jueves, 4 de abril de 2013

Reportaje a don Artuto Jauretche

Jauretche: reflexiones sobre la victoria
El 25 de mayo de 1974 moría en Buenos Aires el pensador, ensayista y político argentino Arturo Jauretche. En 1935 fundó junto a un grupo de radicales disidentes la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) y más tarde adhirió al justicialismo. Durante el gobierno de Perón, fue nombrado presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Entre sus obras se encuentran: Los profetas del Odio y la Yapa, Forja y la Década Infame, El Medio Pelo en la Sociedad Argentina y Manual de Zonceras Argentinas. Para recordarlo, trascribimos un artículo aparecido en la Revista Cuestionario, donde Jauretche comenta el triunfo de Héctor Cámpora en elecciones libres, un suceso que ponía fin a una larga dictadura, inaugurada en 1966 con el golpe de Onganía.
Fuente: Revista Cuestionario – Año I, N° 3 - Julio de 1973
“Hay mucha gente que se asusta de ver en la escena pública lo que ve todos los días en su casa. Casi hay que preguntarle, al que se asusta por las actitudes políticas de los jóvenes, cómo andan las cosas por casa. ¿Tiene que dar la llave de la puerta de casa o hace rato que la llave ha sido tomada? Los temas que se tocan, ¿son los temas gratos al paterfamiliae o los temas gratos a los jóvenes? El mantenimiento del hogar, ¿pesa sólo sobre las espaldas de los padres o pesa sobre toda la comunidad familiar, empezando por los más jóvenes? Y esos cambios que se sienten profundamente, en los modos de comportamiento, en la economía familiar, en las líneas de autoridad, son el producto de que el mundo camina; y camina muy rápidamente. Lo mismo que en la vida privada ocurre en la política social.”
“En mi último libro –Pantalones cortos– señalo que me ha tocado vivir una época tan vertiginosa, que he conocido desde la tracción a sangre, casi como único medio de transporte, hasta las naves estratosféricas y las visitas a la Luna.”
“No darse cuenta de que este fenómeno universal tiene su connotación lógica en la Argentina es no darse cuenta de que el enfrentamiento de las generaciones es una cosa necesaria. Porque si los jóvenes carecen de la madurez que le reclamamos, nosotros carecemos de la adecuación a la realidad que ellos nos reclaman. Somos hijos de nuestro tiempo, aunque no querramos serlo; aunque querramos ser revolucionarios. Quien no entiende esto se halla imposibilitado de entender al general Perón cuando habla del trasvasamiento generacional.”
“En un libro, creo que en Los profetas del odiohe dicho que no hay frase más errada que aquella acuñada por Mirabeau: ‘La revolución es como Saturno, que devoraba a sus hijos’. No es cierto. La revolución no devora a sus hijos: devora a sus padres. Porque los padres, por revolucionarios que sean, están conformados por un mundo de hábitos, gustos, ideas, de todo lo cual no es posible desprenderse como de un traje. Esas cosas están consustanciadas con nosotros y la presencia de generaciones que no han tenido nuestra formación hace que la revolución exceda los límites previstos por los hombres del ayer y tome características que debemos considerar baratas cuando no ocurre lo que ocurrió en la Revolución Francesa, que llegó a poner en la guillotina a los ‘hombres del ayer’ de la misma revolución.”
“En la Argentina, hubo un proceso revolucionario que transcurrió desde que, de nuevo, tuvimos – a partir de 1945 – la presencia del pueblo en el poder. Ese hecho, es cierto, no fue comprendido entonces por razones ideológicas. Es el caso del fubismo.”
“La juventud se escindió en aquella época en dos fracciones: la letrada y la iletrada. La de quienes preferían el libro y la de quienes preferían la alpargata para emplear una imagen grata al culterano adversario.”
“Recuerdo haber comentado un artículo de David Viñas. El decía que ‘la generación del 45’ se había equivocado. Y yo preguntaba: ¿desde cuándo los estudiantes son la generación del 45? También eran generación del 45 los jóvenes peones, los jóvenes empleados, los jóvenes seminaristas y los jóvenes cadetes. Y esa generación del 45 no se equivocó; estuvo en su posición. El que estuvo en la posición equivocada fue el fubismo de los universitarios.”
