica, aunque se intoxique con hamburger y hot dogs.

-¡Qué vachaché! Para terminar don Singu, resignificando el título me parece que aquella autorización de comerse a los hijos, se fue transformando para apropiarse de los hijos de los otros. Cercana y lamentable experiencia.
Tiene Ud. razón. La semana que viene, menos tenebrosa, traeremos el bicentenario de un Belgrano traductor…


Nota: Cuando se transcriben documentos antiguos del original, todo es sic


ASAMBLEA DEL AÑO XIII (III) NAIDES ES MÁS QUE NAIDES


Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el 19 de enero de 2013 

NAIDES ES MÁS QUE NAIDES

-¡Hola don Singulario! ¿Hoy va seguir hablando de la Asamblea del Año XIII?

-Me vino a la memoria ese dicho que dicen que dicen los jinetes pastores. Me gustó Eduardo Galeano (y se lo robo) recordando el dicho cuando los paisanos orientales se rebelaron por la defección del Primer Triunvirato, que pacta con el virrey Elio en Montevideo, retirando las tropas que lo sitiaban a cambio de mejorar el comercio porteño
Don José Gervasio de Artigas se niega a entregar su tierra a los españoles –la de él y todos los hombres y mujeres, gauchos y milicianos, indios, negros y blancos, peones, labriegos y estancieros, sacerdotes y profesionales que la amaban por ser leales a la nueva patria que nacía–. Se aleja con sus huestes, las de la independencia. Ese ejército que renace en la huella con picas y cuchillos, con mujeres que curan heridos y empuñan lanzas y frailes que bautizan a los soldados recién nacidos, con maestros de letra y maestros de cuchillos, al decir de don Eduardo
La caravana se dirige al norte despoblando su terruño amado, en carretas, a caballo o a pie. Los indios quemando sus tolderías acompañan con flechas y boleadoras. Todos a una sin desfallecer, la Patria lo exige y don José sabe que cuenta con un pueblo de valientes. Atrás junto a las lágrimas queda el terreno arrasado. Lo llamarán la Redota.

-Qué descripción emotiva don, recuerdo la historia de Belgrano y el éxodo jujeño. Cuánto dolor y cuanta entereza. ¡Qué pueblos de valientes tenemos!

