sábado, 21 de mayo de 2016

ESTAMOS VOLVIENDO
-          ¡Hola don Singulario! ¿Se la tomó en serio con eso de la vuelta?
-       ¡Qué tal amigo! Nada de eso, es una forma de recordar, ¿Se acuerda del gordo Pichuco, con esa voz aguardentosa?: Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo?... ¿Cuándo?... si siempre estoy llegando”. 
-       ¡Vamos todavía, Singu viejo y peludo!
-       Viejo, seguro, pasé la ochocentena, peludo cada vez menos. Pero es importante recordar, especialmente para algunos que pretenden restaurar viejas epidemias, que, como el agua de la nota anterior, no nos vamos nunca porque éste es nuestro lugar.
-       Ya aparece con cosas raras, ¿qué tiene que ver el agua con su vuelta?
-       Recapitulemos un poco, le decía que retomábamos la columna porque gotitas que se van haciendo gruesos hilos aguachentos, transformándose en sucedidos conmocionantes que intentan ahogarnos en charcos me sacudieron y obligaron a sentarme frente a la compu.



Estuvimos recordando aquella primera visión europea de la vida de un pueblo libre que habitaba estas llanuras, estas pampas y estos ríos y que quisieron someter a la fuerza. Se llevaron puestos a muchos, pero a ellos no les fue mejor…
-          ¡Si hasta se tuvieron que comer entre ellos!
-         Fuerte de Buenos Aires
Y aconteció que tres españoles se robaron un rocín y se lo comieron sin ser sentidos; mas cuando se llegó a saber los mandaron prender e hicieron declarar con tormento; y luego que confesaron el delito los condenaron a muerte en horca, y los ajusticiaron a los tres. Esa misma noche otros españoles se arrimaron a los tres colgados en las horcas y les cortaron los muslos y otros pedazos de carne y cargaron con ellos a sus casas para satisfacer el hambre. También un español se comió al hermano que había muerto en la ciudad de Bonas Ayers. 
Sin embargo en la escuela nos enseñaron que los salvajes eran los de aquí, que nunca entendíamos que esos barbados, sifilíticos y arcabuceros traían la civilización. Que por el capricho de algunos caciques que  pretendían continuar con sus prácticas aberrantes -mire Ud. que hasta andaban desnudos mostrando sus impudicias- no aceptaban compartir sus alimentos ni mujeres…
-         Don, en esos grabados del alemán Ulpobre se ve con claridad que los habitantes no llevaban ropa y andaban lo más campantes…
-         Ulrico... Ulrico Schmidl fue el testigo más importante desde entonces, con el que podemos contar en estas tierras para comprender las atrocidades que sufrimos cuando los que llegan, sólo lo hacen con el afán de llevarse sus productos. Y que para ellos los seres humanos no cuentan…
-         ¡Oia, don! Está usando un lenguaje moderno, se parece a esos pasquines que no entienden, o no quieren entender que el mundo es uno solo y que hay que llevarse bien con todos. Aquellos adelantados eran en verdad adelantados, se adelantaron quinientos años para llevarse todo, no fuera a ser que otros se les adelantaran…
-         Usted también se hace el juguetón… Sólo que aquellos invasores que sobrevivieron, entre la herencia que dejaron, también nos dejaron a muchos recién nacidos que al crecer, les gustó más el lugar de nacimiento que las historias que les contaban. Esta tierra feraz es tan, pero tan generosa y amorosa que cautiva a quien se le acerca por las buenas. Por eso hay un pueblo que por más que lo chuceen siempre vuelve… 
-         Amigo Singulario, me parece que esos ochocientos años que dice que tiene lo están perturbando, anda desvariando, ¿qué tiene ver una cosa con la otra?
-         Sólo ochenta, pero es verdad, ocurre que se me mezclan muchas ideas, como aquellos chorrillos que forman arroyos con aguas de distintas vertientes. Estaba pensando en que muchos de los que habitamos esta bendita tierra somos hijos de aquellos que se ayuntaron, a veces sin poder comunicarse verbalmente por hablar distintas lenguas, y como históricamente nos cuentan, y los descendientes no siempre fueron hermanos  fraternales. -perdóneme el oximorón-
Quiero decir que la ambición y la envidia de algunos pocos, muy generosamente estimulados por los civilizadores que hablábamos el otro día, generalmente frustra las buenas intenciones de una mayoría que por ser “salvajes”, quieren ser libres en el buen sentido…
-         Sigo, viejo, sin comprenderlo del todo. A ver si puedo traducirlo, la idea es que seríamos un pueblo mestizo libre, auto-orientado como lo escribió aquel fulano Masengrasado, y que por culpa de envidiosos y ambiciosos no podremos desarrollarnos.
-         Por áy cantaba Garay. Pienso en el verso de Alfonsina citado por don Guillermo Magrassi, no como Ud. lo apoda. Vivimos en un país, en una comarca que le pesa la herencia: siente que los muertos indios se le suben por las piernas. Choca este soplo que sube… con el mosaico europeo que en los grandes ojos lleva.
Sólo piensan como civilizados enseñados, que somos europeos trasplantados y únicamente ahí está la cultura. De allí a actuar como representantes -y transformarse en traidores y mercenarios- hay un pequeño paso.
-         Ahora voy comprendiéndolo, se refiere a esos gerentes, economistas y doctores que nos quieren convencer que es bueno ser colonizados, que es necesario pertenecer al mundo ilustrado para que nos puedan prestar plata para que después se la paguemos y mientras tanto creeremos que crecemos…
