jueves, 4 de abril de 2013

VIUDOS TRISTES



Esta nota fue publicada en el Periódico Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el  6 de abril de 2013 


Viudos tristes...

Lo que caracteriza a esa multitud es la edad.
 ¿No ves que son todos jóvenes? (Jauretche)

  -¡Hola don Singulario! ¡Por fin nos deja descansar de tanta Asamblea! ¿Verdad?

  -Hoy tengo ganas de volver con nuestro inigualable y querido Jauretche en un reportaje que, ¡fíjese usted! pronto cumplirá los cuarenta años. Salió publicado en julio de 1973, en la revista Cuestionario …                    

  -No puede con su genio, si no la gana la empata, en lugar de la Asamblea del Año XIII se viene con ese latiguillo de “¡Hace tantos años…!” ¿Y qué tiene de interesante ese reportaje don,  para recordarlo?

  -En nuestro país estaban ocurriendo cosas muy trascendentes. Después de mucho tiempo el pueblo se manifestaba con absoluta libertad, sin pretores ni académicos dictando un pensamiento uniformado

  -Es que justamente los uniformados habían sido rajados. Me parece don, que el Tío Cámpora había ganado las elecciones presidenciales por casi el 50% de los votos…

El Tío jura como Presidente
Al lado el milico que se va
  -El 25 de mayo de 1973 asumía. Lo acompañaron muchísimos mandatarios extranjeros. A los pocos días, don Arturo daría ese reportaje que, guardando las distancias tiene mucho de actualidad. Vamos a extractar algunos párrafos:

  «Hay mucha gente que se asusta de ver en la escena pública lo que ve todos los días en su casa. Casi hay que preguntarle, al que se asusta por las actitudes políticas de los jóvenes, cómo andan las cosas por casa. ¿Tiene que dar la llave de la puerta de casa o hace rato que la llave ha sido tomada? Los temas que se tocan, ¿son los temas gratos al paterfamiliæ o los temas gratos a los jóvenes? El mantenimiento del hogar, ¿pesa sólo sobre las espaldas de los padres o pesa sobre toda la comunidad familiar, empezando por los más jóvenes? Y esos cambios que se sienten profundamente, en los modos de comportamiento, en la economía familiar, en las líneas de autoridad, son el producto de que el mundo camina; y camina muy rápidamente. Lo mismo que en la vida privada ocurre en la política social

No darse cuenta de que este fenómeno universal tiene su connotación lógica en la Argentina es no darse cuenta de que el enfrentamiento de las generaciones es una cosa necesaria. Porque si los jóvenes carecen de la madurez que le reclamamos, nosotros carecemos de la adecuación a la realidad que ellos nos reclaman. Somos hijos de nuestro tiempo, aunque no querramos serlo; aunque querramos ser revolucionarios».
-Le estoy viendo la patita de la sota don Singulario. ¿Se trajo este reportaje a propósito de la campaña que se está gestando contra ciertos grupos de jóvenes militantes diciendo que andan armados?
-No, aunque parezca coincidencia hasta por el nombre del presidente como bandera. Me pareció oportuno por su actualidad. Vea usted por ejemplo, cuando se refiere a las caracterizaciones como las desarrolla, y después le cuento una anécdota:   
EL GRAN DIFUSOR DEL PENSAMIENTO NACIONAL
«En la época de Forja, cuando hablábamos en las esquinas, a veces se nos preguntaba: “¿Son ustedes fascistas?”. “No”, contestábamos. “¿Son ustedes liberales?”. “No”. “Entonces son comunistas”, nos decían. Había, al parecer, tres opciones forzadas y necesarias. Pero no eran opciones nuestras; venían de afuera. Y yo, entonces, le preguntaba al mismo que me hacía la encuesta. “¿Usted es carpintero?”. “No”, me contestaba. “¿Es usted empapelador?”. “No”. “Entonces usted es abogado”, le decía como si no hubiera una infinita gama de posibilidades, de oficios. Era para satirizar la pretensión de encasillarnos en opciones importadas sin aceptar la posibilidad de una creación original.
Nosotros no éramos más que una tentativa de pensar, a partir de nosotros mismos a partir de la praxis. Una alternativa de ir elaborando, sí, con la utilización de los elementos universales –filtrados a través de nuestra realidad– la propia ideología. Perón manejó ese modo de pensar y dio la creación original que buscábamos sin suerte. Por eso la palabra justicialismo, que la designa, tiene la riqueza jugosa de su virginidad, mientras que la palabra socialismo trae connotaciones librescas, que nos son ajenas y, por tanto, propicias a la confusión, la sincera y la interesada.
Plaza de Mayo 25/5/73
Pero no creo que eso desoriente a los jóvenes, si ellos parten de esta misma concepción justicialista. El nombre es una cosa secundaria.
Los liberales, y no sólo los liberales (también los socialistas) habían querido incorporar el país a la civilización… Y nosotros pensábamos que debían haber incorporado la civilización al país. Toda nuestra cultura ha sido, hasta hace poco, el resultado de la trasculturación. Aun en el vocabulario se observa ese fenómeno: es el caso de la opción entre “derecha” e “izquierda” que no podemos sacarnos de encima. Esa es una opción trasculturada. Nacional o antinacional: ésa es la cuestión»
-Eso don Singu, venía a cuento por las peleas con las consignas; me acuerdo las grescas entre los que coreaban “la patria peronista” contra los que decían “la patria socialista”
-Justamente don Arturo preveía lo que se venía. Había captado la quinta columna que iba a destruir la revolución utilizando a sus mismos intérpretes. Los que no podían contra el avance indoblegable de la juventud utilizaron el vocabulario para desunir. Luego fue considerablemente peor: los horribles se llevaron a 30 000 jóvenes.
    -¿Y cuál es la anécdota que iba a contar, don? 
Siempre corren hacia afuera

-Mi hija me pregunta por qué me resisto a las tipificaciones de derecha e izquierda y creo que en esos párrafos está la respuesta. Prefiero ser “nacional y popular”, porque en nuestra larga lucha desde el “55 muchísimas veces las “derechas” y las “izquierdas” se pusieron de acuerdo, se infiltraron y so pretexto de acompañar, nos sabotearon. Dejemos al emblemático viejo terminar el reportaje aconsejando a los dirigentes vencedores:
«Si no quieren quedarse en “viudos tristes” tienen que acelerar el paso para seguir a los de adelante. No se lamenten, tampoco, de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos, no con los antiguos. Los precursores deben sentir el orgullo de perdurar como cimientos. Si no, quedan como testigos airados de algo que quieren pero no puede ser. Se convierten en sepulcros blanqueados» 
-¡De ahí sacó ese título tan poco alegre don! Y nada menos que con don Arturo quien profetizó «El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza»
Allende saluda a Cámpora
-Así es. Déjeme recordar mi alegría en la Plaza cuando aquel presidente leal asumió en  mayo del ’73 flanqueado por Salvador Allende –pronto sería bombardeado por el miserable traidor Pinochet– y traer a su compatriota Neruda diciendo: 
Allende y Neruda



« Hoy, alegría, / encontrada en la calle,  / lej
os de todo libro,  / acompáñame ...

No se sorprenda nadie porque quiero / entregar a los hombres / los dones de la tierra, / porque aprendí luchando / que es mi deber terrestre  / propagar la alegría. / Y cumplo mi destino con mi canto. »




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