-Y llegan al Ayuí en la provincia de Entre Ríos. Cruzan el río de los pájaros, instalando el campamento. Fíjese cómo el mismo Artigas relata en un parte oficial la situación:
«El Ejército se compone de cuatro a cinco mil hombres armados con fusiles, carabinas y lanzas. Cuatrocientos indios charrúas armados con flechas y bolas y estoy persuadido, que aún en los pueblos de indios ha dispuesto formar sus compañías, porque he visto algunos corregidores uniformados Toda esta costa del Uruguay está poblada de familias, que salieron de Montevideo, unos bajo de las carretas, otras bajo los árboles y todas a la inclemencia del tiempo, pero con tanta conformidad y gusto que causa admiración y da ejemplo»
Y más adelante profetiza: «Yo llegaré muy en breve a mi destino con ese pueblo de héroes»
-¿Sabe don Singu que el Charrúa ese me gusta dada vez más?
- El momento llegó, en Buenos Aires han cambiado los vientos, el Segundo Triunvirato desplaza al conservador reaccionario y centralista anterior y la primera medida es convocar a una asamblea de todos los pueblos amigos para dejar, de una vez por todas, la dependencia de un soberano lejano y poder presentarse ante el concierto de las naciones del mundo como una más, libre e independiente.
La sociedad toda estaba convulsionada. Los acontecimientos de Europa, con Napoleón, Inglaterra, Fernando VII, las Cortes de Cádiz, Portugal y la mar en coche. Y por aquí un abismo infranqueable que atenta contra la revolución. José María Rosa patentiza la situación emergente de la siguiente manera:
«La enemistad de la oligarquía al pueblo y sus caudillos necesariamente tenía que ser profunda; así como comprender es amar, la incomprensión es la raiz del odio, y la incomprensión de los impotentes genera el más tremendo de los odios»
-¿Sabe don Singulario que esa expresión me parece ideal como rótulo a los cacerolazos? Por otra parte, ese barullo europeo me suena actual: Si cambio Fernando VII por Juan CarlosI, Napoleón por Merkel, Berlusconi o Cameron…¡Bingo!
-El “Pepe” Rosa se refería a los prelados, doctores y empresarios que se habían apropiado de la Revolución de Mayo y sus gobiernos, cooptados por la diplomacia británica. Personajes que no podían entender a los jefes populares, como en el caso de Artigas eran respetados y obedecidos sin dudar por gauchos o urbanos, clérigos y propietarios, indios y negros. Se estaba constituyendo formalmente la antinomia federales y unitarios condensada en la zoncera sarmientina de bárbaros y civilizados
­-¿Y cómo se une aquella Asamblea Constituyente (que no dictó constitución alguna) y don José Gervasio?
-Eran muy complejas las relaciones militares en la Banda Oriental, mientras Buenos Aires pactaba con Elío, el sitio a Montevideo se profundizaba o levantaba según el humor porteño. Hubo amotinamientos, deserciones y demás yerbas.
Regresado del campamento de Ayuí con su pueblo, que había asimilado la “Redota” como algo inevitable y se restablecía en sus pagos, Artigas –el Jefe de los Orientales por decisión popular– se entera por infidencias que en Buenos Aires se había convocado la Asamblea y decide realizar un congreso en el que participen todos los vecinos del casco de la villa y partidos de influencia  para nombrar su representante a simple pluralidad de votos. El lugar elegido –delante de Montevideo como figuraban en su correspondencia era el paraje Tres Cruces en el camino a Maldonado.
-Una de las hinchadas yorugas más grandes son de Peñarol ¿tiene algo que ver ese nombre?
-A ese parlamento se lo conoce también como El Congreso Oriental de Peñarol. Allí se producen hechos significativos que condicionarán la presencia oriental en la Asamblea del Año XIII.
Como siempre nos ocurre con el espacio tirano, deberemos esperar otra semana para continuar. Sólo resta recordar que el 5 de abril de 1813 Don José Gervasio de Artigas lee ante su pueblo la majestuosa “Oración Inaugural”. Elegidos los diputados, el 13 de abril se redactan las instrucciones que llevarán a Buenos Aires y que por su contenido tendrían honda trascendencia en el funcionamiento final de la Asamblea.
-Por lo que me han contado don, el título de la nota era el sonsonete del caudillo oriental para recordar su sentido de igualdad frente a los poderosos y de democracia para los gobiernos. Don Pepe Mujica hoy lo declama, demuestra y aplica…







ASAMBLEA DEL AÑO XIII (II) (A.A.XIII) CAUTELAS y ASAMBLEAS…


Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el 12 de enero de 2013 

CAUTELAS y  ASAMBLEAS…

-¡Hola don Singulario! Lo veo cauteloso…

- Disculpe, eso de las cautelares me tiene un poco podrid…,.

-Creo que a muchos. Mi vieja decía que tener cautela era una suerte de pocos y que en verdad esos ñatos eran medio sospechosos,  por las dudas no les diera mucha bola…

-El diccionario da varias acepciones a ese término y sus derivados, por ejemplo precaución y reserva con que se procede, pero también astucia, maña y sutileza para engañar. Su vieja sabía de qué hablaba…

-¡Mire Ud., eso de buscarle el significado a las palabras cada vez me gusta más! Estamos tan acostumbrados a largarlas o escucharlas, que a veces les perdemos el significado.

-Ayer escuché el término “cazabobos” que aludía a bombas camufladas que explotaban cuando alguien las tocaba sin querer; se usaron mucho en la primera guerra mundial, luego por extensión pasó a ser todo aquello que engañara a inocentes desprevenidos. Con las palabras uno puede pensar que en ciertos casos son cazabobos, les damos el sentido que ciertos comunicadores de turno le proponen y luego las repetimos como bobos.
Jauretche las llamaba zonceras y nos apuntó: [...] porque la gente azonzada no la curan los consejos; cuando muere el zonzo viejo queda la zonza preñada [...]

-Entonces don, ¿cómo podemos darnos cuenta que estamos pasando por bobos?

