jueves, 19 de mayo de 2011

EL HOMBRE QUE ESTÁ SOLO Y ESPERA, glosa sobre Raúl Sacalabrini Ortiz

Este artículo fue publicado en el períodico Infarmaciones Semanales de San Martín (PBA) el sábado 14 de mayo de 2011

EL HOMBRE QUE ESTÁ SOLO Y ESPERA

- Don Singulario, que digamos no anda muy original con el título de la nota…
-Así bautizó el insigne Raúl Scalabrini Ortiz, al hombre de Buenos Aires. En sus dichos lo “ubicó en esa encrucijada” de Corrientes y Esmeralda, “polo magnético de la sexualidad porteña”. Es un libro que escribió de un tirón –en setiembre festejará la friolera de ochenta años, más de 20 ediciones y siempre actual– cuando sólo tenía treinta y tres pirulos.
-No sabía que se trataba de un libro, siempre lo tomé como la expresión de un lugar común…
-Rutinariamente en las conversaciones parloteamos con lugares comunes que transformamos en objetos útiles...
-Estoy pensando en “civilizados y bárbaros”, “alpargatas sí, libros no”, “extranjeros y  cabecitas negra que se vuelvan a sus pagos”…
-Su observación me obliga a rectificar lo de útiles, a veces se transforman en zonceras que repetimos como loros, después las creemos. Pienso en don Arturo Jauretche y su Manual de Zonceras Argentinas, hoy de moda.
-¿Y cuál fue el motivo que lo llevó a ese libro?
-Le cuento que, junto a Hernández Arregui, el gordo Cooke, el colorado Ramos y “Pepe” Rosa, fueron los que más influyeron en mis años juveniles. Eduardo Galeano con un relato, que tiene mucho de actualidad me transportó nuevamente a releerlos:
«El general mexicano Francisco Serrano fumaba y leía, hundido en un sillón del casino militar de Sonora. El general leía el diario. El diario estaba cabeza abajo. El presidente, Álvaro Obregón, quiso saber: -¿Usted siempre lee el diario al revés? El general asintió. ¿Y se puede saber por qué? -Por experiencia, presidente, por experiencia»
-¿Sabe don Singu que esa anécdota pinta algo cada vez más evidente? Las noticias son nebulosas: presenciamos un hecho casual y luego leemos o vemos cualquier cosa diferente sobre el mismo. Usando lugares comunes se lo recorta de tal forma, cuando no se lo inventa, que termina desnaturalizándose. Quizá dándolas vuelta…
-De eso estamos hablando. Dos noticias en estos últimos días podrían ser ejemplarizadoras. La llegada de un premio Nobel de literatura –apostilla, ¡qué desvalorizados están!– levantó una polvareda mediática que nada tiene sobre su excelente novelística. La otra es la presencia de agentes de una entidad (SIP) preocupada por la libertad de prensa en este país donde cualquiera dice y escribe lo que se le ocurre, desde la crónica mentirosa hasta el más desfachatado insulto, sin temor alguno. 
-Súmelo al casamiento real gringo. Entre los tres –que ocuparon más espacio televisivo que el mismísimo campeonato de fútbol con Maradona– tuvieron opinadores de toda laya.
-Don Raúl, luchador empedernido por la argentinidad en contra del cipayaje nos ofrece dos bellos ejemplos de su prosa:
«Las emisoras de radio que pertenecían al gobierno serán repartidas al voleo. Suponemos que muchas irán a caer a manos de consorcios extranjeros. Pero ese destino no desvela al ministro de Comunicaciones. A él no le interesa más que destruir un “concepto retrógrado y totalitario”. El concepto retrógrado y totalitario, según el ministro es el monopolio, o aun el predominio del gobierno en el campo de la radiotelefonía. ¿El ministro ignora que en Gran Bretaña la radiotelefonía es un monopolio del Estado? ¿Ha querido insinuar con esa definición que el de Gran Bretaña es gobierno totalitario? [...] Afirma Herodoto que los antiguos gobernantes persas resolvían los asuntos públicos en dos períodos sucesivos. Los abordaban primero mientras bebían, por lo general de noche. Con la euforia del alcohol los detalles se esfuman, las dificultades se salvan. Al día siguiente volvían a reconsiderar los mismos asuntos para moderar, corregir, atenuar o anular las decisiones adoptadas bajo la influencia del vino. Estos funcionarios que nos ha impuesto la revolución liberticida parecen estar en la primera etapa de los persas [...]»
