sábado, 10 de febrero de 2018

¿Por qué soy peronista?

-Hola don Singulario, ¿todavía anda por este barrio?
-Cómo diría Pichuco, si nunca me fuí
-Me refería al de los vivos... disculpe don, a veces  me despisto y vuelco..
-No es nada, todos estamos de paso. Pero hoy vuelvo con muchas ganas después de tantas pálidas que nos muestra este bendito país. Y nuestra mal parida provincia y ciudad de Buenos Aires.
-Ya parece que vino muy afilado, de entrada y sin anestesia. ¿De qué nos va hablar, aunque por el título no necesito respuesta?
-Efectivamente, desde que nos fuimos del periódico Informaciones allá por principios de ésta década, amenacé en dos o tres oportunidades en volver, pero la hermosa época que vivíamos ameritaba más al dolce far niente que al laburo
-Cierto amigo, poco había para quejarse, un poco las diatribas de los gordos por las ganancias y los cagaz... por la inseguridad y alguito más...
-Pero..., siempre hay algo más,   los ciudadanos –me refiero a los habitantes de las ciudades– estaban descontentos porque los otros habitantes, generalmente de color oscuro y pelo duro, se acercaban demasiado, ya en bici, motos y hasta autos... como dijeron, era obsceno que tuvieran aire acondicionado y teles para ver fútbol sin pagar, igualito a Cuba.
-Estábamos yenos, hasta tirábamos el postre...
-¿Sabe amigo? Cuando don Jauretche hablaba del medio pelo, los que se lo habían coufierado recién se espantaban y decían que era sociología berreta, hasta un fulano recién llegado de la Uropas, Gilo Alemani o algo así explicaba que eso no era científico....
-Mi nieto iba a la UBA de la calle Puán y dice que hay una cátedra que lleva el nombre de un ñato Gino Germani, parecido a ese que menta usted...
-Allí enseñan a entender al país desde un pensamiento universal, que se parece mucho al que trajo don Cristóbal hace chiquicientos años y que poco ha cambiado. Hasta un presidente nos embalurda que somos uropeos. Claro que la tez cetrina, el pelo enrulado, las patas flacas, chuecas y musculosas que nos rodean poco tienen que ver con cámaras solares, peluquerías y gimnasios.
  Pero me estoy yendo por las ramas, hoy vine a contarle por qué soy peronista y quiero entrar de lleno en ese asunto ya que parece que hay un olvido premeditado y hasta culposo de la génesis del nombre y de su uso putativo. Hasta un oligarca salteño disfrazado con poncho se dice peroncho y anda perorando quiénes pueden usar el nombre. Déjeme que acepte el reto del reclamo final en la poesía de Miguel Trejo justamente a un peronista :

A un peronista

Este hombre conocía todos los amaneceres del mundo
La cara recién afeitada rumbo al trabajo
el paso miserable y caviloso
del borracho que volvía
En esos límites había visto
el brillo fugaz e inatacable
del cuchillo que se hunde en la ingle.
Había visto correr la sangre lúcida y espesa chupada por la ropa
Conoció la bravura y el miedo
la debilidad que te aprieta el estómago
y el odio en los ojos abieros y ciegos
Este hombre creyó porque lo necesitaba
Creyó porque el país se lo reclamaba
Este hombre fue reclamado por banderas y bombos
y también fue a gritar sin que lo llamaran
atravesando el diluvio
Respiraba la ilusión de su libertad
y ante sus ganas todos los espacios se hacían cívicos
Resistió las plazas y aeropuertos y le tocó ver y sufrir
una matanza colectiva en un día que él soñó feliz.
Volvió a atravesar el barro y la lluvia
soportó días y noches sin dormir
siempre bajo la lluvia para decirle adios a Evita y al viejo
Este hombre tiene derecho a estar equivocado
Este hombre tiene todos los deberes de quien se ha equivocado

-Qué emotivo don, yo que nunca pensé en términos políticos, se me caen los lienzos, soy uno de esos, me embarré, me empapé, bailé y canté al son de bombos, reímos contentos y volvimos yorando sin entender por qué silbaban las balas, si estábamos todos esperando al Viejo que habían echado hacía 18 pirulos mientras Favio pedía que soltaran palomas ¿de la paz?...