-Siguiéndolo a don Arturo: Basta detenerse un instante en su análisis para que la zoncera resulte obvia, pero ocurre que lo obvio pasa con frecuencia inadvertido, precisamente por serlo.
Decíamos que los artefactos cazabobos eran usados en situaciones violentas y para evitarlos se educaba a la población cómo detectarlos. En esta sociedad nuestra, tan maltratada por los medios hegemónicos y sus mecanismos de marketing –que venden cualquier truchada– es imprescindible estar atentos ante cada palabra que es muy repetida, y fundamentalmente por la cadena de la mala onda, el miedo y el desánimo, como se ha dado en llamar a ciertos pasquines y sus propaladores.

-Le decía que lo veía cauteloso, pero me parece más bien agresivo…

-Es que no pasa un minuto sin recibir ataques disimulados con informaciones sin fundamento que, cuando son descubiertas se travisten en otras parecidas, y así sigue como la calesita. Pensamos para esta nota, continuarla sobre el bicentenario de la Asamblea General Constituyente (que no dictó constitución alguna) pero la llegada de la Fragata Libertad acaparó todo los titulares (TV, radio, prensa escrita, comunicadores y politólogos de rancia estirpe y de los otros) que nos tuvieron con el corazón en la boca ante el peligro de encallar en los bancos de arena que rodean a Mardel, aparte de mil disparates más.
Fíjese que –descalificando la idoneidad de sus tripulantes– procuraban hacer creer que los bancos de arena serían fatales, cuando en verdad los bancos riesgosos son aquellos del corralito que pusieron en riesgo de disolución a la Nación.  
Pasemos sin más,  al tema que nos convoca este año:
La Asamblea –cuyo bicentenario celebramos– se imaginó con los mejores auspicios para dictar la independencia del rey y los españoles. El 24 de octubre de 1812 el nuevo Triunvirato llamó a elegir una asamblea “que vote y decrete la figura con que deben aparecer las Provincias Unidas en el gran teatro del mundo”
Con Juan José Passo como uno de los más fervientes promotores –era como un gato que siempre caía parado, probablemente por su capacidad legal y administrativa, amén de su acendrado patriotismo– el gobierno que integraba junto a Francisco Belgrano y Antonio Álvarez Jonte, la convococaron y parte del texto del documento dice cosas como:
 En vano los impostores políticos, ó erguidos aristocratas intentarán paralizar esta justa empresa enlazando el interés público con el mantenimiento de antiguos abusos á la par de esteriles esperanzas : los tiempos y la fuerza misma de las cosas han completado ya la revolucion moral en los sentimientos é ideas de los americanos; su indefinición politica, ó su neutra permanencia, ó los arrastraría á la disolución de una espontánea anarquia, ó los volveria á sepultar en la calma estúpida de la más ignominiosa servidumbre, descendiendo á ella con los sagrados derechos de que no hubiesen hecho uso en su tiempo y en su tumo. ¿Por qué se temerá escuchar por primera vez la voluntad de todos los pueblos que pueden libremente explicarla? ¿Qué acontecimiento podrá hacer gravitar los ultrages de la servidumbre sobre los pueblos aun oprimidos con mayor estrago y fiereza, quando los sucesos de La Paz, Cochabamba, y Potosí, han completado ya los términos de ferocidad, desolación y tiranía? Mantenganse, si se quiere, los abusos mismos ó las envegecidas instituciones; pero reciba al menos qualquiera determinacion el gran caracter del consentimiento público, para que regle la conducta de unos pueblos que no deben ya ser gobernados sino por verdaderas leyes dictadas en una asamblea general. (todo sic)

-Don Singu, parece que había bambolla y ciertos ñatos estarían fragoteando por lo que esa convocatoria deja entrever. Me imagino a don Juan José calentito ante los gaitas que había ayudado a rajar un glorioso 25 de Mayo y que seguirían parapetados en sus negocios monopólicos. No me caben dudas que estaban ayudados por los gringos que se quedaron después de las invasiones, casados con las señoritas de la alta sociedad. Me figuro un Buenos-Ayres como Casablanca, llena de espías, comerciantes, diplomáticos de las potencias del momento y otros aventureros tratando de sacar tajada de la incipiente revolución.
¿Y sabe algo más? Me parece un texto de profunda actualidad…