“La del 45 fue una revolución de jóvenes, a pesar de esa ausencia. Recuerdo que el día de la proclamación de la fórmula Perón-Quijano, frente al obelisco, en medio de la multitud me encontré con un viejo camarada de lucha: el teniente coronel Gregorio Pomar. Veía la multitud y se afligía: ‘¿Será posible que éstos triunfen?’.”
“‘No tengo ninguna duda. Estate seguro de que van a triunfar’, le dije. ‘Lo que caracteriza a esa multitud es la edad. ¿No ves que son todos jóvenes?’, le pregunté.”
“Pocos días después, era la proclamación de la fórmula Tamborín-Mosca, en una esquina homóloga: Avenida de Mayo y Nueve de Julio. Fui a ‘mosquetear’ y lo encontré a Pomar que ahora estaba en lo suyo. Estaba eufórico. Y empezó a hacer la consabida cuenta: son tantos metros cuadrados, tantas personas por metro cuadrado…para llegar a la conclusión de que había más gente que en el acto de programación de la fórmula Perón-Quijano. Le recalqué: ‘Lo que da la sensación de la fuerza de un movimiento, como te dije el otro día, ‘Goyo’es la presencia de la juventud. ¿No ves que éste es un mitin de ‘viudos tristes’?’.”
“Esa era la sensación que daba la proclamación de la Unión Democrática. Esa gente se había parado en el tiempo. No comprendía que el país daba un salto adelante; eso lo comprendían los jóvenes. Los jóvenes, excluidos los estudiantes, que – creyendo estar mucho más adelantados – también estaban parados en el tiempo.”
“Por eso, yo deseo para mis viejos camaradas peronistas que no se pongan en viudos tristes. Espero que contemplen este avance de la juventud con la alegría propia de nuestro movimiento.”
“Este proceso, nosotros tenemos que verlo desde atrás, otearlo desde arriba, o mejor desde abajo, desde los cimientos. Seamos el basamento sólido de lo que viene, pero no pretendamos ser los arquitectos de las torres. Nuestro orgullo va a ser sostenerlas desde el ayer.”
“Nos asustamos, a veces, de los jóvenes que usan la palabra socialismoYo también me temo que la introducción de esa palabra traiga algunos inconvenientes. Tal vez sería más acertado decir nacional-socialismo, pero esa expresión tiene una mala imagen, y con razón. Pero toda idea política, para ser eficaz, debe ser producto de las circunstancias y condicionada a las circunstancias históricas; es decir debe ser, ante todo nacional. Es peligroso condicionarla a esquemas importados, y éste es el peligro de la expresión ‘socialismo nacional’, en cuanto es producto de importación.”
“En la época de Forja, cuando hablábamos en las esquinas, a veces se nos preguntaba: ‘¿Son ustedes fascistas?’. ‘No’, contestábamos. ‘¿Son ustedes liberales?’. ‘No’. “Entonces son comunistas’, nos decían. Había, al parecer, tres opciones forzadas y necesarias. Pero no eran opciones nuestras; venían de afuera. Y yo, entonces, le preguntaba al mismo que me hacía la encuesta. ‘¿Usted es carpintero?’. ‘No’, me contestaba. ‘¿Es usted empapelador?’. ‘No’. ‘Entonces usted es abogado’, le decía como si no hubiera una infinita gama de posibilidades, de oficios. Era para satirizar la pretensión de encasillarnos en opciones importadas sin aceptar la posibilidad de una creación original.”
“Nosotros no éramos más que una tentativa de pensar, a partir de nosotros mismos a partir de la praxis. Una alternativa de ir elaborando, sí, con la utilización de los elementos universales – filtrados a través de nuestra realidad– la propia ideología. Perón manejó ese modo de pensar y dio la creación original que buscábamos sin suerte. Por eso la palabra justicialismo, que la designa, tiene la riqueza jugosa de su virginidad, mientras que la palabra socialismo trae connotaciones librescas, que nos son ajenas y, por tanto, propicias a la confusión, la sincera y la interesada.”
“Pero no creo que eso desoriente a los jóvenes, si ellos parten de esta misma concepción justicialista. El nombre es una cosa secundaria.”