-Ve amigo por qué siento que es necesario regresar a estas charlas, su pregunta inicial me recuerda la respuesta que dió un fulano entrevistado ante la noticia de su muerte: no es  falsa, está un poco adelntada nomás. Igual pasa con esto, estamos de paso y mientras que la memoria responda siento que debo responderle  a Mario Trejo en cuanto a mis deberes.
-Creo que esa última estrofa debería estar pegada en una de las paredes del recinto del Congreso...
-Y en cada casa de gobierno e intendencias provinciales cuyos mandamás subieron con boletas que llevaban las imágenes de Perón y Evita. Aquí nomás, en San Martín un ñato uropeo --Mauri dixit-- varias veces alardea con la camiseta pero a la hora de los bifes dice sí señor, o sí mi hada buena...
-¿Sabe don Singulario que billetera mata galán?
-De acuerdo, hace quinientos y pico de años que con cuentas de colores encandilaron a inocentes que vivían desnudos y felices. Pero algunos  de ellos descubrieron  que eso no significaba que estaban dispuestos a perder su libertad y rápidamente se les recordó en español –palabras que ellos no entendían– que la espada y la cruz habían llegado para quedarse y obtener todo, todo lo que aquí había.
-Sí don, hombres, mujeres, animales, vegetales y minerales, agua, tierra y cielo, como usted dice todo...
-Esos uropeos que hablaban castizo, rápidos para la rapiña supieron que siempre se consiguen traidores –Biblia dixit: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le señalaron treinta piezas de plata– aquí fomentaron capangas, mayordomos,  profesionales de la escuela de Chicago y hasta administradores de ANSES, entre otros...
-Es cierto don, pero también hubo resistentes siempre y nuestra historia patria lo demuestra pese a las deformaciones mitrianas y seguidores...
-Vamos todavía, veo con agrado que ya ha adquirido conciencia histórica que en épocas pasadas anduvo algo flojo
-¿Y que quiere? ser su contraparte durante un lustro y seguir los estudios de mi nieto, ahora en la UNSAM me está haciendo un poco más lúcido, poquito nada más, pero ahora leo entre líneas, aprendí que lo no escrito, no dicho es más importante, que los ilusionistas cuando revolean una mano me están afanando con la otra, que los medios de comunicación alardean mucho sobre crímenes y corrupciones varias de los morochos, mientras los blancos tiran bombas en países pobres y guardan sus dínares en paraísos fiscales, que alguna patricia –de los que robaron vacas y tierras– descubre confabulaciones terroristas internas mientras contrabandea armas oficiales para matar "terroristas" originarios
-La pucha, cómo se vino hoy, me gusta escuchar que las universidades nacionales y populares pueden ayudar a despejar cerrazones mentales instaladas desde las cunas colonizadas por maestras sarmientinas. Cuesta mucho trabajo modificar paradigmas profundos. 
  Yo sigo siendo un analfabeto analógico frente a la cultura digital, no comprendo la física moderna porque Newton me enseñó con la manzana y la perrita Laika le dio razón a Galileo. Si don Einstein que fue precursor y a la vez negador de sí mismo, el paradigma cuántico no entraba en su cerebro privilegiado, imagínese en el mío.
  Todo esto que vemos a diario con la tecnología espacial nos maravilla, sin embargo consumimos como autómatas naturalizando la increíble capacidad humana para trascender los límites, entonces me pregunto cómo trogloditas económicos pueden continuar trayendo cuentas de colores de las uropas y su sucursal norteamericana. 
   La pregunta que me hago es cómo las mujeres y hombres que supieron disfrutar de las maravilas de una sociedad libre, segura, tranquila, sin sobresaltos económicos, que podían elegir libremente su sexualidad, su trabajo, pasear y gozar de su tiempo libre, jubilarse aunque sus patrones les afanaran los aportes, que los niños volvieran a ser privilegiados, que la salud estuviese protegida, que nunca más hubiera crímenes pasionales, que aunque muchos crean la naturalidad del voto femenino, sólo Evita logró que fuera realidad, que aunque los gordos consideren que los sindicatos y sus obras sociales son patrimonio personal, recuerdo que Perón refundó un sindicalismo nacional y empoderó a los trabajadores incitándolos a romper candados para abrir las tranqueras, que el Dr. Carrillo estableció la red de hospitales más poderosa para la defensa de la salud pública, que la Fundación Eva Perón remitió al olvido la limosna para establecer derechos, que la enfermería no era para monjas de caridad sino para profesionales capacitadas, que el deporte no era para elites y que los campeonatos infantiles además de juegos detectaban (in)capaciades físicas para lograr la excelencia...