-No se ha equivocado, vale la pena leer la correspondencia de sus habitantes más “caracterizados” para comprender que los que pedían reconciliación, paz, buenos modales y demás términos que se han vuelto a poner en boga, eran esos que Ud. nombra, mientras que los patriotas, revolucionarios de verdad, estaban “crispados” no dejándose avasallar (rechazaban ser vasallos de rey alguno). Parece ser que eso de los buenos modales los reclaman aquellos que cuando están en el poder se los olvidan…
Déjeme terminar hoy, recordando que San Martín fue uno de los principales promotores de este Segundo Triunvirato elegido para esa convocatoria independentista y constituyente. Que José Gervasio de Artigas fue otro de sus más fanáticos defensores regresando con su pueblo desde el Ayuí luego del memorable y triste éxodo y que a las puertas de Montevideo, en Peñarol llamó a elegir los diputados que representarán a la Provincia Oriental.
Y que esos buenos deseos, como tantos otros fueron todos abortados por la plutocracia porteña, sus seguidores y la mano todopoderosa del imperio pirata. La seguiremos… 



ASAMBLEA DEL AÑO XVIII (I)


ESTE AÑO DON SINGULARIO  LE VA A DAR PREPONDERANCIA A LA ASAMBLEA QUE CUMPLE EL BICENTENARIO DE SU APERTURA. CON TAL MOTIVO LA MAYORÍA DE LOS ARTÍCULOS SE REFERIRÁN A DIVERSOS ACONTECIMIENTOS QUE OCURRIERON A SU ALREDEDOR, EN SU MAYORÍA IGNORADOS, O LO QUE ES MUCHO MÁS PERVERSO,  DISTORSIONADOS  POR QUIENES DEBIERON EDUCAR SOBRE NUESTRA HISTORIA.

Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el 5 de enero de 2013 
Asamblea del año XIII (I)

-¡Hola don Singulario! ¡Feliz año 2013!

-Igualmente para Ud. y nuestros lectores. Que el nuevo año que comenzamos sea el continuador de una era de paz y prosperidad en democracia y libertad recordando que se cumplirán treinta años de su reconquista en 1983.

-Sí don Singu y también el bicentenario de la primera Asamblea General Constituyente.

-Que no logró darnos una Constitución…

-Parece que nuestra historia constitucional muchas veces tuvo tropezones don…

-Así parece…El 31 de enero próximo será feriado, conmemorando el inicio de sesiones de aquella magna Asamblea del Año XIII que duró hasta 1815, decretando algunas disposiciones que hasta hoy son orgullo de nuestra argentinidad.

- En la escuela me enseñaron que dispuso la libertad de vientres, la abolición de la esclavitud, la eliminación y quema de los elementos de tortura y la Inquisición, eliminó los títulos de nobleza proclamando la igualdad entre los hombres, eliminó el trabajo obligatorio indígena, encargó  el Himno, acuñó la moneda y el escudo eliminando la imagen del Rey Fernando, reemplazó el Triunvirato por un Directorio y no me acuerdo cuantas cosas más.

-Como ocurre con la explosión de los sistemas de comunicación probablemente se caigan muchos mitos que se han hecho carne en nuestras golpeadas humanidades desde la educación impartida en las escuelas…

-No comprendo a dónde quiere ir don, ¿me va a contar que eso que aprendí en mi más tierna infancia, es un grupo? Usted parece ese Maleni gangoso de la TV y la radio matinal que se pone feliz dando malas noticias…

-Me parece que confundió el nombre, no es male sino bone. Y no disfruto con las malas, al contrario, me encanta pensar en las buenas nuevas que podemos encontrar a través de los escritos de época que fueron tergiversados con fines facciosos por los detentadores del poder comunicacional. Por ejemplo que aquella Asamblea fue, –pese a su fracaso provocado por los porteños (monopolios comerciales, embajadas extranjeras y políticos unitarios entre otros ) que sabotearon la declaración independentista como había sido proyectada en su origen– promotora de algunas de las más importantes medidas que Ud. nombró.
Por ejemplo vea el primer decreto publicado el 3 de febrero de 1813…

-Don Singulario, esa fecha es paradigmática en nuestra historia, recuerdo su nota reclamando al intendente Curto del partido vecino homónimo para que haga honor a la fecha homenajeando a San Martín en el Combate de San Lorenzo en lugar de festejar al trágico Caseros. A ver ¿cuéntenos que cosa importante ocurrió en la Asamblea del Año XIII ese día?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