“Por lo demás, el ‘socialismo nacional’, en su verdadera acepción, tiene orígenes en nuestro país. ¿Acaso el concepto de Tercer Mundo no es el desarrollo de la ‘tercera posición’, propuesta por Perón? Cuando el mundo se dividía en dos; cuando se enfrentaban las consignas de Moscú por un lado y, por el otro, las consignas de Londres o Nueva York, la Argentina de Perón elaboró una actitud de independencia que era, en lo externo, la prosecución de una doctrina que, en lo interno, se basaba en la justicia social. Una doctrina no inspirada en otra anterior, y exterior. Una doctrina que era el resultado de un método, del pragmatismo; más que construir un modo de pensar.”
“Los jóvenes de forja queríamos evitar el narcisismo; edificar el país, más que redactar alegatos para ganar bellas polémicas. Queríamos ser prudentes con los libros. Sabíamos que muerden, aunque se diga que no. No renunciábamos a leerlo, pero los sometíamos a la revisión, a través del cristal de nuestra realidad. Sin embargo, conservábamos las anteojeras ideológicas. Perón construyó nuestra doctrina desde lo pragmático; mirando a las exigencias del país y sus posibilidades. No basado en un mundo abstracto de ideas y sistemas.”
“Los liberales, y no sólo los liberales (también los socialistas) habían querido ‘incorporar el país a la civilización’… Y nosotros pensábamos que debían haber incorporado la civilización al país.”
“Toda nuestra cultura ha sido, hasta hace poco, el resultado de la trasculturación. Aun en el vocabulario se observa ese fenómeno: es el caso de la opción entre ‘derecha’ e ‘izquierda’ que no podemos sacarnos de encima. Esa es una opción trasculturada. Nacional o antinacional: ésa es la cuestión.”
“No tengo ninguna objeción que hacer al socialismo nacional, fuera de señalar el peligro de que lo primero oscurezca lo segundo; lo de nacional. Creo que, suficientemente prevenidos nuestros jóvenes sabrán construir el socialismo nacional como una auténtica versión, del justicialismo, siempre actualizado, por su misma actitud pragmática. Y dejarán atrás a los viejos que se aferren a un proceso ya cumplido, cuya condición de permanencia histórica es, precisamente, que se lo continúe, a la luz de las exigencias actuales. No es posible quedarse a contemplar el ombligo del ayer y no ver el cordón umbilical que aparece, a medida que todos los días nace una nueva Argentina a través de los jóvenes. No podemos convertir la revolución de 1973 en una simple restauración burocrática. El trasvasamiento generacional es la solución, como lo  ha dicho quien puede orientarlo.”
“Conviene, además, que advirtamos una diferencia con lo ocurrido hace 30 años: la postura de la intelectualidad. La inteligencia de aquella época pertenecía, casi ‘in totum’, a la Argentina colonial. Sobrevivió durante el peronismo  y fue factor determinante en su caída. Pero la inteligencia ahora es otra: es nacional. Estas nuevas generaciones no tienen nada en común con los rezagos intelectuales de un pasado que, antes de ser muerto en el comicio del 11 de marzo, había sido muerto, en el pensamiento, a mano de los jóvenes. De ellos es esta revolución.”
“Ello, claro está, a condición de que la nueva inteligencia no devenga ‘intelligentzia’. Que piense desde esquemas tomados de la realidad, propios para construir un país, no para librar batallas intelectuales. Esto exige no proponerse una sociedad ideal, sino mejor. Y ajustada al querer de los más, aunque se aparte del modelo técnico, siempre ajeno.”
“Esto del querer de los más es importante porque el ‘despotismo ilustrado’ se da en todos los ángulos; es propio de quienes quieren condicionar la historia a su sistema ideológico. El peronismo, o justicialismo, o socialismo nacional, entendidos como nombre común de un modo de pensar y obrar de acuerdo con el aquí y el hoy, prevendrá a los jóvenes de aquellos peligros.”
“Y no se asusten los viejos peronistas. Si no quieren quedarse en ‘viudos tristes’ tienen que acelerar el paso para seguir a los de adelante. No se lamenten, tampoco, de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos, no con los antiguos. Los precursores deben sentir el orgullo de perdurar como cimientos. Si no, quedan como testigos airados de algo que quieren pero no puede ser. Se convierten en sepulcros blanqueados.”
“Esta marcha del movimiento va por sobre las tumbas.”
Fuente: www.elhistoriador.com.ar