-Pare don que me apabulla, ahora que lo escucho me recuerda algo que estuvimos conversando con otros longevos en la plaza –todavía me junto con algunos coetáneos (manye como parlo)– cuando éramos jóvenes ¡! pensábamos que el 2000 era una utopía y sin embargo aquí estamos. Alguno dijo que por el avance de la ciencia, la penicilina y otras yerbas, otro se le ocurrió que el trabajo es menos pesado y a mí se me ocurrió que la desnutrición infantil –causante principal de deficiencias sanitarias– no existía en nuestra niñez, la leche, el pan, la carne, el deporte, formaba parte de nuestra cotidianidad, los certificados de salud y bucodental eran obligatorios en la primaria y secundaria. Eso me llevó a la teoría de la magnitud de jóvenes de la tercera edad que fuimos privilegiados antaño, y todavía continuamos molestando a economistas que nos preferirían finados.
-Volviendo a la última estrofa del verso de Trejo, se me ocurre pensar qué cosas no hicimos y por ahí reclamar a los profesores y estudiantes de la nuevas universidades analizar si los mensajes que se trasmiten a la sociedad no están impregnados de consignas subliminales para convertirnos en productos consumidores del mundo globalizado,–todavía como un enseñaje gratuito– reformulando conceptos que destruyan paradigmas coloniales.
-Déjeme reflexionar don, Ud. propone que nuestros futuros profesionales nos enseñen a revisar la cultura en que estamos envueltos y podamos mejorar nuestra vida. Me parece que está medio chiflado, senil dirían los psiquiatras.
-Galeano recordó haber escuchado al gran cineasta Fernando Birri que la utopía significaba ir hacia el horizonte, servía para caminar. Cuando veo, escucho y leo a tanta juventud hablar de la ecología, las ballenas y los glaciales me pregunto si como los prestidigitadores no están moviendo la mano derecha para ocultar la zurda. Digo y pienso si los planes de enseñanza no vienen como los que trae el FMI, ya deglutidos. Preparar técnicos para la colonia -mientras plantamos pastito como le gusta al presidente- y se me ocurre, como dijo don Simón Rodríguez que en vez de copiar usemos nuestro intelecto para crear. No es inocente que se destruyan las escuelas técnicas, se vacíe el INTI, CONEA; CONICET,  ni que nuestros cerebros emigren, la creatividad en nuestras manos nos hacen libres, en manos del poder hegemónico nos mantienen colonizados
-¿Ud. está en contra  de la ecología?
-¿Ud. está en contra de la historia, de la medicina, de la poesía? Su pregunta lo retrotrae a mi pensamiento antiguo sobre su cerebro manipulado, usted disculpe pero a veces me irrita como muchos de mis compatriotas, de los jubilados que en el súper protestan por los precios que no pueden pagar acusando a la corrupción de Cristina y votaron al cambio que los está haciendo mier..., perdón pelotas, hipotecando su futuro, el de sus hijos y nietos por más de cien años y sus gerentes continúan acumulando sus mangos en el extranjero, por las dudas, vió. No mi amigo estoy en contra de los que la usufructúan con ese artilugio de crear ONGs, generalmente financiadas por los factores globales de poder con la mano derecha, la zurda...
-Ud. como los que critica se esconde en el anonimato, no le escape don, dé nombres...
-Greenpace, Fundación Bioesfera, Vida Silvestre, Vital Voices, Red Jubileo, Leones, Rotary Club, Pen Club, Poder Ciudadano, Cáritas y muchas más que con el argumento ecológico del bien común que jalonan sus estatutos,  con la otra mano...
  Me viene a la memoria una estrofa de otra poesía del trovador Trejo: ...de dos cosa debe cuidarse el hombre nuevo: /  de la derecha cuando es diestra  /   de la izquierda cuando es siniestra.
-Veo que usté don no es prestidigitador, mueve las dos manos cuando escribe sin ocultar en ningún momento que es peronista, no se parece al Viejo que sí era malabarista, él cuando hablaba era como el Papa: Urbi et Orbi
-Y usted un pobre colonizado por los medios, repite como los loros.
  El Hombre, con mayúsculas como corresponde, fue uno de los más grandes estadistas que conoció nuestra historia sudamericana, y fíjese que hubo muchos y muy grandes --disculpándome de antemano por las ausencias voluntarias y de las otras– Tupac Amaru,  Belgrano, Moreno, Castelli, Monteagudo, San Martín, Bolívar, Dorrego, Artigas,  Quiroga,   Rosas, Felipe Varela, Alberdi, Yrigoyen. Pero don Juan Domingo Perón generó una mística  popular que en mi caso lleva más de setenta años de usar su gentilicio como marca registrada. Por eso que escribí, por mucho más que me queda guardado en la memoria y que lo amenazo a continuar en próximas charlas le respondo a la pregunta
  Soy peronista, porque desde que tengo uso de razón fui de los niños privilegiados, que aprendí como deberíamos ser desde la escuela y nunca defeccioné, así cantábamos en los juegos Evita y hoy todavía lagrimeo cuando la entono

