Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el 19 de febrero de 2011
“No llores, no
muchacha, la gente está mirando,
bailemos este tango, el tango del
adiós... “
-¿Qué le pasa don Singulario? Vuelve a las andadas queriendo hacerse el Gardelito…
- Ando medio taciturno,
me estoy poniendo viejo y cada noticia me retrotrae a épocas juveniles. No vaya
a creer que soy pesimista. Por el contrario me alegra que hayan vuelto los
carnavales a los barrios, pero las tabas están duras y los bailes no son para
mí…
-No le veo gollete a
su charla…
-Es que en mi cabeza,
el carnaval se trasladó a uno de los últimos grandes bailes populares que
participé de pibe. Me habían dado la llave y con la Libreta en el bolsillo del
lompa blanco, fuimos al Gasómetro de Boedo a bailar. Tocaban Barry Moral que
animaba con su jazz los trencitos y tarantelas, y la típica de Carlos Di Sarli.
Chiquilín abombado entre mascaritas, papel picado y serpentinas, en el barullo,
una melodía increíble me conmovió, y se me grabó esta letra tristona, que
cantaba un tal Mario Pomar:
“…así entre mis
brazos, mirándote a los ojos / yo quiero despedirme sin llanto y sin dolor...”
-¿De qué año está
hablando?
-Corría el verano de 1955
y no había hecho la colimba. Después vino el bombardeo a Buenos Aires, el decreto
4161 -todo prohibido, hasta el tarareo de la marchita-, luego fusilamientos, y
las milongas masivas pasaron a la historia. Se mimetizaron por asaltos en las
casas, o en clubes con selectas grabaciones. Pero aquella primera para mí, es
inolvidable, será por esos versos que todavía escucho:
“…La vida caprichosa
nos puso frente a frente / prendiendo en nuestro pecho la hoguera de un querer,
/ mas hoy, la misma vida nos manda separarnos / el sueño de querernos, ya ves,
no puede ser…”
-Yo me acuerdo de los
bailes de Comunicaciones en Agronomía con Mochín Marafiotti, un montón de
pistas llenas, pero era con las grabaciones que pasaban por la radio.
-Los músicos populares
empezaron a galguear, los “disc jokey” reemplazaban más barato y la música
venía de afuera. Tango y jazz en vivo pasaron de moda:
“…Bailemos / como
antes, cariñito, / abrazados, bien juntitos, / sólo un alma entre los dos...”
-Don Singu, así milogueábamos
en una baldosa, pero con Los Panchos, y terminaba el asalto. Los boleros suplantaban
al tango. Piazzola desalojaba a D’Arienzo. El tango entraba en retirada. Era un
quemo bailarlo, ninguna mina te salía….
- Las revistas de
actualidad iban conformando un pensamiento social de lo que era bueno y lo que
era malo. Era “in” todo lo que venía de afuera y estaba “out” lo que tenía olor
popular…
“…Bailemos / que no vea
en tus pupilas / una lágrima furtiva, / ni una sombra, ni un dolor... “
- Segunda mitad del
siglo XX. La guerra fría congelaba todo y los jóvenes que nos queríamos comer
el mundo descubrimos a los Beatles y Bill Halley. ¡Qué ibamos a gustar de esa
música decadente, que encima nos hablaba de cosas ajenas: chamuyo de malevos y
tranvías eran fatos de los nonos! ¡A bailar suelto y revolear la compañera!
