Las Salinas Grandes, el litio y los pobladores originarios
-¡Hola don Singulario! ¿Qué le pasó que tuvo el boliche cerrado tanto tiempo?
-Aproveché la feria judicial y las vacaciones de mi nieta y me mandé al norte. Un viaje de maravillas visitando Santiago, Tucumán, Salta, Jujuy y lo más interesante, paseando por las Salinas Grandes en lo que fuera la gobernación de Los Andes…
-¡Oia! ¿Se acuerda que tiempo atrás hablamos de aquella gobernación que había desaparecido, repartida entre Salta, Jujuy y Catamarca?
-Dijimos en aquel momento que en un trámite irregular, del que todavía quedaban secuelas, el gobierno militar de 1943 de un plumazo mandó un pueblo para allá y otro para el otro lado sin tener en cuenta a sus habitantes, su historia y lo que es más procupante, realizado desde Buenos Aires escuchando sólo algunos intereses exóticos.
-¿Cómo era eso don…?
-Es una zona montañosa con pocos habitantes y de clima en extremo riguroso, cuyas riquezas naturales se encuentran poco trabajadas, y ahora, con el boom de la comunicación y la miniaturización de los componentes electrónicos se descubrió que posee uno de los elementos más codiciados en el mundo
-¿De cuál se trata?
-Hablamos del Litio –Li, número atómico 3, el metal sólido más liviano– que también se utiliza en la fabricación de baterías y acumuladores en la nueva etapa del transporte ecológico propulsado a electricidad. Es un elemento poco contaminante y se lo encuentra especialmente como cloruros y carbonatos en los salares. Nuestro país, junto a Chile y Bolivia poseen posee alrededor del 85-90% de las reservas mundiales. Una revista mundial especializada estimó la zona como la Arabia Saudita del Siglo XXI.
-¿Y por qué dice que Buenos Aires escuchó sólo intereses extraños?
- Don Arturo Jauretche escribió en su “Manual de Zonceras Argentinas” que el mal que aqueja a la Argentina es la extensión. La ubica como número dos por su relevancia. Y eso se practica fundamentalmente desde la capital federal –con su cohorte de funcionarios cipayos y extranjeros avivados que desde sus metrópolis saben con exactitud de las riquezas que deben preservar– perdiendo territorios o desguarneciendo los existentes y vendiéndolos a precio vil.
Galeano cuenta en “La Venas Abiertas de América Latina” los latrocinios sobre nuestros patrimonios naturales que llevaron a guerras entre pueblos hermanos. Y parte importante del libro lo ubica en esa región, en la que nunca faltaron. Pero volvamos a la actualidad. Ya ingresaron empresas canadienses y australianas que aprovechando una ley de minería desastrosa se están llevando en forma indiscriminada aquel producto, prácticamente sin pagos ni control.
-No me diga que se fue a pasear y trajo ese bagaje de quejas.
-Lo que pasa que los pueblos originarios del lugar están reaccionando contra la desidia oficial, nosotros como turistas pudimos comprobarlo cuando lo hacían patente. Por un lado estábamos asombrados en el contraste de la pobreza de sus habitantes (vivienda, vestimenta, alimentación) con la belleza espectacular del paisaje imponente de la cordillera y los multicolores cerros que indican los diferentes minerales que lo componen o por las mentirosas perspectivas visuales (ilusiones ópticas) que ofrece el inmensurable salar con fotos que parecen trucadas. Por el otro con un piquete que en la soledad montañosa nos entregó este mensaje:
-¿Y Ud. que opina don?
-En principio acompaño a los pueblos originarios en sus reclamos sobre sus propiedades ancestrales y la protección del medio ambiente. No comparto el rechazo absoluto a las actividades mineras. Como tipo educado en los avatares de la técnica, no me opongo a que tratemos de utilizar las riquezas que nos ofrece nuestra madre, la tierra. El litio, el bórax, el oro, la plata, el níquel, y otros productos que se encuentran en esa zona deberían ser tratados como productos a explotar con la protección y técnicas adecuadas, cuidando su habitat, la fauna, la vegetación y fundamentalmente a sus pobladores, que deberían ser los primeros beneficiados. Para ello entiendo que es necesario un amplio debate sobre el tema en todos los ámbitos de la comunidad nacional.