VIUDOS TRISTES



Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el  6 de abril de 2013 


Viudos tristes...

Lo que caracteriza a esa multitud es la edad.
 ¿No ves que son todos jóvenes? (Jauretche)

  -¡Hola don Singulario! ¡Por fin nos deja descansar de tanta Asamblea! ¿Verdad?

  -Hoy tengo ganas de volver con nuestro inigualable y querido Jauretche en un reportaje que, ¡fíjese usted! pronto cumplirá los cuarenta años. Salió publicado en julio de 1973, en la revista Cuestionario …                    

  -No puede con su genio, si no la gana la empata, en lugar de la Asamblea del Año XIII se viene con ese latiguillo de “¡Hace tantos años…!” ¿Y qué tiene de interesante ese reportaje don,  para recordarlo?

  -En nuestro país estaban ocurriendo cosas muy trascendentes. Después de mucho tiempo el pueblo se manifestaba con absoluta libertad, sin pretores ni académicos dictando un pensamiento uniformado

  -Es que justamente los uniformados habían sido rajados. Me parece don, que el Tío Cámpora había ganado las elecciones presidenciales por casi el 50% de los votos…

El Tío jura como Presidente
Al lado el milico que se va
  -El 25 de mayo de 1973 asumía. Lo acompañaron muchísimos mandatarios extranjeros. A los pocos días, don Arturo daría ese reportaje que, guardando las distancias tiene mucho de actualidad. Vamos a extractar algunos párrafos:

  «Hay mucha gente que se asusta de ver en la escena pública lo que ve todos los días en su casa. Casi hay que preguntarle, al que se asusta por las actitudes políticas de los jóvenes, cómo andan las cosas por casa. ¿Tiene que dar la llave de la puerta de casa o hace rato que la llave ha sido tomada? Los temas que se tocan, ¿son los temas gratos al paterfamiliæ o los temas gratos a los jóvenes? El mantenimiento del hogar, ¿pesa sólo sobre las espaldas de los padres o pesa sobre toda la comunidad familiar, empezando por los más jóvenes? Y esos cambios que se sienten profundamente, en los modos de comportamiento, en la economía familiar, en las líneas de autoridad, son el producto de que el mundo camina; y camina muy rápidamente. Lo mismo que en la vida privada ocurre en la política social

