sábado, 6 de agosto de 2011

Vamos a ver como es, el reino del revés…

Vamos a ver como es, el reino del revés… [1]
-¿No me diga que hoy vamos a cantar con la Walsh, don Singulario?
-La querida María Elena, cada vez que ponía letras a sus canciones, no sólo entretenía a los chicos, sino que nos hacía pensar a los grandes.
-Es cierto, me acuerdo de los ejecutivos con la manija de la sartén, ni hablar de la cigarra que tantas veces mataron y sin embargo sigue aquí, o aquellas famosas desventuras en el país Jardín-de-Infantes…
- Hoy venía escuchando en el auto “El reino del revés” y parte de la letra me recordó otras historias: « [...] me dijeron que en el reino del revés nadie baila con los pies, / que un ladrón es vigilante y otro es juez [...] un perro pequinés que se cae para arriba / y una vez no pudo bajar después. [...] »
-El perro que cae para arriba, lo asocié a una tira de Mafalda girando un globo terráqueo mientras Felipe asombrado se tumba hasta ponerse cabeza abajo…
-Justamente a mi me resonó un libro -que presté a un amigo y todavía espero- de Arturo Jauretche “Ejército y Política. La Patria Grande y la Patria Chica” escrito en su exilio de Montevideo durante 1958 que ilustra la tapa con un mapa de Sudamérica invertido…
-Espere sentado, perdió libro y amigo…
-En Uruguay está muy difundida la idea del mapa modificado, allá por el cuarenta y pico, un pintor, Joaquín Torres García dibujó sobre un fondo negro la silueta sudamericana con el sol saliendo por la izquierda, la luna y las estrellas a la derecha, el polo sur arriba y la línea del Ecuador abajo. Lo hizo con la idea de estimular a sus colegas artistas a pensar en forma independiente sin atarse a los lineamientos coloniales provenientes de Europa.

-¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra, don Singu?
-Déjelo que mejor lo explique don Arturo:
«He propuesto una visión del mundo desde aquí, desde nuestro lugar. Ello nos ayudará a ver el mundo desde nuestro propio ángulo y a comprender nuestro papel. El de América latina es otro planisferio, que arroja a las grandes potencias a los arrabales del planeta. Es preciso incorporar a los hábitos del pensamiento argentino la capacidad de ver el mundo desde nosotros, por nosotros y para nosotros [...] Un trabajo sobre geografía y política mundial, desde el punto de vista del hemisferio sur y particularmente desde el Río de la Plata [...] excuso decir que el encarar las cosas del mundo desde un ángulo propio es extraño a los hábitos de nuestra “intelligentzia” que cree formar parte de “otro mundo” [...] »
-Ya lo voy entendiendo don, si damos vuelta el mapa podemos mirar desde arriba a los que están abajo.
-Digamos, para no ser soberbios, que cambiaríamos la mirada de inferioridad. Los mapas que estudiamos, en general nacieron en algún momento de los imperios dominantes, luego se hicieron costumbres que con el tiempo nadie analiza y ellos naturalmente arriba...
-Es lógico don, el cielo y Dios están arriba, mientras el infierno y el demonio en las profundidades…
-Parece que anduvo de viajes místicos... Desde que el humano pudo salir al espacio y ver las fotografías de la Tierra tal como las toman los satélites (en bruto, no editadas) nos hemos encontrado con África o Australia arriba, la Antártida a la izquierda o a la derecha y al sol saliendo por arriba. De acuerdo a la posición relativa de la cámara fotográfica nuestra esfera es una pelota girando loca y el ecuador y los polos sólo están referenciados con el sol.
-Bueno, pero no significa que Chile no deje de estar a nuestra izquierda…
-Eso es lo que estoy queriendo decir, si damos vuelta el mapa, -en Chile lo han conseguido a propuesta de políticos inteligentes- nosotros estamos a su izquierda (sin alusión política) Como sudamericanos tendríamos nuestros países a la cabeza del mundo y el hemisferio norte estaría abajo en tamaño mucho menor. Por la forma de dibujarla desarrollada la esfera en el papel, los que se encuentran en el centro son mucho más grandes que los que aparecen en los extremos. Al decir de Torres García  «No debe de haber norte para nosotros, sino por oposición a nuestro sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés y entonces ya tenemos la justa idea de nuestra posición» Y fíjese que esa idea nos puede jerarquizar
-No lo comprendo bien, don. Si ya está establecido así y da lo mismo una cosa u otra, arriba es abajo y la derecha es la izquierda, para qué cambiarlo. Se nos generaría un matete de la gran siete.
-Que esos acuerdos se hicieron con el concepto del eurocentrismo, los mapas se diseñaron  a partir de los viajeros europeos en la edad media. Fíjese que en 1154, Al-Idrisi un geógrafo árabe nacido en lo que es hoy Andalucía confeccionó el mapamundi tal como lo veían, es decir el conocimiento de África y el Océano Índico a través de sus comerciantes lo hizo desarrollar con mucha exactitud sus contornos ubicándolos en el centro, estableciendo el Polo Sur arriba.  Luego el desarrollo de los imperios europeos modificó aquella mirada, ellos eran el centro universal. Después la conquista de América y por fin, y casi como si fuera natural todo el subdesarrollo pasó a la parte inferior, es decir al sur. África, América, Oceanía y los grandes océanos son sureros.
-Bueno don, Ud. es un extremista, Australia también está en el sur y es un país desarrollado
-No tan así, forma parte de la Comunidad Británica, pero asómbrese, allí y en Nueva Zelanda están confeccionando los planisferios invertidos más precisos que existen en el mercado. Déjeme que le cuente una anécdota de un brasilero que, junto a muchos otros que como Benedetti piensa que el sur también existe y es necesario plasmarlo también en los mapas, como una forma de descolonizarnos mentalmente.
-¿Hoy se amigó con los brasucas?
-Son mis amigos y compatriotas sudamericanos, la Patria Grande hoy está conformada en el Unasur,  conocer nuestras miserias no significa persistir en ellas. Como propone Galeano con las utopías, que nos sirvan para caminar.
Me gustaría que en las escuelas aparezca un planisferio con la Antártida arriba, en el centro Sudamérica y abajo todo el hemisferio norte. Los chicos primero compararían cuánto más grande es nuestro continente con relación a los demás, se darían cuenta que los gigantes no lo son tanto y al levantar la autoestima caminarían con más confianza en el futuro…
-Quizá Serrat modificara un poco aquella letra de don Mario
«Pero aquí abajo, abajo arriba, arriba / cada uno en su escondite / hay hombres y mujeres / que saben a qué asirse / aprovechando el sol / y también los eclipses / apartando lo inútil / y usando lo que sirve. /  Con su fe veterana /  el Sur también existe».  
donsingulario@hotmail.com      http://donsingulario.blogspot.com/

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