-         Parece que vamos explicándonos, o usted se está volviendo inteligente o yo lo estoy catequizando con mentiras creíbles…
-         Lo que ocurre don es que tuvimos la oportunidad de ver las diferencias, de repente encontrarnos que todos teníamos derechos: a comer, a estudiar, a elegir libremente nuestra sexualidad sin hipocresías, a pensar en la casa propia…
 Pero no siempre fuimos eficaces en clarificarlas. Las diferencias visibles: el pelo duro, los ojos rasgados, la solidaridad, esa costumbre de mantener sus tradiciones y la humildad como condición primaria contrastaron con la otra sociedad citadina alta y de  ojos celestes, de pelos rubios (hay mucha tintura para ocultar orígenes), botox en la cara y tetas, manicuras y almuerzos televisados, el individualismo afincado en departamentos y barrios cerrados, sumados a algunos, muchos recién llegados que tienen ataques de amnesia y quieren, aunque no puedan…
Perdón don, estoy ocupando su espacio. Yo sé que me llamó para ser partenaire pero a veces la bronca también me sale…
-         Yo no manyo francamente lo que es ser una partenaire / aunque digan que soy bruto y atrasado... ¡Qué querés! / No debe ser nada bueno si hay que andar con todo al aire… cantaba el feo Rivero. Nooo mi amigo, usted me acompaña fraternalmente en este devenir ¿literario? en  el cual podemos desgranar ideas, broncas, ilusiones y utopías, creyendo como tantos otros que somos argentinos con dignidad, que podemos vivir con nuestro esfuerzo, que no despreciamos a nadie, que los radares que hace INVAP detectan igual que los que venden los gringos, que las vacunas que se elaboran en el Malbrán protegen parejo a las de algunas multinacionales.
-         Disculpe nuevamente don, me sacó mi chauvinismo a flote -¿qué dije?-. ¡Qué maravilla ver volar al Arsat! Se me puso la piel de gallina igual que cuando me enteré que Laika nos ladraba desde el espacio o cuando aquel yanqui pisó la luna. Eso, entiendo que puede ser la globalización, habitantes del planeta Tierra girando por el universo donde el norte está abajo o a la izquierda y rotando, rotando…
-         Rotando, rotando a muchos están rajando. Disimúleme amigo, estas son las vertientes que llevan al charco del que le hablaba cuando comencé a escribir y lo convoqué para me ayudara.
Allá por el ’92 explicando la corrupción, la vagancia y no sé cuantas cosas más,  sentaron a un diputado trucho para destruir una de las empresas más eficientes que era ejemplo y líder en el mundo en la tecnología del gas. Éramos nada más que diez mil tipos distribuidos en todo el país surgidos en su gran mayoría de universidades y escuelas técnicas argentinas. La transformaron en varias empresas extranjeras que dejaron de producir tecnología y sólo se dedicaron a vender el producto hasta agotarlo, pero eso sí, la guita recaudada se la llevaron.  Yo estaba entre los que dejamos de ser necesarios.
-         Ahora no necesitan sentarlos, los compran con algunos sanguchitos y mates don Singu. Y les hacen leyes y disposiciones para continuar destruyendo nuestro medio ambiente mientras encarcelan a lxs nadies…
-         Decimos en el título que estamos volviendo porque estamos perdiendo las voces y los periódicos que en verdad nos informaban y ahora hay un solo punto de vista del mundo que nos rodea; donde los malos que hasta ayer buitreaban para condenarnos a ser deudores por generaciones ahora son hermanitas de caridad que nos quieren ayudar a crecer, decía que por lo menos volvemos para abrir otras posibilidades que nos permita la tecnología.
  Ya le dimos mucho a la lata y con tanta lluvia de arriba y barrizales de abajo, nos vamos a cuidar de enfriamientos fatales, todavía nos queda mucha bronca -y esperanzas- para compartir. Le adelanto una historia que contamos cuando escribíamos para Informaciones Semanales de San Martín y probablemente usted recordará. Don Mariano Moreno tradujo a Rousseau y mandó a imprimir
-       Ya está don Singu, no siga, se refiere al Contrato Social, recuerdo que salimos a la lleca el 17 de enero de 2009, tengo el ejemplar bien guardadito y si quiere se lo presto con obligación de devolverlo, no me olvido el refrán: “el que  presta un libro es un bolu.. ..”
  -         Efectivamente, y le decía que mandó a imprimirlo en dos tomos, pero déjeme que le trascriba el final de aquella nota para darme pie a continuar el tema próximamente, toda vez que la destrucción que se está haciendo con la actual Biblioteca Nacional merece revivir el tema. Hasta pronto
-          - Se publicó el Contrato Social en dos tomos, el primero de 99 páginas y el segundo de 67 páginas. Aunque los libros tuvieron vida fugaz…
-          - Claro, me imagino que no se reimprimieron…
-          - ¡No! El 5 de febrero de 1811 el Cabildo de Buenos Aires, resolvió devolver los ejemplares al impresor con los siguientes argumentos: “Reflexionaron dichos SS. que la primera parte reimpresa del Contrato Social de Rousseau no era de utilidad a la juventud y antes bien, pudiera ser perjudicial por carecer aquella de los principios que debiera estar adornada…; y en vista de todo creyeron inútil, superflua y perjudicial la compra que se ha hecho de los doscientos ejemplares de dicha obra”.  Al igual que estos libros su impulsor pasó a mejor vida pocos días después, el 4 de marzo de 1811.

Villa Ballester, 4 de abril de 2016


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