viernes, 4 de febrero de 2011

REFRITANDO ESTATUAS

Publicado en Informaciones Semanales de San Martín (PBA) el 29 de enero de 2011
Refritando estatuas
-Me parece don Singulario que se anda haciendo el chancho rengo con sus notas a las que les pone poco rigor documental y trata de zafar, como hacen los pibes con los exámenes.
-Esta última palabra me parece que le produce escozor a muchos, pibes y no tanto, al aproximarse el período lectivo. También tiene razón en lo anterior, porque con la feria judicial que me obligó a cerrar el boliche y con las altas sensaciones térmicas, ando un poco fiaca.
-¡No afloje! Lo suyo es un sacerdocio, somos muchos los que esperamos el sermón. Y no se engrupa pensando en montes o montañas, lo queremos apenitas trepado a un montículo, eso nos alcanza para que su voz resuene en algún rinconcito escondido, todavía no hollado por los medios hegemónicos y canallas que oscurecen las conciencias.
- ¡Salga diga, a cuántos les habrá dicho lo mismo! No tengo ningún puestito para ofrecerle, ni amigos municipales, por lo tanto ese laburito de adulador conmigo no corre y a Ud. le disminuye el crédito.
Sin embargo es cierto que esta columna se me ha transformado en una adicción que cuesta aflojar. Se me ocurrió para estos días refritar algunos artículos viejos, que con el correr del tiempo se han reactualizado.
-¿Cómo cuáles?
-Hoy por ejemplo, aquel* en que recordábamos la ley 12.827 (30/9/1942), la última de la década infame y por mucho tiempo. La posterior se dictó, revolución y elecciones democráticas de por medio, 1.400 días después, en 1946. Lo sugerente para esta columna, no fue el tiempo transcurrido ni mentar aquel levantamiento de militares nacionalistas, sino que tratábamos de erección de estatuas, un tema recurrente.
En 1942, un Congreso fraudulento, con mayorías proscriptas, entronizado después del golpe de estado que destituyera al Presidente Constitucional don Hipólito Yrigoyen, estableció la erección de un monumento a José C. Paz, director y fundador del diario La Prensa, vocero del más rancio sistema conservador gobernante.
-Me parece recordar… El nuevo Parlamento surgido por las más limpias elecciones que se tuviera memoria, votó en las primeras sesiones otra ley como desagravio al Peludo.
-Algo así, la primera ley 12.828 de la nueva época trataba de la repatriación de argentinos carentes de recursos y pocos días después, por la ley 12.837 el 6 de setiembre de 1946 (fecha altamente significativa pues se cumplían dieciséis años del despojo) se decidió erigir un monumento, en escala ciclópea (sic), a la memoria del Dr. Hipólito Yrigoyen; además se le da su nombre a la calle Victoria de la Capital Federal, y se cambia también el de la estación Barracas del ex ferrocarril Sud.
-Yo leí que el nombre “Victoria” era en homenaje a los heroicos hombres y mujeres que derrotaron a los invasores en 1806, calle donde se libraron los más sangrientos combates.
-Efectivamente, es una calle que rodea la Plaza de Mayo. Vaya uno a saber el motivo de la elección, aunque habiendo tantos masones sueltos por las Academias aconsejando, siempre es conveniente olvidar las derrotas de los gringos. Sin embargo es un homenaje muy merecido para uno de los líderes populares más denostado por la prensa y cuya muerte significó el reconocimiento de la gran masa nacional que se volcó a las calles a exteriorizar su dolor.
-Algo parecido a lo ocurrido el año pasado.
-Sin embargo, para muchos dirigentes que deberían representar esos sentimientos, parece que la fuerza de los grandes medios, le quitan fuerza a las ideologías partidarias. Y lo que hace interesante la rememoración de aquella nota es la similitud de los votantes del Parlamento. Déjeme que reproduzca el final aquel diálogo que mantuvimos Ud. y yo:
“Don Singu, ¿me quiere decir que entre una ley y otra pasaron varios años, otras cosas y, sin embargo, casi coincidentemente parlamentaron sobre monumentos?
-Ud. a veces es un poco lerdo de entendederas, en el primer caso un Parlamento cuyos miembros fueron votados irregularmente, ofrece un monumento al fundador del diario “La Prensa”. En el otro, un homenaje a un presidente derrocado por el golpe de estado apoyado por dicho diario. Y algo más para sumar, a la muerte del ex-presidente, este diario lo ignoró y sólo figuró en una pequeña necrológica por su actuación en un oscuro cargo burocrático de su juventud.
-Con esto que me cuenta va apareciendo la pata de la sota.
-Espere, todavía queda para recordar que en el homenaje a don Hipólito, la ley fue votada por la mayoría de los diputados que…
- … eran correligionarios.
- ¡No…! Cosas de la vida argentina”
-Tiene razón don Singu, ahora son otros los diarios, pero sus influencias permanecen intactas, sus tapas deciden los temas cotidianos y se reproducen geométricamente por los medios radiales y televisivos. Un conflicto entre dos estrellitas mediáticas puede convertirse en cadena nacional durante todo el día con infinitos detalles, mientras la felicidad de un pueblo que volvió a encontrar dignidad y trabajo se la ningunea.
-Hoy queríamos recordar dos leyes sobre estatuas y terminamos con los mismos temas de siempre, referidos a la acción disolvente de lo que se autodenominan “cuarto poder”. Afortunadamente cada día más recordamos que este Pueblo soberano sólo tiene tres poderes 


* Publicado en Informaciones Semanales del 26/5/2007
donsingulario@hotmail.com             http://donsingulario.blogspot.com/  

No hay comentarios:

Publicar un comentario