No darse cuenta de que este fenómeno universal tiene su connotación lógica en la Argentina es no darse cuenta de que el enfrentamiento de las generaciones es una cosa necesaria. Porque si los jóvenes carecen de la madurez que le reclamamos, nosotros carecemos de la adecuación a la realidad que ellos nos reclaman. Somos hijos de nuestro tiempo, aunque no querramos serlo; aunque querramos ser revolucionarios».
-Le estoy viendo la patita de la sota don Singulario. ¿Se trajo este reportaje a propósito de la campaña que se está gestando contra ciertos grupos de jóvenes militantes diciendo que andan armados?
-No, aunque parezca coincidencia hasta por el nombre del presidente como bandera. Me pareció oportuno por su actualidad. Vea usted por ejemplo, cuando se refiere a las caracterizaciones como las desarrolla, y después le cuento una anécdota:   
EL GRAN DIFUSOR DEL PENSAMIENTO NACIONAL
«En la época de Forja, cuando hablábamos en las esquinas, a veces se nos preguntaba: “¿Son ustedes fascistas?”. “No”, contestábamos. “¿Son ustedes liberales?”. “No”. “Entonces son comunistas”, nos decían. Había, al parecer, tres opciones forzadas y necesarias. Pero no eran opciones nuestras; venían de afuera. Y yo, entonces, le preguntaba al mismo que me hacía la encuesta. “¿Usted es carpintero?”. “No”, me contestaba. “¿Es usted empapelador?”. “No”. “Entonces usted es abogado”, le decía como si no hubiera una infinita gama de posibilidades, de oficios. Era para satirizar la pretensión de encasillarnos en opciones importadas sin aceptar la posibilidad de una creación original.
Nosotros no éramos más que una tentativa de pensar, a partir de nosotros mismos a partir de la praxis. Una alternativa de ir elaborando, sí, con la utilización de los elementos universales –filtrados a través de nuestra realidad– la propia ideología. Perón manejó ese modo de pensar y dio la creación original que buscábamos sin suerte. Por eso la palabra justicialismo, que la designa, tiene la riqueza jugosa de su virginidad, mientras que la palabra socialismo trae connotaciones librescas, que nos son ajenas y, por tanto, propicias a la confusión, la sincera y la interesada.
Plaza de Mayo 25/5/73
Pero no creo que eso desoriente a los jóvenes, si ellos parten de esta misma concepción justicialista. El nombre es una cosa secundaria.
Los liberales, y no sólo los liberales (también los socialistas) habían querido incorporar el país a la civilización… Y nosotros pensábamos que debían haber incorporado la civilización al país. Toda nuestra cultura ha sido, hasta hace poco, el resultado de la trasculturación. Aun en el vocabulario se observa ese fenómeno: es el caso de la opción entre “derecha” e “izquierda” que no podemos sacarnos de encima. Esa es una opción trasculturada. Nacional o antinacional: ésa es la cuestión»
-Eso don Singu, venía a cuento por las peleas con las consignas; me acuerdo las grescas entre los que coreaban “la patria peronista” contra los que decían “la patria socialista”
-Justamente don Arturo preveía lo que se venía. Había captado la quinta columna que iba a destruir la revolución utilizando a sus mismos intérpretes. Los que no podían contra el avance indoblegable de la juventud utilizaron el vocabulario para desunir. Luego fue considerablemente peor: los horribles se llevaron a 30 000 jóvenes.
    -¿Y cuál es la anécdota que iba a contar, don? 
Siempre corren hacia afuera

-Mi hija me pregunta por qué me resisto a las tipificaciones de derecha e izquierda y creo que en esos párrafos está la respuesta. Prefiero ser “nacional y popular”, porque en nuestra larga lucha desde el “55 muchísimas veces las “derechas” y las “izquierdas” se pusieron de acuerdo, se infiltraron y so pretexto de acompañar, nos sabotearon. Dejemos al emblemático viejo terminar el reportaje aconsejando a los dirigentes vencedores:
«Si no quieren quedarse en “viudos tristes” tienen que acelerar el paso para seguir a los de adelante. No se lamenten, tampoco, de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos, no con los antiguos. Los precursores deben sentir el orgullo de perdurar como cimientos. Si no, quedan como testigos airados de algo que quieren pero no puede ser. Se convierten en sepulcros blanqueados» 
-¡De ahí sacó ese título tan poco alegre don! Y nada menos que con don Arturo quien profetizó «El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza»
Allende saluda a Cámpora
-Así es. Déjeme recordar mi alegría en la Plaza cuando aquel presidente leal asumió en  mayo del ’73 flanqueado por Salvador Allende –pronto sería bombardeado por el miserable traidor Pinochet– y traer a su compatriota Neruda diciendo: 
Allende y Neruda



« Hoy, alegría, / encontrada en la calle,  / lej
os de todo libro,  / acompáñame ...

No se sorprenda nadie porque quiero / entregar a los hombres / los dones de la tierra, / porque aprendí luchando / que es mi deber terrestre  / propagar la alegría. / Y cumplo mi destino con mi canto. »