-Don Singulario, coincido con lo de amplio. Cuando estos temas se sustancian en cenáculos restringidos, los intereses más retrógrados se imponen sobre las conveniencias generales. Creo con usted que si a los pueblos originarios se los hacen partícipes interesados, como está ocurriendo en Bolivia, no se van a oponer a la minería en tanto se la considere una actividad sustentable y amistosa.
-Para continuar con el viaje le cuento que tuve el gusto de sacarme una foto en la entrada a San Antonio de los Cobres, la antigua capital de la extinta Gobernación de los Andes, lugar que soñé visitar cuando publicamos aquel artículo el primero de noviembre de 2007 (*). En otra oportunidad le contaré una experiencia con la bandera Wiphala o Huipala que adquirí en la zona y que hoy decora orgullosamente mi boliche.
-Es la del arco iris ¿no?
-Es cuadrada, tiene siete colores y 49 casillas iguales ajedrezadas en composición simétrica y armónica. Representa a las comunidades andinas, aunque hoy ha sido adoptada por la mayoría de los pueblos originarios.
donsingulario@hotmail.com http://donsingulario.blogspot.com/
VIERNES 29 DE JULIO DE 2011
Por republica RNMA/ Fuente: Red Puna - Friday, Jul. 22, 2011 at 4:08 PM
Ante el arribo de empresas mineras en busca de litio, las comunidades y organizaciones indígenas campesinas de Jujuy, Salta y otras provincias, nos manifestamos el próximo jueves 21 de julio, a partir de las 10 hs, en la Ruta Nacional 52, en las Salinas Grandes de Jujuy, para expresar nuestro rechazo al desembarco de empresas multinacionales en nuestros territorios. El negocio del litio vulnera la Constitución Nacional y tratados internacionales que legislan sobre el derecho de los pueblos originarios.
Las Comunidades nucleadas en la Mesa de Pueblos Originarios de la Cuenca de Guayatayoc, Salinas Grandes de Jujuy y Salta, y con un fuerte apoyo de todas las organizaciones hermanas de la Puna y del Movimiento Nacional Campesino Indígena, estaremos presentes en las salinas, para alzar nuestra voz y exigir al gobierno provincial:
- El cese inmediato de todos los trabajos y actividades que realizan las empresas mineras en la zona, y la cancelación de todos los permisos de cateo, exploración y explotación minera otorgados en la Cuenca de la Laguna de Guayatayoc y Salinas Grandes;
- La entrega inmediata de los títulos comunitarios de nuestras tierras, que nos corresponden por derechos expresados en la Constitución Nacional.
Derecho al territorio:
Las comunidades aborígenes de la cuenca de Salinas Grandes - Laguna de Guayatayoc, somos descendientes de los pueblos que desde tiempos ancestrales habitaron estas tierras, y hemos aprendido de nuestros abuelos a cuidar y proteger nuestro territorio. En este sentido hemos realizado permanentes reclamos para que nos entreguen los títulos de las tierras que habitamos. Desde el primer Malón de la Paz en el año 1946, hasta nuestros días.
Hace 17 años, con la reforma de la Constitución Nacional, nuestros derechos fueron reconocidos (art.75 inc.17). Imaginábamos que por fin íbamos a poder concretar la titularización de nuestras tierras. Sin embargo, hasta hoy no lo hemos logrado. El Gobierno Provincial no cumple con lo ordenado por la Constitución Nacional, ni por la sentencia judicial del año 2006 que así le ordena. Hoy, como ayer seguimos sosteniendo la lucha por el territorio.
Mientras el gobierno provincial se niega a entregar los títulos de nuestras tierras, el año pasado comenzamos a ser testigos mudos de una nueva actividad en la región, la minería de litio en el subsuelo de la Salinas Grandes de la Puna de Jujuy y Salta. Nadie nos informó nada, ni fuimos consultados, pasando por encima de nuestros derechos amparados en el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional, y artículo 6 del Convenio 169 de la OIT.