-Hay quienes siguen igual… ¿Cuándo escribió eso, don?
-Lo tomé de una carta – atesoro el recorte– que publicó la revista “Qué” el 12 de marzo de 1958, durante el gobierno fusilador, haciendo mención a las entregas que estaban haciendo a “tambor batiente que es el compás que corresponde a un gobierno militar” de bienes nacionales (especialmente los medios, como radios y periódicos).
Y viene al caso toda vez que el último casamiento real británico –esponsoreado y filmado por la BBC– fue trasmitido casi en “cadena oficial” por aquellos medios privados de comunicación a toda hora durante varios días, adquiriendo a su Graciosa Majestad los derechos reservados y pagado en divisas.
-¿Qué importancia tiene eso, don Singu? ¡Ud. ve cada cosa!
-Muy poca en cuanto a que cada canal elige su programación “a piacere”. Excepto que eso ocurrió exactamente cuando aquí se conmemoraba el aniversario del infame hundimiento del “Belgrano”, careciendo de total repercusión periodística. En tanto la TV inglesa le recordó al mundo que el príncipe se trasladaría –luego de su luna de miel–  a las “Falklands” para operar con la RAF (Real Fuerza Aérea) reforzando su dominio pirata y comunicacional.
-No me había percibido. ¿Don Singu, quiere decir que nos desinforman a propósito por razones geopolíticas?
-¿Lo cree? Sigamos por otro lado. Entre las expresiones comunes usted mencionó un destino viable para paisanos y vecinos. Fíjese cómo el vate pintó al personaje que esperaba en soledad.
«El Hombre de Corrientes y Esmeralda es el vértice en que el torbellino de la argentinidad se precipita en su más sojuzgador frenesí espiritual. [...] Por todos los ámbitos, la república se difumina, va desvaneciéndose paulatinamente. Tiene sabor peruano y boliviano en el norte pétreo de Salta y Jujuy; chileno, en la demarcación andina; cierta montuosidad de alma y de paisaje en el litoral que colinda con el Paraguay y Brasil y un polimorfismo sin catequizar en las desolaciones de la Patagonia. [...] está en el centro de la cuenca hidrográfica, comercial, sentimental y espiritual que se llama República Argentina. Todo afluye a él, y todo emana de él. Un escupitajo o un suspiro que se arroja en Salta o en Corrientes o en San Juan, rodando en los cauces algún día llega a Buenos Aires. [...] está en el centro mismo, es el pivote en que Buenos Aires gira. [...] Se le desconocía, porque el conocimiento es casi una verbalidad, y los hombres que podían metrificar su voz se irritaban la garganta amaestrando oraciones extranjeras o evaporaban sus propósitos en un silencio lleno de mañanas que perezosamente se trocaban en ayeres.»
-Era un lírico evocando a ese arquetipo con el cual me identifico, don Singulario. ¡Qué difícil es para nuestro hombre, subsistir a la ofensiva permanente de los medios desinformantes, cuyos mentores intelectuales residen a miles de kilómetros!
-No crea, hay imitadores y lacayos morando cerquita de aquella mítica esquina…

La imagen inferior corresponde a la tapa del suplemento especial dedicado a Raúl Scalabrini Ortíz, diario Democracia del 30 de mayo de 1962 y corresponde al óleo por el pintor Bourse Herrera, realizado especialmente para la ocasión. Por ser una joya de incalculable valor personal, el suplemento se guardó doblado y por eso sobre los ojos se observa una gruesa línea que no es otra cosa que las sombras del plegado


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