- Y esa rebeldía, que
se manifestaba en el pelo largo, hippismo, LSD, tanques en las calles de Hungría,
Checoslovaquia, México, China, Argentina. Aguantes en el mayo francés, el
cordobazo, los bastones largos…En tanto aparecían palabras nuevas: SIDA,
ecología, ordenadores, computadoras…
“… Bailemos / que
después ya sin tus ojos / he de arrancar un sollozo / por mi amor y por tu
amor... “
- Don Singulario, su
recorrida me llevó a la “new age”, el “power flower” y Vietnam. Esos sí que
eran bailes bravos, nos contaban que la “Era de Acuario” traería la paz al
mundo y las fotos nos mostraban a una nena desnuda corriendo incendiada con
fósforo blanco…
- Gurúes que venían de
la India y del Tíbet, pelados con campanitas y túnicas amarillas ¿lindo colol?,
la acupuntura y los cambios de paradigma con la medicina alternativa: propóleo,
gotas de flores musicales en muchos frasquitos y, el descubrimiento del siglo, “la
pastilla anticonceptiva”. Eso sí, no confundirse, tomarlas en el orden
prescripto. Si el resultado fallaba, la culpa era de la víctima, conejito de
indias de omnímodos laboratorios …
“…Siempre / estarás en
mi desvelo / ¡como una estrella en el cielo / prendida en mi corazón!...”
-Sabe don, me acuerdo
del apodo de tortuga a don Arturo Illia, que quizo ponerle coto a los
laboratorios farmacéuticos …
-Y así le fue…
“…No intentes
rebelarte, lo nuestro es imposible, / un sueño irrealizable que nunca
floreció…”
-¡Bueno amigo librero,
me parece que del chamuyo por el carnaval de antaño, en vez de las comparsas y
máscaras en los corsos barriales y los “8 grandes 8” bailes populares, nos
metimos en el otro candombe finisecular!
- Es que una cosa trae
la otra, los recuerdos viejos -frescos aún- se agolpan, confrontando con las
noticias actuales que llegan en cataratas y confunden, ayer pasó algo super
importante y hoy ya está olvidado, ¡qué se yo!: tsunamis, mineros aislados bajo
tierra, esclavos en estancias cercanas, muertes inesperadas, gobiernos y
faraones eternos que caen … Pero…, tiene razón, estamos en carnaval, hablemos de milongas…
“…qué importa que nos
una un mismo sentimiento / y encienda nuestras almas la antorcha del amor... “
- Ud. no está
queriendo deschavar su evocación y me parece que los versos que intercala en
cada frase tienen algo que ver. Reconocí al tango “Bailemos” del poeta Reynaldo
Yiso, pero no le veo la pata a la sota…
-Tiene razón, pienso en
el autor de la música de ese tangazo que recorrió el mundo (perdón Zappino). Es
uno de los pocos “académicos” que admiro y respeto, que fue reconocido como
“Gloria del Tango” en la Academia del Lunfardo y “Académico de Honor” en la
Nacional del Tango. Hoy es un pibe de casi de 90 años, bandoneonista y
arreglador de orquestas de la talla de Pedro Maffia, su maestro; Pugliese;
Basso; Gobbi; Laurenz y otros grandes; acompañante de cantorazos como Alberto
Morán, Montero, el Tata Floreal, Choly Cordero, Luis Linares, María Volonté, entre muchos …
“…Que tengas mucha
suerte, que Dios no te abandone, / yo sé que a mí me espera la eterna
soledad,…”
-Mientras describía la
trayectoria de esta gloria viva de nuestra música popular, iba a decir que
también nos deleita a todo el pueblo desde hace casi veinte años ¡gratuitamente!
en el Complejo Municipal Plaza como director de la Orquesta Municipal de Tango.
Pero vacilé ante la noticia: algún tinterillo de los que abundan en todas las
administraciones, consideró la cultura como un gasto superfluo (también las
bibliotecas populares) y los han despedido…
“…no tiembles en mis
brazos, te ruego me perdones, …”
-Me hizo acordar de
Favaloro, esos burócratas maltratando a las grandes. Es una constante que
padecemos todos, pero cuando se ensañan con figuras populares se hacen más perceptibles.
¿Cómo se llama el ñato, se me ha escapado de la memoria, don?
-Homenajeamos y
desagraviamos al Cholo para todos los
amantes de nuestra música. Al Maestro Pascual “Cholo”
Mamone…
“…el tango ya
termina... salgamos a llorar... “