“Hace siglos que vivimos en las salinas, siempre cuidando el territorio y vivimos en armonía. Ahora descubren algo y quieren pasarnos por arriba, condenarnos. No vamos a permitir esa injusticia”.
“Nuestros bisabuelos vivieron donde nosotros hoy, y nunca nos dieron los títulos comunitarios. Las empresas mineras llegan y le dan todo. Contaminan y nos quieren echar. No dejaremos que eso pase”, es la expresión de la Mesa de Pueblos Originarios de la Laguna de Guayatayoc- Salinas Grandes.
Derecho a los recursos naturales:
El gobierno de Jujuy hace grandes anuncios con respecto a los beneficios de la minería, y en particular a la extracción de litio. Sin embargo, nadie dice nada de cómo ésta nueva explotación puede afectar a las salinas, a las vertientes de agua, al agua subterránea, a los pastos, a nuestros ganados, a la Pacha, a nuestras costumbres y creencias. En síntesis, a toda nuestra vida.
La minería del litio forma parte del modelo de extracción y saqueo de recursos naturales, y utiliza una enorme cantidad de agua en una zona de extrema sequía. Del agua dependen nuestras comunidades para el pastoreo y cría de ovejas, llamas y pequeñas chacras, y con la explotación del litio corre peligro toda la cuenca hídrica de la Laguna Guayatayoc-Salinas Grandes, que agrupa cursos de agua de Jujuy y Salta.
Los gobiernos de Salta y Jujuy otorgaron concesiones a la empresa minera canadiense Dajin Resources S.A, y la australiana Orocobre Limited, asociadas a automotrices Toyota y Mitsubishi.
Las Salinas Grandes constituyen un ecosistema único que se encuentra dentro de nuestros propios territorios, lugar ancestral de vida, cultura e historia de los pueblos kolla y Atacama, que provee de los recursos naturales de uso común que son necesarios para nuestra subsistencia, como el agua y la sal que nos permite la vida, el trabajo y la producción
Ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la ONU:
En noviembre del año pasado, 33 comunidades aborígenes de las Salinas de Jujuy y Salta presentamos un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, solicitando frenar toda actividad minera en la zona, y que se consulte a las comunidades. A nueve meses, aún esperamos respuesta.
El pasado 14 de julio, fue el turno internacional, está vez en Ginebra, Suiza, ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), se presentó una denuncia por parte de nuestras comunidades. “Planteamos la defensa del territorio de las comunidades, del medio ambiente y del uso del agua, que no se respetan los derechos de las comunidades, que el Estado no cumple con la Constitución y los tratados internacionales, que nos sigue marginando, excluyendo del derecho a la tierra”, explica el delegado de las 33 comunidades originarias que estuvo en la presentación de la denuncia en Ginebra.
Queremos afirmar el rechazo de las comunidades a la actividad minera en nuestros territorios. Exigimos al Gobierno Provincial y Nacional que respeten nuestros derechos.
Tierra, Agua y Justicia para una vida digna en el campo!!
Mesa de Pueblos Originarios de la Cuenca de Guayatayoc y Salinas Grandes
CPI Pueblo Kolla Región Puna de Jujuy
Red Puna – Movimiento Nacional Campesino Indígena
IV Tinku Juvenil Intercomunitario Plurinacional
- ¿Qué hace revoleando ese balero? Ud. ya no es un pibe, estoy seguro que no emboca ni una sencillita, menos la puñalada o la cucharita y ahora quiere hacer las catorce provincias. A ver si rompe un vidrio.
Ud. sí que lo manya lungo al balero, ahora los pibes no lo saben ni agarrar, el otro día mi nieto liquidó un ventilador de techo. Pero ¿sabe qué me hizo acordar con las provincias? Recitábamos en la escuela: “La República Argentina tiene 14 provincias y 10 gobernaciones, limita al norte con…” y enseguida nos corregían: El mapa de ese libro es viejo, sólo hay 9 gobernaciones porque la de Los Andes se disolvió y repartió entre las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy.