"A Evita le debemos nuestro amor
por eso le guardamos gratitud.
Cumplimos los ideales, cumplimos la misión,
de la nueva Argentina de Evita y de Perón.

Saldremos a la cancha con un feliz cantar.
Saldremos a la cancha con ansias de triunfar.
Seremos deportistas de todo corazón.
Para formar la nueva y gran generación.

Si ganamos o perdemos
 no ofendemos al rival.
 Si ganamos o perdemos
mantenemos la moral.

Saldremos a la cancha con un feliz cantar.
Saldremos a la cancha con ansias de triunfar.
Seremos deportistas de todo corazón.
Para formar la nueva y gran generación.

Si ganamos o perdemos
 no ofendemos al rival.
Si ganamos o perdemos
 mantenemos la moral.


Sabremos defender con Lealtad
El alma de nuestra argentinidad
Cumplimos los ideales, cumplimos la misión
de la nueva Argentina de Evita y de Perón.

Saldremos a la cancha con un feliz cantar.
Saldremos a la cancha con ansias de triunfar.
Seremos deportistas de todo corazón.
 Para formar la nueva y gran generación
.
Si ganamos o perdemos
no ofendemos al rival.
Si ganamos o perdemos
mantenemos la moral.

Saldremos a la cancha con un feliz cantar.
Saldremos a la cancha con ansias de triunfar.
 Seremos deportistas de todo corazón.
 Para formar la nueva y gran generación.

Si ganamos o perdemos
 no ofendemos al rival.
Si ganamos o perdemos
mantenemos la moral.

Cumplimos los ideales, cumplimos la misión
de la nueva Argentina de Evita y de Perón."



-Bravo don Singulario, me puso la piel de gallina y ojo que no soy hinca de River, pero yo también la canté cuando gurí y me acuerdo que por mis pagos también estuvo la Señora y todos fuimos a recibirla cuando pasó con el tren, mi vieja me puso las pilchas de salir y ella se pintó y se puso sombrero, el viejo desempolvó su vieja corbata finita de brocato verdoso que hasta hace poco , yo la tenía en un baúl ¿por dónde andará?
-Hasta pronto amigo, le cuento que tengo dos temas para charlar, la lucha de los amigos de Punta Querandí en Villa La Ñata y la carta del general Juan José Valle antes de ser fusilado. Un abrazo.





viernes, 19 de enero de 2018

TRISTEZA NÂO TEM FIM (continuación)

