CÓDIGO
INTERNACIONAL DE ÉTICA PERIODÍSTICA
(Aprobado el 21de noviembre de 1983 en París por la
UNESCO)
1. El derecho del pueblo a una información verídica: El pueblo y las personas tienen el derecho a recibir una imagen
objetiva de la realidad por medio de una información precisa y completa, y de
expresarse libremente a través de los diversos medios de difusión de la cultura
y la comunicación.
2. Adhesión del periodista a la realidad objetiva: La tarea primordial del periodista es la de servir el derecho a
una información verídica y auténtica por la adhesión honesta a la realidad
objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado,
manifestando sus relaciones esenciales, sin que ello entrañe distorsiones,
empleando toda la capacidad creativa del profesional, a fin de que el público
reciba un material apropiado que le permita formarse una imagen precisa y
coherente del mundo, donde el origen, naturaleza y esencia de los
acontecimientos, procesos y situaciones sean comprendidos de la manera más
objetiva posible.
3. La responsabilidad social del periodista: En el periodismo, la información se comprende como un bien social,
y no como un simple producto. Esto significa que el periodista comparte la
responsabilidad de la información transmitida. El periodista es, por tanto,
responsable no sólo frente a los que dominan los medios de comunicación, sino,
en último análisis, frente al gran público, tomando en cuenta la diversidad de
los intereses sociales. La responsabilidad social del periodista requiere que
éste actúe en todas las circunstancias en conformidad con su propia conciencia
ética.
4. La integridad profesional del periodista: El papel social del periodista exige el que la profesión mantenga
un alto nivel de integridad. Esto incluye el derecho del periodista a
abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar sus fuentes
de información, y también el derecho de participar en la toma de decisiones en
los medios de comunicación en que está empleado. La integridad de la profesión
prohíbe al periodista el aceptar cualquier forma de remuneración ilícita,
directa o indirecta, y el promover intereses privados contrarios al bien común.
El respeto a la propiedad intelectual, sobre todo absteniéndose de practicar el
plagio, pertenece, por lo mismo, al comportamiento ético del periodista.
5. Acceso y participación del público:
El carácter de la profesión exige, por otra parte, que el periodista favorezca
el acceso del público a la información y la participación del público en los
"medios", lo cual incluye la obligación de la corrección o la
rectificación y el derecho de respuesta.
6. Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre: El respeto del derecho de las personas a la vida privada y a la
dignidad humana, en conformidad con las disposiciones del derecho internacional
y nacional que conciernen a la protección de los derechos y a la reputación del
otro, así como las leyes sobre la difamación, la calumnia, la injuria y la
insinuación maliciosa, hacen parte integrante de las normas profesionales del
periodista.
7. Respeto del interés público: Por lo
mismo, las normas profesionales del periodista prescriben el respeto total de
la comunidad nacional, de sus instituciones democráticas y de la moral pública.
8. Respeto de los valores universales y la diversidad de culturas: El verdadero periodista defiende los valores universales del
humanismo, en particular la paz, la democracia, los derechos del hombre, el
progreso social y la liberación nacional, y respetando el carácter distintivo,
el valor y la dignidad de cada cultura, así como el derecho de cada pueblo a
escoger libremente y desarrollar sus sistemas político, social, económico o
cultural. El periodista participa también activamente en las transformaciones
sociales orientadas hacia una mejora democrática de la sociedad y contribuye,
por el diálogo, a establecer un clima de confianza en las relaciones
internacionales, de forma que favorezca en todo la paz y la justicia, la
distensión, el desarme y el desarrollo nacional. Incumbe al periodista, por
ética profesional, el conocer las disposiciones existentes sobre este tema y
que están contenidas en las convenciones internacionales, declaraciones y
resoluciones.
9. La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la
humanidad está confrontada: El compromiso ético por
los valores universales del humanismo previene al periodista contra toda forma
de apología o de incitación favorable a las guerras de agresión y la carrera
armamentística, especialmente con armas nucleares, y a todas las otras formas
de violencia, de odio o de discriminación, especialmente el racismo y el
apartheid, y le incita a resistir a la opresión de los regímenes tiránicos, a
extirpar el colonialismo y el neocolonialismo, así como a las otras grandes
plagas que afligen a la humanidad, tales como la miseria, la malnutrición o la
enfermedad. Haciéndolo así, el periodista puede contribuir a eliminar la
ignorancia y la incomprensión entre los pueblos, a hacer los ciudadanos de un
país sensibles a las necesidades y deseos de los otros, a asegurar el respeto
de los derechos y de la dignidad de todas las naciones, de todos los pueblos y
de todos los individuos, sin distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad,
religión o convicciones filosóficas.
10. Promoción de un nuevo mundo de la información y la comunicación: El periodista trabaja en el mundo contemporáneo en la perspectiva
del establecimiento de unas relaciones internacionales nuevas en general y de
un nuevo orden de la información en particular. Este nuevo orden, concebido en
tanto que parte integrante del nuevo orden económico internacional, se dirige
hacia la descolonización y la democratización en el campo de la información y
de la comunicación, tanto en los planos nacional como internacional, sobre la
base de la coexistencia pacífica entre los pueblos, en el respeto pleno de su
identidad cultural. El periodista tiene el deber particular de promover esta
democratización de las relaciones internacionales en el campo de la
información, notablemente salvaguardando y animando las relaciones pacíficas y
amistosas entre los pueblos y los Estados.
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