-Tengo a mí vista el facsimilar del pliego apaisado sin pie de imprenta de 290 x 193 mm que se emitiera en forma de bando para conocimiento de la población y que dice:

EL SUPREMO PODER EXECUTIVO PROVISORIO DE LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL RÍO DE LA PLATA, á los que la presente viesen, oyesen, y entendiesen. Sabed: que la Asamblea Soberana general constituyente se ha servido expedir el decreto del tenor siguiente:
“Siendo tan desdoroso, como ultrajante á  la humanidad, el que en los mismos pueblos, que con tanto teson y esfuerzo caminan hacia su libertad, permanezcan por mas tiempo en la esclavitud los niños que nacen en todo el territorio de las Provincias unidas del Río de la Plata, sean considerados y tenidos por libres, todos los que en dicho territorio hubiesen nacido desde el 31 de enero de 1813 inclusive en adelante, día consagrado a la libertad por la feliz instalación de la Asamblea general, baxo las reglas y disposiciones que al efecto decretará la Asamblea general constituyente.= Lo tendrá así entendido el Supremo Poder Executivo para su debida observancia. Buenos–Ayres, febrero 2 de 1813-= Carlos Alvear. Presidente.= Hipolito Vieytes. Diputado Secretario.= Por tanto, para que este soberano decreto tenga su puntual y debido cumplimento, publiquese por bando en esta Capital, imprimase, y comuniquese al Gobernador Intendente de esta Provincia para que lo haga asi mismo notorio en todos los puntos de su dependencia, dirigiendose igualmente a todos los gobiernos de la comprension de este Supremo Gobierno Executivo á los efectos que van prevenidos. Buenos–Aires 3 de febrero de 1813,= Juan Jose Passo.= Nicolas Rodriguez Peña.= Por mandado de S.E. D. Jose Ramon de Basavilbaso.
-Extraordinario don, se trata de la declaración que eliminaba la esclavitud en la nueva Nación. A la alegría causada entre los beneficiarios debe haber generado muchas polémicas en aquella época por los intereses económicos que afectaban y supongo que se habrán presentado infinitas medidas cautelares en las Cámaras de Apelaciones de los Tribunales de la Nación para considerarla anticonstitucional dicha medida…
-¡Pare amigo, no se embale comparándola con hechos actuales! No podía ser una medida anticonstitucional si la proclamaba la Asamblea Constituyente y seguramente no habría Cámaras de Apelaciones con miembros becados a paraísos turísticos.
Pero sí,  generaron tantas polémicas y reclamos ese decreto como el posterior del día 4 que “declaraba libres a los esclavos que de cualquier modo se introduzcan desde ese día en adelante por el solo hecho de pisar el territorio de la Provincias Unidas” que el omnipotente embajador británico la rechazó. Vea cómo lo cuenta José María Rosa en su Historia Argentina (Oriente, Buenos Aires, 1965, t 3, p 21)
«Strangford, a nombre de Brasil, protestó el 27 de noviembre por esta declaración que favorecía la fuga de esclavos brasileños e impedía el traslado a territorio de las Provincias Unidas de propietarios brasileños con sus esclavos [...]. El 27 de diciembre el Directorio, investido de facultades extraordinarias,  “suspendió” el decreto “como una prueba irrefragable de la sinceridad con que desea conservar y promover la buena inteligencia establecida entre ambas posesiones a influjo de la respetable interposición de V.E. (Strangford)” Inmediatamente citó a la Asamblea y ésta la derogó»
-Está bien don, cada vez que nos metemos en nuestra historia, de una u otra manera aparecen los piratas doblándonos el brazo. Me había entusiasmado con aquella libertad pero por lo que veo duró muy poco. Seguro que está preparado para pincharme algún otro globo.
-Lo dice Lito Nebbia, “si la historia la escriben los que ganan, quiere decir que hay otra historia”. Este año bicentenario vamos a a conversar tupido sobre la Asamblea del año XIII y otras yerbas de la época. Tengo un facsimilar publicado por la Imprenta de los Niños Expósitos que no tiene desperdicios titulado “Memoria Sobre La Necesidad De Contener La Demaciada Y Perjudicial Licencia De La Mugeres Al Hablar
-No se lo vaya a dar a las feministas don…