Carta sobre política y derecho








Querido Raúl:
Quiero agradecerle su afectuosa respuesta y los elogios desproporcionados hacia mí que ella contiene. De paso, también debo agradecerle al editor que osó colocar mi fotografía al lado de la de Rudolf von Ihering. Ni siquiera he releído mi nota de opinión publicada por Página/12 el día lunes 5/9, que Usted contesta, pero intuyo por sus palabras que he exagerado el pesimismo teórico que me caracteriza y siempre he confesado. En el punto central de nuestras notas, la dependencia del orden jurídico de la política, estoy plenamente de acuerdo con Usted. Sucede algo similar a aquello que, quizás en contra de la opinión de quienes se sitúan como especialistas, pregonaban sobre la economía nacional quienes gobernaron nuestro país en la llamada “década ganada” o “década perdida”, según el grupo político al que pertenece el apodo. Ni vale la pena confesarle cuál es mi opinión, pues Usted la conoce: mientras los economistas tradicionales de nuestro país, el llamado establishment, estiman manejar una ciencia dura, casi una verdad matemática o lógica, pese a la experiencia histórica, y a suponer que sus instituciones básicas no son creación humana sino que responden –por copiar palabras de su respuesta– a la naturaleza de las cosas, yo estimo, como aquellos gobernantes del pasado, que, en un Estado soberano, la política debe dirigir o es presupuesto de las decisiones económicas. Con más razón aun el Derecho es política, como Usted lo dice bien. Eso quise decir al definir Derecho como poder, aun cuando reconozca que me pasé de la raya al ignorar toda su tradición política libertaria, humanitaria.
Reduciendo el ángulo de visión al Derecho penal, siempre creí y así lo indiqué por escrito que nuestra generación de juristas pertenece –esto es, tanto Usted como yo y otros más que no menciono– a aquella visión que observaba al Derecho penal como presidido por sus consecuencias, visión que significa exactamente lo mismo, según mi apreciación, que aquello que Usted indica para el Derecho en general: el Derecho es, ha sido y será política, si se quiere, formalizada, cristalizada en mandatos, prohibiciones, permisiones y sus efectos. Lo que conmueve mi ánimo no está representado por esta afirmación, con la cual coincido a pie juntillas, sino que se refiere, quizás sin demasiada claridad y, por supuesto, herido por mi pesimismo característico, a la práctica actual del Derecho o, si lo desea, a su aplicación por órganos predeterminados y a sus efectos en el mundo real.
El problema, ahora reducido, consiste en conocer o, como Usted dice, en saber qué ideal expresa el Derecho. Yo huelo que esa aplicación, que implica poder real sobre súbditos, carece hoy de límites precisos, conforme a los ejemplos que menciono en mi nota, los límites que, por ejemplo, yo procuro al leer su Derecho penal y que yo intenté descifrar en mi Dpp. De más está decir que acepto cierto ámbito de juego, opiniones disímiles respecto de algún punto, pero eso no quiere significar una franja tan amplia de interpretación que equivalga a expresar aquello que al intérprete se le ocurra por responder a su propio ideal, a su conveniencia o a su interés. Dije, quizás erróneamente, inservible, adjetivando al Derecho, pero inmediatamente corregí según recuerdo, servible para cualquier propósito? cabe preguntarse si inservible para algo o para alguien o servible para todo o para todos a voluntad no significan lo mismo. De todos modos, mis ejemplos aluden a casos en los cuales, precisamente, quienes aplican el Derecho, senadores, jueces, gobernadores, han utilizado institutos jurídicos delicados fuera de todo límite, sin reparar en interpretaciones cuando menos discretas. La prisión de Milagro Sala y de sus colaboradores de la organización Tupac Amaru a título de encarcelamiento preventivo, por varias razones, el juicio político brasileño a su presidenta, por los fundamentos del jurado, pero no sólo por ello, la derogación por decreto o agazapada detrás de ardides de leyes del Congreso de la Nación o de políticas públicas ya aceptadas por mayorías sin discusión, la increíble imputación del delito de traición a la patria, según Usted mismo lo explicó en otra contratapa de Página/12, son claros ejemplos de aquello que me perturba.
Ya ve Raúl, no me rindo pero lucho desigualmente cuando acepto proceder racionalmente, “conforme a Derecho”, frente a otros que operan libremente, dándole a las instituciones y a las palabras de la ley el significado que más les conviene. De todos modos Usted, como otros, me ayudan a vivir esperanzado en gozar de un mundo mejor, más igualitario.
Atentamente y con el cariño de siempre,
Julio Maier
* En respuesta a la carta de Raúl Zaffaroni, publicada en la contratapa de este diario el 7 de septiembre.