En la libreta de enrolamiento de mi suegro todavía figuraba, pero en la mía ya no. Ahora tenemos solamente provincias, los territorios nacionales fueron transformándose, primero Chaco y La Pampa, que los chupamedias de siempre le cambiaron los nombres, y al final volvimos a tener veintitrés provincias con los nombres originales más una Ciudad Autónoma. Cuando jugábamos al balero la suma daba 24, igual que ahora.
Los territorios nacionales se organizaron dentro de la ley 1532 y por ley 3906 del 1900 se definió el estatus del Territorio de Los Andes. El primer Gobernador fue el General Daniel Cerri y su Secretario el Dr. Arturo Dávalos.
En aquella gobernación siempre hubo grandes indefiniciones, los límites eran flexibles y los funcionarios nacionales no tenían la menor idea. La capital fue San Antonio de los Cobres y una población importante fue Susques. Parte de su territorio perteneció a Bolivia que lo perdió con la guerra y parte lo perdimos frente a Chile por malas negociaciones.
En 1943 se lo dividió por una resolución administrativa del gobierno de facto que nunca fue convalidada por el Congreso. Sólo la costumbre, de tal manera que aún hoy catamarqueños, jujeños, salteños y hasta los yiójanos discuten propiedades y pertenencias, es decir los límites son lábiles
Uno se pregunta el porqué y carece de respuestas si no mira al país como la gran granja que fue ¿fue? Los gobernantes siempre se miraron como administradores del granero del mundo –las vacas se crían solas y las semillas al voleo dan trigo- y por lo tanto todo lo que significara trabajar era mala palabra. Allí las riquezas son mineras y hay que yugar. Además quienes las explotaban tenían nombres gringos y era conveniente mantener fronteras indefinidas.
Desde Buenos Aires, nuestros “preclaros dirigentes” haciendo honor a la zoncera jauretchiana proclamaron con Sarmiento que “el mal que aqueja a la Argentina es la extensión” y perdimos hasta las tierras que nos correspondían por derecho.
Aquella tierra inhóspita, desértica, salitrosa era un estorbo. No para los vecinos allende los Andes, que luego de la guerra del Pacífico la transitaron y poblaron. Es realmente fascinante conocer la historia contada por sus hijos.
Atento que nuestro espacio, siendo generoso, es limitado aconsejo leer en Internet “La Gobernación de los Andes, su Historia y Antecedentes” [2] También en Mundo Agrario[3], es posible acceder a un completo informe de la región, su economía e historia.
Saber que, entre otros desguaces, perdimos por incapacidad diplomática el acceso al Pacífico confundiendo en negociaciones Antofagasta de la Sierra por Antofagasta de la costa del Pacífico, es un detalle no menor.
Conocer sus riquezas, sus pueblos perdidos, del que nos maravillamos con el “Tren a la Nubes” y fundamentalmente su gente, rescatamos ese poema de Ernestina Acosta “Memoria para un niñosiempre de la Puna”:
“[...] La bandera -todo el cielo- lloviéndose azulina / y la campana / ¡ah! la campana de la escuela / artesonando este territorio norte, / (más que norte, cielo arriba) / donde cabes entre seis ovejas, / y el arrimo de las cabras condolidas [...] Aquí, sobre la lacia soledad del viento, / pastor de pétalo y arena en la huellas desoídas de la Puna / te sigo, moreno y repetido / sin Ángeles de la Guarda / silencio de alarido[...]”
¡Ah! me olvidaba, en 2005 varios diputados redactaron un pedido de informes al Poder Ejecutivo Nacional “Sobre el ofrecimiento de venta de tierras fiscales en las Provincias de Jujuy, Catamarca y La Rioja.” que pertenecieron a la desaparecida gobernación y que se intentan vender a precio vil en el extranjero.
-Don, esa historia me parece conocerla…
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